Existe una leyenda que transciende los tiempos, y pasa de generación en generación, el pueblo Sloriano tiene conocimiento de la leyenda pero el pasar los año, las personas dejaron de creer en cosas más allá de la vista humana, creyendo que son los únicos que gobiernan la tierra, creyendo que la leyenda es solo una historia para niños.
¿Qué tan alejado están de la realidad? lo suficiente cómo para no prestar atención que la oscuridad acecha en silencio, todos alejados de los problemas ajenos sin saber que el peligro se acerca que la leyenda de la cual dejaron de creer una vez más se hará realidad.
¿Quién será la víctima está vez?
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★Rose★
—¡¿No lo han hecho!?—la expresión de María fue algo que me causo mucha gracia, sus pies se detuvieron dejando de aplastar las moras al son del tambor.
—Aún no estoy preparada.—le comunique sonrojada—Maison lo entiende.
—Te has sacado la lotería con un hombre paciente y tan apuesto.—chilló María con los ojos soñadores—Ya quiero encontrar alguien dispuesto a pedir mi mano.
Esboze una sutil sonrisa aplastando las moras, mire a los lejos del enorme césped dónde las personas se pasean de un lado para otro con una sonrisa de felicidad en su rostro, y más allá cerca de la panadería de la señora Nastia está mi prometido levantando la mano para saludarme.
—¡Mándale un beso!—me animó María viendo hacia la misma dirección—¡Es tan tierno por venir a verte!
—No sé si pueda.—conteste levantando la mano para devolverle el saludo, aunque no puedo distinguir su rostro sabía que tenía una dulce sonrisa plantado en su varonil rostro.
—No te hagas.—me empujó juguetonamente cuando levantó sus cejas pícaramente—Ya se han besado no hay nada malo de mostrarle afecto público a tu prometido Rose.
Mis mejillas adquirieron un color rojizo, baje la cabeza con una sonrisa nerviosa, es cierto, Maison y yo. ya nos hemos dado un par de besos, sus labios son dulces y tierno.
Pero aún no me siento preparada para dar el siguiente paso, somos prometidos desde hace nueve meses, cuando nos conocimos en el campo, al vernos nos hicimos amigos y de amigos pasamos a ser novios y de novios finalmente a prometidos. y puedo decir con certeza que Maison es ese clase de hombre que las chicas buscan.
Si quieres alguien atento y amoroso. Es Maison.
Si quieres a alguien que sepa consentirte y darte tu espacio, ese es Maison.
Maison fue popular entre todas las chicas de Slora hasta que me hice su prometida. aún así no puedo evitar ver cómo ellas suspiran por mi prometido.
Maison es atractivo, cabello rubio opaco, unos preciosos ojos azulados, una sonrisa simpática que podría fácilmente manipularte, y un cuerpo delgado y trabajado gracias al trabajo del campo.
Su familia no es tan adinerada cómo la mía, pero es perfecto, su madre me trata bien, su padre igual. Ellos son una dulce familia que pasaran a ser mías pronto.
—viene para acá.—se echó a reír María susurrando cerca de mi oído.
—¡María! ¡Rose!—la señora Carlota nos llamo la atención con su ceño fruncido que a decir verdad provoca escalofríos, volvimos a nuestro trabajo hablando en voz baja.
—Está cerca..—susurró, mire de reojo hacia el campo soleado, pude escuchar los susurros indiscretos de las chicas y a mi prometido con una dulce sonrisa en su rostro.
Baje la mirada disimuladamente esperando oír su suave y relajante voz, pude escuchar sus pasos, tome la melena de mi cabello de oro con nerviosismo.
—Rose..—levante la mirada de golpe, recibiendo una risa por parte de María y una sonrisa por parte de mi prometido, se que seguramente mis mejillas deben parecer un tomate pulido.
—Maison..¡Hola!—reí nerviosamente—¿Qué te trae por aquí?
Levantó la ceja con algo de diversión—¿Es esa la forma de saludar a tu prometido Rose?
Jugue con mis dedos negando con la cabeza, mire a María que parecía ajena a la conversación, sus pies siguen batallando con las últimas moras.
—Padre quiere vernos.—me aviso Maison cruzado de brazos—Dice que quiere celebrar con tu papá nuestro compromiso.
María quiso interrumpir, llamando nuestra atención—¿Celebrar? No será mejor ¿Celebrar que beben bebida con cada excusa que ponen?
Los ojos azules de Maison se mostraron divertido—Solo finjamos que no sabemos que le gusta la cerveza casera.
Solté una pequeña risa—Su secreto está a salvó conmigo.
—Un secreto muy peligroso.—siguió María con el juego—Maison me gustaría que siguieras hablando con Rose, pero si sigues aquí, lo único que lograrás es que la señora Carlota nos fulmine con la mirada.
Señaló disimuladamente a la señora Carlota algo regordeta de brazos cruzados, con una mirada que da miedo, volví a mirar a Maison—No quiero morir.
Soltó otra de sus risas suave—Si los poderes existieran estarías en peligro y yo sería tu príncipe, pero la señora Carlota no posee poder alguno más que fulminarlo con la mirada..
—Ella tiene un poder.—dijo María llamando nuestra atención—El rodillo que carga en su mano, no me preocupa Rose, me preocupas tú. Tal vez Rose se quede sin prometido.
—Ahí viene.—anuncie viendo cómo Carlota se acerca con el rodillo de forma amenazante, Maison sonríe despidiéndose de nosotros no sin antes plantar un beso en mi mejilla y retirarse huyendo.
La señora Carlota se dió media vuelta amenazandonos con la mirada, ambas nos echamos a reír para seguir con nuestro trabajo de aplastar moras con los pies en el gran barril que parece un plato enorme, al terminar salimos con los pies húmedos mirando el perfecto trabajo.
—Te lo agradezco una y mil veces.—Maria me abrazo sonriendo—Podre tener dinero para mis hermanos, tal vez hoy le compré unos deliciosos postres de Mora.
—No es nada.
—¿Nada? Haces todo cuando no es tu deber hacerlo—me habló—Ayudas a todos lo que puedes pese a lo rica que eres. para mí eso es mucho.