En la oscuridad

Capitulo:12 Deudas de sangre

-La primera Guerra Mundial inició en 1914 y finalizo en 1919, ¿cuáles fueron algunas de sus causas? El expansionismo europeo: Este expansionismo produjo una competencia por la ocupación, dominación política, económica y militar de los territorios coloniales lo que desencadeno rivalidades entre: Inglaterra, Francia y Alemania además de Rusia, Austria e Italia y por supuesto Japón.

Mi mente dejó de prestar atención a la aburrida explicación del Sr. James, mi profesor de historia, me encontraba realmente cansada la noche entera estuve en posición fetal, llorando, abrazándome a mí misma anhelando conciliar el sueño y dejar de pensar en todo, en esta pesadilla viviente a la cual llamaba vida. Mi cerebro debería entender que este cansancio y sueño tenía que proyectarlo en las noches cuando lo único que anhelaba era descansar para olvidarme de las circunstancias por un rato, en lugar de pasarla como una paranoica que se asustaba hasta por el sonido de su respiración ante el silencio sepulcral de su casa, así como del exterior.

Consideraba una posibilidad el decirle al maestro que fuera adormecerme todas las noches con sus explicaciones, de otra manera en este momento no estaría lidiando con otro problema: el sueño, se apoderaba de mí y por más que luchara por mantener mis ojos abiertos no podía, involuntariamente comenzaron a cerrarse, pero los abrí de inmediato tras percatarme de unos golpes en la puerta, era una de las asistentes de dirección. Eso solo quería decir que alguien estaba en problemas, ellas solo venían cuando el director quería hablar con algún estudiante y casi la mayoría de las veces no eran charlas de felicitaciones.

-Lamento la interrupción profesor James, el director solicita la presencia de la estudiante Elise Rutwood en su oficina.

-Claro-se volteó a buscarme entre las filas con su mirada- Señorita Rutwood- pronunció al localizarme.

Palidecí al mismo tiempo que me incorporaba desconcertada, sintiendo la mirada penetrante de todos en mi espalda, llegué hasta la señora de cabello cobrizo y gafas negras, la seguí hasta la dirección pensando en por qué el Sr Ackward me había llamado, no he faltado, mis notas no son malas, aunque dudaba que fuese a felicitarme. Poseía un mal presentimiento de esto. La mujer dio vuelta al plomo de la puerta que daba a la oficina y en seguida mi atención cayó al rostro molesto de mi madre, sabía que esto no era bueno.

-Mierda- musité, de esta no saldría viva a juzgar por su cara llena de ira me mataría antes que el mismo asesino en serie.

-Por favor Señorita Rutwood siéntese- señaló la silla ubica al lado de mi madre y delante de su escritorio.

Caminé con lentitud hacia esta, sin atreverme si quiera a mirar a mi mamá.

-Puedes retirarte- le ordenó a la señora que aún estaba en la puerta.

- Bien- carraspeó- supongo debes saber porque estás aquí, ¿cierto?

-Negué con mi cabeza- La verdad es que me ha tomado por sorpresa.

-Oí un suspiro lleno de indignación por parte de mi madre- No te hagas la tonta Elise, ¿creíste que no me iba a dar cuenta?

-No sé de lo que estás hablando, no he hecho nada malo- clavé mi mirada en la placa situada sobre el mueble color caoba frente a mí, tenía gravado ''Louis Ackward, Director''

-No es muy listo de tu parte negarlo, si lo admites no te ira mal- se recostó en su silla la cual se hizo un poco para atrás por su peso.

Estaba perdiendo mi paciencia.

¿Por qué simplemente no lo decían?

¿Cómo iba a saber de algo que no había hecho?

-Esto es increíble- admitió mi madre entre dientes.

-Bien, ya que no hablaras- extendió su mano con un folder en ella- quizá eso te refresque la memoria.

-Fruncí mi entrecejo observándolo y luego a él con su cara regordeta y bigote negro, lo agarré con recelo- ¿Qué es esto? – abrí la carpeta, era mi registro de asistencia, comencé a leerlo aun sin comprender hasta que...- ¡cien por ciento de ausentismo en literatura! - grité abriendo mis ojos como platos- esto es un error, no he faltado a ninguna clase en lo que lleva del año.

-No mientas Elise-ladró mi madre con ira.

- ¿Crees que se trata de un error? - se cruzó de brazos.

-Por supuesto, se equivocaron, su sistema debe estar fallando- lo vi enfadada.

- ¿Estás segura de eso? -preguntó entrecerrando sus ojos marrones.

-Sí director- afirmé con seriedad.

-Entonces no te importará que el mismo profesor lo confirme-sonríe.

-Qué vergüenza, esto es humillante- escuché a mi madre murmurar.

- ¿Qué? - lo observé estupefacta.

-Adelante- el Sr. Smith se abrió paso dentro de la habitación- ya sabe el motivo por el cual lo he llamado, necesitamos de su colaboración para que nos aclare este malentendido, la jovencita aquí presente afirma que ha asistido a cada una de sus clases, cuando en su mismo reporte usted dijo que no, ¿acaso se equivocó?

-El profesor posó sus ojos sobre mí un segundo y los apartó de inmediato- No. Ella no ha asistió a ninguna de mis clases.




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