En la oscuridad

Capitulo:11 La próxima no toparás con tanta suerte perra.

Me removí en el duro asiento de cuero perteneciente al auto de Thomas, frotaba mis brazos muerta de frío haciendo un débil intento de poder entrar en calor. Lo cual estaba resultando inútil mi cuerpo seguía tiritando y creí echar mi abrigo, pero como siempre se me había olvidado. Así que me vi obligada hacer esto.

- ¿Tom?

-Apartó su mirada del camino- ¿Qué pasa?

- ¿Podrías encender la calefacción? Muero de frío.

-Asintió mientras lo hacía- Lo siento mucho, iba tan concentrado que no me di cuenta-sonríe de medio lado.

-Descuida no pasa nada- dije sintiendo como el calor penetraba mi piel de manera placentera-por cierto, ¿cómo sabias que estaba ahí?

- ¿Por qué? ¿piensas qué no fui por casualidad a pedir algo?

-Porque no lo hiciste, entraste y fuiste directo a mí.

-No sé qué tratas de insinuar, pero tenía antojo de un batido así que fui por uno y me encontré contigo hablando con una chica extraña, me preocupé por eso. Por lo tanto, en lo último que pensé fue en la bebida.

-Es mi amiga ya te lo dije-me crucé de brazos viendo la ventana empañada por la lluvia.

-Si no te conociera creería lo que me dices, pero te conozco desde niños y sé que no tienes amigas.

Odiaba cuando las personas decían creer conocerme eso es igual a debilidad.

-Quizá quiera cambiar eso.

-Bien-apretó la manivela con fuerza- ¿por qué la elegiste a ella?

Parecía enojado y eso era extraño.

- Me pareció amable es todo.

- ¿Desde cuándo la conoces?

-Hace unos días.

-No recuerdo haberte visto con ella.

-Es porque estaba ocupada.

- ¿De que hablaban?

- ¿A qué vienen tantas preguntas? - solté molesta.

¿Desde cuándo le importaba tanto a quién le hablara?

¿Estaba celoso?

¿Temía que lo reemplazara?

-Es solo que no confió en ella.

- ¿Por qué? - estaba confundida.

¿Qué tenía ella de malo?

-No me dio buena espina.

Suspiré.

- Te aseguro que es más buena de lo que piensas.

Se detuvo frente a mi casa, desde la ventana logré ver la luz de la sala encendida, esperaba que mi madre no este molesta por no haberle avisado.

-Abrí la puerta del carro- Gracias por traerme- salí de él dando la vuelta para marchar.

-Elise- ladeé mi faz para ver como bajaba la ventana eléctrica del asiento del copiloto.

- ¿Si? -acomodé la tira de mi bolso en mi hombro.

-No tengo idea sobre que hablaste con ella- su vista se encontraba clavada en la manivela, pasaron unos segundos y la posó en mi-solo no creas todo lo que te dice, por favor- noté la súplica en sus ojos verdes.

Abrí mis labios para contestar su petición, sin embargo, fue tarde ya había encendido el motor del auto y partido, solo conseguí ver como se alejaba. Caminé hasta la puerta pensando en lo que me había dicho recién y no entendía nada ¿me ocultaba algo? Como si ya no tuviera suficiente con los secretos, estaba cansada, ¿por qué todos me ocultaban algo?

Saqué las llaves de mi bolso y abrí la puerta, a excepción mía no se encontraba nadie, ¿dónde podrían estar mis padres? Con el ceño fruncido me desplacé hasta la cocina escuchando solo mis pasos, algo más que odiaba era encontrarme sola en casa, nunca se sabía con certeza que podía pasar y por obvias razones ya no me sentía segura aquí. Ingresé a la cocina y encendí la luz todo estaba normal salvo por una nota en el refrigerador, era de mi madre y en ella se hallaba escrito:

‘’Elise, Karen nos ha invitado a comer, volveremos tarde, por cierto, te dejé la cena en el microondas’’

-Así que mi madre anda jugando a ser una buena vecina y esposa- boté la nota.

Como no tenía hambre, me fui directo a mi cuarto, al encender la luz lo primero que llamó mi atención fue la mirada inquietante de mi oso de peluche, traté de ignorarla por completo. Tiré mi bolso en la cama y metí la mano en mi bolsillo para leer la nota que me había dado Maya, era solo su número de teléfono. Marqué a su móvil y aguardé a que contestara.

- ¿Hola? - la voz suave de Maya me respondía del otro lado de la línea.

-Hola soy Elise, ¿Llegaste bien?

-Sí. Gracias por preguntar.

-De nada, ¿por qué simplemente no me dijiste tu numero?

-Es que tu amigo no me dio buena espina, no fue sincero conmigo, sé que nos conocemos de algún lugar es solo que no recuerdo.

-Thomas es una persona en la que puedes confiar e incluso confiarle tu vida, hará lo que sea por lo que ama, si te dijo que no te conocía es porque así es.

-Tienes razón, me precipité al juzgarlo, probablemente lo confundí con otra persona.

-Si creo que eso fue lo que pasó, ¿Nos veremos mañana?

-Por supuesto, después de clases iré a casa de Amanda, hablé con su madre, expresé que deseaba algunas pertenencias suyas ya sabes fotos y demás para tenerla siempre conmigo.




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