En la oscuridad

Capitulo:4 Mensaje en la sangre.

Dejé mi lámpara encendida toda la noche no me atreví apagarla, sentía que si lo hacía algo en la oscuridad vendría y me acabaría, quizá son solo nervios tontos, ¿no? Por más que trataba no darle mucha importancia a lo de las llamadas no podía, me sentía desprotegida, como si algo malo me fuera a pasar. La alarma sonó, para ese entonces ya estaba despierta desde horas antes, solo logré dormir segundos cuando muchos minutos, esas palabras no las podía borrar ni ignorar de mi mente, era imposible como si algo se empeñara en dejarlas ahí para torturarme sin piedad. Me alisté nerviosa por lo que me esperaba, con miedo por ver el Noticiero, aunque no quería debía hacerlo algo me impulsaba, algo dentro de mí. Quizá solo era mi maldita curiosidad porque amaba el misterio, claro no cuando este afectaba de esta manera en mi vida.

Entré a la cocina no muy convencida de lo que estaba haciendo, me detuve al estar frente a la mesa talvez es mejor que dé la vuelta y me fuera directo a la preparatoria, mordí mi labio.

¡No!

Debía ser valiente, además, ¿Quién me garantizaba que fuese cierto? Aun se podía tratar de una broma. Me serví sin muchas ganas un poco de cereal y esperé unos segundos a que comenzaran las noticias, llevé una cucharada a mi boca sin apartar la mirada del televisor, donde se mostraba una joven rubia de rostro pomposo y labios carnosos de al menos 25 años, siempre daba las noticias en la mañana.

-A las tres de esta madrugada se encontró el cuerpo de Amanda Calvin de 18 años de edad- en ese momento apareció la foto de la chica, tragué las hojuelas de maíz muy fuertemente al verla tan radiante y llena de felicidad, sentí una punzada en mi corazón pensando en todas esas metas y sueños, todos esos proyectos de vida que jamás se cumplirían por un alma despiadada-  en Stevens Point pueblo ubicado a 300 kilómetros de distancia. La joven fue torturada, el cuerpo se hallaba brutalmente herido, el asesino utilizó un arsenal de objetos filosos que van desde cuchillos, navajas, hachas, escalpelos, entre otras- se mostraron imágenes tomadas en la escena solo se apreciaba un cuerpo cubierto por una sábana blanca, mi estómago se encogió- Al parecer se trata del mismo asesino de los 3 anteriores casos ya que tiene el mismo modus operandi, a la víctima le hace falta su cabeza. Lo que tiene a todos los oficiales intrigados es el mensaje que este dejó junto al cuerpo ´´Ella es tu compañera de juego´´.

Mi rostro palideció, todo comenzó a dar vueltas, el aire me faltaba, mis manos temblaban haciendo que la cuchara cayera sonoramente a la taza, esto solo significaba una cosa, el asesino, ese mismo que había matado a todas esas chicas, ese que las hirió brutalmente, ese que les cortó su cabeza. Está tras de mí y me hará terminar como todas ellas.

No, esto no me podía estar pasando.

¿Por qué a mí?

Yo tengo menos de 18 años obviamente soy un adolescente y hay una distancia considerable entre Stevens Point.

¿Así que simplemente me eligió al azar y ya?

Es absurdo.

Muy absurdo.

Debía de haber algún motivo, no creía que simplemente se sentara en el parque y pensará ´´Oh, miren esa, ella será mi próxima víctima´´

¿O sí?

-Elise ¿estás bien? - escuché a mi madre hablar detrás de mí, seguro se percató del ruido que hice con los cubiertos y solo ella porque mi padre ni se inmutó, continúa ido en el televisor.

-Carraspeé- Si mamá estoy perfectamente- me volteé y le sonreí esforzándome por parecer tranquila.

- ¿Estás segura? Te ves pálida- se acercó y tocó la frente, vaya si no estuviera consternada por lo que acaba de pasar de verdad me sorprendería por lo atenta que está siendo, pensé que por estar atendiendo el teléfono no se había dado cuenta.

-Si es solo que- mordí mi labio buscando alguna excusa- algunas veces desayunar en la mañana no me sienta bien- sus ojos azules semejantes al cielo me miraron algo inseguros, aunque no me contestó nada supongo es porque ¿Qué iba a decir? No se había tomado la molestia para conocerme bien, nuestra comunicación se cortó cuando tenía 6 años.

-Está bien, ve que ya se te hace tarde- se alejó de mí y volvió a tomar el móvil.

Tomé una gran bocanada de aire antes de salir, tenía miedo de lo que estaba allí afuera, de lo que me estaba acechando. Con lo primero que me encontré fue con la mirada penetrante de mi nuevo vecino el cual cerraba el portón café de su casa, tragué fuertemente disponiéndome a caminar.

- ¡Hey! – oí decir detrás de mí, presioné mis ojos con fuerza suponiendo quien podrá ser- caminas un poco rápido- articuló mi risueño vecino.

-Hola, si eso me dicen a veces-contesté luchando por sonar lo más amable posible.

- Eres Elise, ¿verdad?

-Am si, esa misma y tu Jasper, ¿no?

-Asintió- Espero no te moleste que me vaya contigo, pensé que como somos vecinos podríamos irnos juntos.




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