En lo más profundo de tu mirada

Capítulo II: Batallas nocturnas (Parte 2)

 —De acuerdo— había tratado de sonar como si no estuviera molesta —buenas noches, hija— pero no lo podía ocultar.

—Hasta mañana —se despidió Verné mientras iba a su cuarto. De igual manera su voz había sonado resentida igual que al de su madre.

Mientras subía las escaleras no podía evitar preguntarse porque seguían teniendo el mismo tema de conversación. Cuando abrió su cuarto se dio cuenta que no dejarían hablar de ello mientras, ella siguiera teniendo evidencia clara en su rostro que no estaba durmiendo bien. Cuando escuchó a su padre entrar por la puerta, supo que de nuevo escucharía la misma plática.

—De acuerdo, Papá— le respondió esperando que de esa manera poder terminar aquella plática —trataré de no pensar mucho esta vez.

Se despidió de ella y cerró la puerta. Entonces ahí se encontraba otra vez, sola en su cuarto y con el ordenador encendido y con aquella inevitable pregunta que rondaba por su cabeza cada vez que se recostaba en su cama.

“¿Desde cuándo no puedo dormir?”

Entonces como siempre hacía sacaba esa idea de su cabeza y trataba de recordar algún buen recuerdo. Luego el silencio era interrumpido por el sonido de las sabanas moviéndose de un lado, pasaban otros segundos o tal vez minutos y luego otra vez las sabanas se revolvían. Cuando se cansaba de intentar miraba la hora de su celular y luego volvía a intentar dormir.

Era gracioso, todo su cuerpo pedía que en ese momento descanso pero solo llegaba a cabecear y luego estaba ahí consciente escuchando los perros de su vecino ladraban o la moto que pasaba a la velocidad del rayo por su calle. Había algunas noches que escuchaba el estruendoso timbre de otro de sus vecinos sonar en medio de la noche, dentro de ella esperaba que algún día alguien cambiara ese horrible timbre.

Era como un soldado, vigilando la zona desde su comodidad de su cama pero ¿cuál era su misión? ¿Qué peligro debía haber para tener que mantenerse despierto? ¿A quién estaba protegiendo de ser así?

Desde hace tiempo había dejado de creer en los mounstros debajo de su cama. Sabía también que nada la vigilaría de su ropero, de todas formas siempre se aseguraba de cerrarlo, y también sabía que aquel señor que parecía sentado en su silla no era más que sus cosas amontonadas. ¿Entonces qué es lo que le impedía dormir?

Se sentó en la orilla de su cama mientras se debatía entre salir de su cuarto o volver a intentar acostarse. Pero antes de salir de su cuarto se aseguró de no haber dejado su ordenador encendido y fue entonces que se dio cuenta que el calendario colgado al lado de su escritorio no estaba en el mes actual. Desconcertada se paro de su cama y se acerco a su calendario. Aparto la silla de su camino haciendo desmoronar la aparente forma humana que tuviera y se dio cuenta que no estaba equivocada, el mes seguía en Marzo cuando debía estar en el mes de noviembre.

Entonces recordó de nuevo la pregunta que se había hecho antes de dormir. Arranco de inmediato la página del calendario, y luego arranco las siguientes hasta llegar al mes que correspondía. Ni siquiera se molestó en recoger del suelo el papel que había arrancado.

“Han pasado muchas cosas… por eso no me di cuenta” “Solo se me olvido” se dijo a si misma mientras se acostaba de nuevo en su cama para volver en esa intensa búsqueda del sueño que había perdido.

 

Palabras de la autora:

Graciass ya llegamos a las 77 vistas :"D se que con su apoyo podre finalizar este pequeño proyecto y quien sabe tal vez cambie la portada. 

Los espero en los siguientes caps.

Gracias por leer.




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