La semana fué como cualquier otra, salvo por la diferencia que los profesores preguntaban a cada rato a Agda por qué se fué tan de repente, y todos recibían la misma respuesta: problemas médicos.
Los alumnos de toda la Ee ya empezaban a darse por vencidos en la búsqueda de una respuesta acerca de Sebástian, y sus amigos se sentían grandes por saber lo que los demás solo soñaban conocer.
Los profesores, como cualquier otro, dejaban tareas los fines de semana para que los estudiantes tuvieran algo con qué entretenerse sábado y domingo, y aunque no eran la gran cosa como lo era la exposición de biología del lunes, misma para la cual el cuarteto y ya Agda estaban preparados, sí resultaba molesto que al parecer los profesores se pusieran de acuerdo en dejar hasta el viernes las tareas.
Durante una mañana del sábado a eso de las siete de la mañana, ya desayunados y con los rayos del sol pegándoles en la cara y tiñendo de dorado lo que tocaban, Wyatt y Luna estaban a las afueras de la Ee hablando con Cha. El olor a pasto recién cortado llenaba el aire.
—¿Y para qué me llamaron? —preguntó Cha.
—Pues venimos a enseñarte sobre el misterioso y espectacular arte de la seducción —dijo Wyatt con un tono burlesco.
—Venimos a darte consejos para que conquistes a Sebástian —respondió Luna luego de voltear sus ojos a Wyatt.
—Primero lo primero y fuera de bromas —explicó Wyatt— lo primero es que se conozcan realmente bien.
—También deberían hacer actividades para relacionarse y acercarse. ¿Alguna idea?
Cha se puso pensativa, y luego de un momento se le prendió el foco.
—¡Se me ocurre algo! —les dijo mientras entraba a la Ee y corría por los pasillos.
—Emmm… supongo que la tenemos que esperar.
—Si.
Sun-Shin, luego de un rato, tocó a una de las puertas de habitación que había en el lugar, llamando a Sebástian, quien abrió.
—Sun-Shin, buenos días, ¿Qué se te ofrece?
—Pues… —las mariposas volvieron al ver a Sebástian— quería saber si querías entrenar conmigo como el año pasado, ya que no tienes problemas con tu elemento y eso…
—Gracias por la invitación, Cha, pero me temo que te la voy a rechazar. Si bien mi elemento ya está bien, los del centro donde estuve dos semanas me dijeron que evite usar mi elemento o hacer actividades físicas lo más posible, pero te aseguro que cuando ya me lo permitan, te lo acepto con todo el gusto.
—De acuerdo —dijo algo decepcionada— buen día entonces.
—Buen día, Cha —se despidió cerrando su puerta y sonriéndole.
Sun-Shin caminó de regreso a las afueras de la academia, dónde estaban Wyatt y Luna.
—¿Qué pasó que nos abandonaste sin tanto remordimiento? —preguntó Wyatt.
—Les hice caso. Antes, Sebástian y yo entrenábamos los sábados como por estas horas, así creí que sería una buena oportunidad de acercarnos.
—Y al parecer no quiso.
—No es que no quiso, es que le prohibieron cualquier cosa así los científicos esos.
—Oye Sun-Shin —dijo Wyatt de pronto— tal vez no venga un poco al caso pero, ¿Qué es lo que te gusta de Sebástian?
Cha se ruborizó.
—Pues… me gusta bastante su forma de ser, su pelo y sus ojos son bonitos, un poco su cuerpo, y sobre todo, el cómo siempre está ahí cuando lo necesito y no se aparta hasta saber que estoy bien y su altruismo. Claro… no todo es bueno, también es alguien muy desordenado y su personalidad es bastante debilucha. No le sirve ese cuerpo si Ryan lo está molestando a cada rato y él no hace nada.
—Solo hizo algo cuando fué contra tí, ¿No? —preguntó Luna con cierto tono de voz.
Cha sonrió apenada, recordando aquel recreo donde el fuego de Sebástian apareció por primera vez solo para protegerla de Ryan.
—¡Se me ocurrió algo entonces! —dijo Wyatt— llevas estudiando inglés desde hace rato, ¿No es así?
—Desde hace cinco meses y unas semanas —aclaró Sun-Shin con aires orgullosos.
—¡Perfecto! Luna y yo te escribiremos cosas para sacar plática o algún cumplido, supongo que ya deberías de poder traducirlos si te los damos.
Wyatt corrió hacia la Ee, dejando solas a las chicas, quienes lo vieron irse extrañadas.
—¿Qué pasa? —preguntó Cha.
—Pues Wyatt siendo Wyatt, la idea que tuvo de hecho me gustó bastante, si comparten alguna actividad, hay cosas con las que podrías meter conversación, conocerse más y ver si son compatibles.
—Claro, pero es que solo tenemos las clases, tareas y antes también los entrenamientos, ya otra cosa no hay.
Luna, viendo a Cha con malicia, se llevó la mano al mentón, como si se estuviera ideando algo.
Justo en ese momento, Wyatt apareció con hojas de papel y lápices.
—Bien, Luna y yo te anotaremos cosas para que las tengas en cuenta a la hora de hablar con Sebástian, ¡Yo comienzo!
Wyatt se apoyó en una de las paredes de la Ee para escribir en el papel, y una vez terminó, se lo dió a Cha.
—Como estás estudiando otro idioma y quieres ser maestra de lenguas, ese piropo te queda como anillo al dedo.
Cha frunció el ceño y leyó el papel.
—Hay varios idiomas en el mundo que quisiera aprender, pero de todas las lenguas existentes, la que más me interesa conocer y probar es la tuy… ¡Yo no voy a decirle eso!
—Uuuy, si estaba buenísimo, pero si tú dices...
Wyatt y Luna se pusieron a escribir en los papeles, mientras Cha, por curiosidad, les echaba un ojo y traducía en su mente alguna que otra cosa que ponían.
Al menos una hora había pasado y el trío se despidió entre sus miembros, y Sun-Shin regresaba a su cuarto con varias hojas de papel en las manos, leyendo algunas en el camino.
—"¿Qué significa para tí una flor?" —tradujo mientras abría la puerta de su cuarto.
Cha se quitó los zapatos, se puso sandalias y el infaltable Gaji Ma hizo su aparición poniéndose al lado de Sun-Shin, quien tomó el libro de inglés que tenía sobre un estante y lo puso en la mesita de la sala de su habitación.