En la oscuridad

Capitulo:8 Cierra la boca si quieres vivir.

El día junto a Thomas pasó como un chasquido de dedos, era increíble como estar con su compañía hacía olvidarme de todo lo que pasaba a mi alrededor, parecía que todo lo que viví no fue más que una absurda imaginación, por eso me encantaba salir con él ya que me desahogaba, podía hablarle sin problemas. Sin embargo, ¿debía contarle sobre esto? Una parte de mi me repetía sin parar que lo hiciera, era mi amigo se suponía que debía haberle contado desde la primera llamada que recibí, así a lo mejor no me hubiese sentido tan sola, tendría algo de ayuda y apoyo.

Por otro lado, otra parte me decía que no podía hacerlo, que eso traería más problemas y quizá lo pondría en peligro, ya sabía de lo que era capaz mi acechador.

Además, estaba lo suficientemente segura como para apostar que era mi nuevo vecino, así que con más razón temía que también matara a Thomas, pese a que su blanco solo eran jovencitas podía desviarse solo un momento para hacerlo ya que sabía algo de él o solo para hacerme sufrir, lo cual por lo que veía le encantaba.

¿Al cuál lado debía obedecerle?

¿Qué haría una persona sensata en mi lugar?

Probablemente ir con la policía.

Al diablo no podía seguir con esto yo sola, necesitaba alguien conmigo, necesitaba a Thomas era el único, mi madre, seguro no le tomaría importancia o actuaría como una paranoica y no necesitaba más drama del que ya tenía en mi vida.

- ¿Estás bien? Hace rato hablabas sin parar y de repente te has callado, ¿pasa algo?-Me observó de manera inquisidora mientras arqueaba una de sus cejas castañas.

-Sí. Es solo que no sabía que más decir-formé una media luna con mis labios y me encogí de hombros, aunque se desvaneció de mi rostro al recordar lo que estaba a punto de soltarle, carraspeé- ¿Thomas puedo contarte algo?

-Claro Elise, sabes que puedes confiar en mi-pasó su brazo por mis hombros.

-Lo sé-suspiré.

-Pues bien, te escucho- me sonríe pegándome contra su cuerpo dándome el valor y la fuerza para seguir.

Inhalé y exhalé.

Bien aquí iba.

- Hace unos días yo... últimamente he recibido...alguien me esta...- mordí mi labio, no sabía cómo decirle, como comenzar- ¿recuerdas cuando te dije si tu...? - no pude terminar mi pregunta a causa de las vibraciones de mi móvil en el bolsillo derecho.

De inmediato todos los músculos de mi cuerpo se tensaron y con torpeza tomé mi teléfono, mis manos estaban algo húmedas por los nervios, ojeé la pantalla donde aparecía una nueva notificación, poseía un mensaje nuevo de ''DESCONOCIDO''

Presioné con fuerza mis labios al darle abrir, rogándole a Dios que solo fuesen simples ideas mías o que mi vista estuviese mal y fuese un mensaje de mi madre o cualquiera que no sea él o ella.

"A nadie le gustan las niñas chismosas ¿o sí? Déjame darte un pequeño consejo, bueno es más como una insignificante advertencia, eso si quieres que tus padres y tu querido amigo sigan con vida, dices algo de mí una simple palabra en falso o un simple gesto de rareza en tu maldito comportamiento e iré por toda tu maldita familia o todo aquel al que conoces y hablas, mucho menos a la policía Elise, así que cierra tu estúpida boca"

Levanté los ojos del cristal mirando todo lo que estaba a mi alrededor, buscando algo que no concordara, algo que se viera extraño, sospechoso. Solo veía a personas normales en su mundo, hablando con sus amigos, comiendo un helado mientras caminaban, parejas de la mano y otros con bolsas de ropa, nadie absolutamente nadie con un móvil o con apariencia rara y salida de lugar, lo cual me parecía totalmente anormal porque vamos, aunque sea uno entre tantos debe andar con su teléfono o mirándome.

Lo que hacía que se me pusiera la piel de gallina era el hecho de saber que me estaba viendo en este instante, percibía lo débil que estaba siendo al notar como un simple mensaje suyo me alteraba por completo y lo que era aún peor ¿Cómo demonios se dio cuenta de esta conversación? Era imposible, hablaba lo suficientemente alto para que solo Thomas pudiera escucharme, tendría que estar a mi lado para oírme y eso no era posible me encontraba a la par de la pared, nadie estaba cerca de nosotros esto era aterrador no me sentía segura, no podía siquiera hablar porque depende de lo que dijera podría traerme repercusiones serias.

Ahora más que nunca sabía que estaba y debía estar completamente sola en todo esto y que por más que quisiera nadie, absolutamente nadie podría saber ni ayudarme mucho menos la policía, tenía que seguir como pudiera con mis débiles fuerzas e intentos por mantenerme a flote, tenía que fingir normalidad, fingir que estaba más que bien, que estaba feliz, que nada en mi vida podría ir mejor que ahora y esto para mí era todo un reto porque debajo de toda esa capa de ''felicidad'' y ''fortaleza'' estaba mi verdadero yo, el cual pedía a gritos auxilio porque ya no podía más, pero tenía que hacerlo dependía totalmente de mí que mi familia viviera.




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