En lo mas profundo del bosque

Capítulo 9: La niña del espejo

*Está bien, si te voy ayudar.

Al escuchar eso, una sonrisa florece en mí rostro y el pulso se me acelera.

¡Dijo que si!

Me giro, lentamente e intento actuar calmada.

-Esta bien... ¿Vamos a comer? Yo invito. — ya que me va ayudar, de cierto modo no estaría mal, devolverle con comida.

—Mmm okey... — comenzamos a dirigirnos a Colorado burgue.

Giro mí cabeza y a lo lejos distingo una silueta, la cual está medio oculta entre los árboles.

Mí cabeza comienza a doler, de tal forma que siento que va a explotar. Mí visión se comienza a poner borrosa lentamente y suelto un grito desgarrador, mientras el sabor a metálico inunda mí boca de tanta sangre que desprende mí nariz.

Y de un segundo a otro, todo está negro.

Comienzo a escuchar a lo lejos la risa de una niña, miro hacia todas las direcciones. "¿Dónde mierda estoy?". Me digo a mí misma. Intento seguir el sonido de aquella dulce risa pero solo me confundo más, está muy oscuro no logro decifrar dónde estoy. Escucho el sonido de las hojas secas romperse.. desvío mí mirada hacia el suelo, estoy caminando sobre ramas, hojas y raíces... Creo que me encuentro en el bosque. Vuelvo a escuchar la risa de una pequeña, corro lo más rápido que mis piernas me permiten, mí corazón se acelera y tengo la sensación de que algo me está persiguiendo, siento mucho miedo, pero no sé la razon. De repente visualizo una tenue luz, camino hacia ella. Veo a una niña jugando frente a un espejo, está vestida con un vestido rosa, tiene atada su cabellera café con un lazo celeste... Avanzó un paso y el sonido de una rama romperse rompe el silencio. La pequeña se queda inmóvil y luego de unos segundos ella y su reflejo me miran "Debes despertar, Thais." Suelta con una pequeña sonrisa.

— Thais...Thais. — abro los ojos y lo primero que veo es a Aren.

El primer instinto que tuve fue gritar con todas mis fuerzas mientras me sentaba.

Aren se tapa los oidos.

— ¡Que feo sueño tuve! – lloriqueo. – ¿Que paso?

Me encuentro sentada en medio de la nieve, observo manchas rojas tanto en la nieve como en mí ropa, rápidamente me alarmo. Tocó mí cara repetida veces, observo mis manos y están manchadas con sangre.

— ¡Aaaaaaaaa! ¿Que me pasó? Mí cara, me desfigure la cara, ¿Ahora quién podrá reconocerme? Mí belleza... Quedó arruinada — empieza a escupir las palabras al borde del llanto.

Aren me mira con cara de burla.

–No entres en pánico solo te sangro un poco la nariz y ya. – rodea los ojos. – Pareces una niñita.

—Claro, como tú eres del siglo que pasado. — me levanto del suelo y guardo mí libro dentro de mí abrigo.

Comienzo a caminar cuando de repente suena mí estómago.

Así que giro y camino en dirección a Coloradoburgue.

— ¿A dónde vas? – pregunta Aren siguiendo mis pasos.

— A comer una hamburguesa, muero de hambre.

Llegamos al lugar de comida y nos sentamos juntos al ventanal.

Luego de unos minutos viene el mesero a pedir la orden

¿Y adivinen quien es?

Si, Alexander.

Maldito, pero sensual Alexander.

El mira a Aren y luego a mí repetidas veces, pero su expresión es neutra.

Me preguntó si sabrá sonreír.

— Hola, buenas tardes. — nos saluda — ¿Cuál será la orden de hoy?

—Hola. Emm... Yo pediré una hamburguesa doble con queso cheddar, cebollas y pepinillos, acompañados con papas y un refresco de limón. — el anota en su libretita mientras yo le hago mí pedido — Aren ¿Tu vas a querer algo? ¿Una hamburguesa quizás?

—No me gustan las hamburguesas. — Alexander y yo lo miramos impactados.

—¿ Que clase de fenómeno eres para que no te gusten las hamburguesas? — suelto rápidamente.

— Simplemente no me gustan y ya. — saca una servilleta y comienza a jugar con esta.

—Entonces no vas a querer nada... — afirmó un poco dudosa.

— No.

Dicho eso Alexander se va.

Luego de unos 20 minutos llega mí pedido.

Desesperadamente agarró mí hamburguesa y le doy una gran mordida.

—Diablos, moría de hambre. — pronunció difícilmente mientrasastico y saboreo está deliciosa hamburguesa.

Aren me mira con cara de asco.

—¿Que? ¿Acaso nunca viste comer a una dama? — suelto irónicamente.

—¿Dama? Mejor dicho la versión femenina de Shrek.

Ignoro su comentario y sigo comiendo.

Luego de un rato termino de almorzar...

O más bien de merendar mí almuerzo.

Mientras yo comía Aren decidió irse. Así que volveré sola a mí casa.

En el camino pienso lo raro que estuvo mí sueño...

Y por qué me abre desmayado...

Supongo que es por qué no comí.

La mirada de esa niña quedó tatuada en mí pensamiento.

¿Significará algo?

¿Tendrá algo que ver con lo que me dijo Aren?

Sinceramente creo que ya me estoy volviendo loca.

Miro al cielo y presencio la más hermosa obra de arte.

El atardecer.

El cielo se llena de tonos anaranjados y rosas.

Cierro mis ojos y siento los últimos rayos del día iluminar mí cara.

Podría observar esto durante horas y nunca cansarme.

Una vez llego a mí casa subo a mí habitación.

Me acuesto en mí cama y saco el libro de mí abrigo.

Quiero intentar leer, pero el sueño me gana y me quedo dormida.

Otra ves... Esa niña.

 

 

 

 

 

 

 

 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.