Los minutos pasaban, ninguno de los tres se alejaron de su amigo, quien poquito a poco dejaba de sentir dolor y podía moverse más libremente. Faltando cinco minutos, los enfermeros dijeron a Sebástian que debía de irse a pelear, y el cuarteto se fué del sitio ayudando a Sebástian a caminar por si acaso se le dificultaba.
Sebástian la tenía clara: ahora sí se iba a salir del cuadrilátero.
Los minutos restantes pasaron y a Sebástian le trajeron otro vaso con agua antes del enfrentamiento contra Lucas.
Las miradas de los demás eran sentidas en la nuca de Sebástian, a él le gustaba un poco ser el centro de atención, pero no en exceso a como estaba siendo en ese momento.
—¿Estás bien? —le preguntó alguien a la par.
—Sí, listo para lo que viene.
El anuncio de Lenard se escuchó al tiempo justo, ni un segundo más ni uno menos de los quince minutos acordados.
—¡Las semifinales empiezan! ¡Comenzamos con el ahora famoso Sebástian Mendez y el joven Lucas Brown!
Una voz detrás de Lenard a cierta distancia le preguntó:
—¿Ya los llamaste?
Lenard tosió e indicó a su compañero por medio de su pulgar levantado que sí, al parecer, no quería que el público supiera algo y aquella pregunta fué un accidente que se escuchase.
Ambos se dirigían al cuadrilátero, Sebástian a paso seguro con algunos malestares de antes, pero le daba el cuerpo y la energía para, ahora sí, poner en marcha su grandioso plan de huida, mientras que su oponente se veía con una cara aterrada.
Se posicionaron, y Sebástian vió como su rival estaba algo cerca de la esquina. Lenard contó.
—¡Uno, dos, tres!, ¡Empiec…!
Lenard no había ni terminado cuando Lucas, atemorizado, salió corriendo fuera del cuadrilátero, dejando a todos sorprendidos y hasta riéndose de él.
—¡Pero eso no está permitido —se quejó Sebástian al ver que le copiaron la idea— no terminó de hablar!
—¡El ganador es Sebástian Mendez, el próximo combate será Aakav Ram contra Ryan Wexford!
Sebástian, algo enfadado, se retiró del cuadrilátero y se dirigió con sus amigos.
—¡Qué combate tan intenso! —bromeó Wyatt cuando llegó con ellos— ¡un poco más y Lucas te vencía!
—Empiezo a creer que intentar rendirme es una pérdida de tiempo —se lamentó.
—¡Uno, dos, tres!, ¡Empiecen!
Aakav lanzó un puñado de tierra a Ryan.
—¿Y es que solo eso pueden hacer todos? —preguntó algo enojado al recordar cómo todos los elementales de tierra que pelearon solo usaban ese movimiento.
Una especie de charco de arena apareció bajo Aakav, succionandolo hasta los hombros. Ryan corrió hasta el enterrado sujeto y lo pateó fuertemente en la cara y lo comenzó a golpear con puños de tierra repetidamente.
La gente ya empezaba a sentir lástima por Aakav al ver cómo pasaban varios segundos y no podía hacer nada.
—¡Para noquearme debes golpearme en la parte de la mandíbula que queda cerca de la oreja! —indicaba dolorido y con un tono como de súplica.
—Ya lo sé —respondió Ryan con frialdad.
Los golpes se repitieron y ahora con más potencia, Aakav ya sangraba por la boca y nariz, hasta finalmente quedar inconsciente, aunque a Ryan no le importaba.
—¡Wexford, detente! —ordenó Lenard gritándole— ¡Ya ganaste, déjalo en paz!
Ryan lo soltó, y se lo pudieron llevar a enfermería mientras se acercaba hacia Sebástian con una mirada asesina, y cuando estaban frente a frente, le dijo al elemental de fuego:
—Solo lo dejé así por la emoción de saber que sí nos vamos a enfrentar, te juro que voy a intentar no noquearte tan rápido como a este.
—Me voy a rendir —dijo Sebástian.
Ryan sonrió ante eso con sorpresa.
—Solo tú lo juras, ahora que me dijiste, te anticipo que voy a usar "trampa movediza" para evitarlo, así como le hice al idiota de hace rato.
—¡Nos tomaremos un último descanso de tres minutos para llegar a la final! —indicó Lenard al público.
—Si puedes hacer maravillas en tres minutos… —dijo Ryan sonriendo, y luego le dió un sape a Sebástian y se fué al cuadrilátero a esperar que pase el tiempo.
Sebástian tenía los ojos húmedos, y sus amigos, que fueron a buscar agua y lo dejaron ahí para que descanse, lo vieron, y fueron a consolarlo al enterarse de los que se enfrentarían en la final.
Los tres minutos fueron una eternidad para Sebástian, quería irse, pero los guardias no permitían, no podía rendirse a la cuenta de tres, porque Ryan lo atraparía, y tampoco quería pelear por miedo a herirse o a herirlo, solo le tocaba aceptar su realidad y prepararse para regresar a enfermería.
—¡El momento que han estado esperando, la final del torneo, enfrentándose el conocido Sebástian Mendez contra el cruel Ryan Wexford!
Sebástian caminó al cuadrilátero, como quien fuese un reo que iba por el pasillo de la muerte hasta llegar a su fatal destino. Entre la gente, hay quienes apostaban por ver quién ganaba, y los porcentajes de elección estaban reñidos y las cantidades eran para nada pequeñas.
—Ah —dijo Ryan de pronto cuando ya Sebástian estaba frente a él— y ni pienses que usando el truquito de las alas vas a poder hacer algo, porque no es la gran cosa.
Ambos se posicionaron, Sebástian cerrando los ojos y Ryan sin apartarlo de su vista.
—¡Uno, dos…!
De pronto, unos hombres vestidos de batas blancas entraron al lugar y se encaminaron al cuadrilátero. Tanto Ryan como Sebástian se sacaron de onda.
—¿Cuál de ustedes es Sebástian Mendez? —preguntó quien parecía el cabecilla del grupo.
—Soy yo.
Lenard, al ver a los hombres, indicó:
—Joven Mendez, acompañe a esas personas si me hace el favor. ¡Hay un asunto, gente, Sebástian Mendez tiene que abandonar, por lo que el ganador del torneo excubiae es Ryan Wexford!
Aquellos que apostaron por Ryan vitoreaban salvajemente, mientras que los de Sebástian se enfadaron, pero quién más furioso estaba era Ryan.