En lo mas profundo del bosque

Capitulo 10: La niña de mis sueños.

Quedó sumida en un profundo sueño...

Corro de nuevo en lo que parace ser un bosque, "¿De nuevo este lugar?". Una brisa fresca recorre los poros de mi rostro. Ese exquisito holor a humedad y tierra mojada, las hojas secas bajo un nublado cielo. A lo lejos escucho la risa de una niña, corro en su búsqueda. No puedo encontrar un camino, la risa viene de todos lados. Me siento como Alicia buscando al conejo blanco. ¿Será que me caigo en un pozo?. De un momento logro a ver a la niña corriendo. Al llegar al lugar me doy cuenta de que no es solo una niña, son dos. Son idénticas. Me acerco a ellas, pero me escondo detrás de unos arbustos. Las niñas corren hacia una mujer que parece ser su madre, ella las abraza y les acaricia el cabello. Cómo un reflejo automático yo acaricio el mío... Eso se siente tan extraño. La mujer me encuentra y me sonríe, "al fin has vuelto Thais" extiende sus brazos hacia mi. ¿Me conoce? ¿Esa mujer me conoce?. 

 

De un sobresalto me despierto de mi sueño.

¿Que es eso que acabo de soñar? 

¿Me estoy volviendo loca? 

Probablemente.

Lo primero que hago es levantarme de la cama colocarme un abrigo y salgo de mi casa lo más rápido posible.

No si quiera soy conciente de lo que llevo puesto.

Voy en camino al parque y como era de esperarse Aren se encuentra debajo de un árbol haciendose el misterioso.

-Aren — digo en voz alta, pero obviamente no me escucha. —¡Areeeeeeen! — grito esta vez con todas mis fuerzas.

El gira y me ve.

Sus ojos me observan de arriba hacia abajo para luego hacer una mueca de asco.

–¿Que mierda llevas puesto? Rarita— camina hacia mi.

La verdad ni me fijé que llevaba puesto al levantarme de mi cama.

Me miró y pues.... Parezco vagabunda.

Llevo mi pijama.

—Llevo puesto mi pijama favorito. ¿Cuál es el problema?

–¿Problema? Ninguno, pero espero no te de una hipotermia en el frío que hace, ooooo que te confundan con vago de por ahí.

— Voy a ignorar lo que acabas de decir, necesito contarte algo.

– ¿Que cosa? - da toques en el suelo para que me siente a su lado.


El saca una manzana de su bolsillo y me la ofrece.
Lo observó con una cara extraña.
Agarro la manzana — Peor es nada. — digo en voz baja, pero obviamente el me escucha.
De un arrebato me saca la manzana de la mano – Muérete de hambre por mal agradecida – vuelve a guardar la manzana en su bolsillo.
– Ashh que frágil eres. — me acomodo en el suelo lleno de nieve– me encanta la nieve, pero ya no siento mis extremidades ¿Podríamos ir a sentarnos en un asiento?.
El asiente y nos levantamos para ir al asiento más cercano.
– ¿Podrías ir al grano de una sola ves y decirme que es lo que ocurre?
–Cierto, tuve un sueño raro... — Le cuento lo que soñé.
–Okey.. quizás tienes un trauma de la infancia sin resolver. – responde lentamente.
–¿Yo? ¿Tener traumas? Jajaja si como no — exagero sarcásticamente.
Lo observo detenidamente, sus ojos son azules con un ligero color gris en los bordes, su pálida piel está cubierta por pecas sobre toda su nariz y pómulos. 
Sus labios son muy rosas aunque están algo secos, su cabello es un dorado oscuro y le llega hasta los hombros, tiene una barba de hace unos días sin rasurar. 
Y por Dios que envidia su mandíbula.
–¿Se puede saber por qué me miras tanto? – comenta algo incómodo.
A veces observó a las personas como si fuera una acosadora.
– Es que recién me doy cuenta del color de tus ojos, son lindos – soy muy sincera al momento de halagar a las personas, lo digo sin pensar.
– Mmm gracias, tus bigotes también lo son. — suelta con seriedad.
–Gracias.. — respondo con una sonrisa. —Llevo meses haciéndolo crecer. —bromeo.
Tengo que decir que soy de las personas que se rasuran el cuerpo solo cuando es necesario, y como este lugar es un congelador, yo digo que "Más pelo, más calor".
– ¿Hoy tuviste que irme a rescatar al bosque? — pregunto mirando hacia la nada.
– Sorprendentemente no.— volteo a mirarlo — no has salido de tu casa en toda la noche. 
Comenzar a sonar mi alarma.
–Hora de trabajar — me levanto para dirigirme a mi casa, tengo que cambiarme.
Me preguntó cómo es que Aren a estado en el colegio tantos años y nadie se haya dado cuenta de que es algo extraño. 
Digo se debe  saber de memoria las clases, si las ha cursado durante años.

Al llegar a mi casa, voy directame a mi habitación, pero algo me llama la atención, es mi madre.
No está.
¿Por qué razón no está?
Ella siempre se encuentra en casa a esta hora, por qué se asegura de que vaya a cumplir con mis obligaciones de persona adulta e independiente que soy ahora.
Bueno, quizás salió con algunas personas.
Subo a cambiarme, me pongo mi vieja confiable que se trata de, un buzo negro, pantalones negros, botas negras y gorro negro.
A este oufitt lo llamo "La mujer de negro".
Guardo mi celular en mi mochila obviamente negra y me dirijo hacia la escuela.
En el camino me encuentro con Víctor quien me acerca a la escuela.
El está algo nervioso diría yo, se lo ve muy.... Con mucha tensión.
- ¡Hola!– saludo a todos con la mano.
Me dirijo hacia Donde se encuentra Nico, hoy me toca ser su "ayudante".
Lo único que hago es mirarlo y preguntar hasta por qué respira.
Muchas estudiante están locas por el, me preguntó si sabrán que es una persona transgénero. 
No digo que eso sea algo relevante, pero ya saben, la gente juzga mucho.
–Hola Thais ¿Cómo estás?– sonrie en señal de saludo.
–Hola, la verdad muy bien, aunque hoy me desperté más temprano de lo normal. – bostezo.
Si me siento muy cansada.
–Mejor que saques energía de dónde no tengas, por qué hoy hay que hacer muchas cosas. – agarra su caja de herramientas. 
Estira su brazo y logro ver una horribles cicatrices.
Por la sorpresa suelto un pequeño ruido con la boca.
El me mira .
–¿Pasa algo? – parece que no se dió cuenta.
O eso creo.
–No nada, solo que recordé que tenía que hacer algo en mi casa y no lo hice, entonces la señora que me dió la vida, se va a enojar. – hecharle la culpa a mi madre es mi pasión. — ¿Que tenemos que hacer ahora?.
– Tenemos que arreglar el calefactor de aula 175.
– ¿De nuevo? — lo arreglamos la semana pasada.
– Si, ese siempre se rompe, de hecho ya le tome cariño. Lo llamo "El viejo Charly"
– Bien vamos con Charly.
Charly te odio.
¿Sabes cuántas hora tengo que invertir de mi tiempo en ti?
Hoy será un largo día.
 




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