En los brazos de la bestia

Capitulo Doce.

Lo desconocido debe ser eliminado, las personas humanas jamás deben saber que existen seres diferentes a ellos, no deben dejar que los vean, que los sientan, y si en caso tal de que los vean y encuentren, jamás dejen que los atrapen.

Los seres humanos ademas de temer a lo desconocido, siente curiosidad hacia especie diferentes como ellos, se veran en la fatalidad de experimentar contra un ser sobrenatural, su pensamiento de temor, terror y codicia los hará estudiar algo que para ellos es increíble y a la vez aterrador.

Entonces..¿Lo seres humanos son buenos? 

Claro que no. Si hay algo que deben saber es que jamás, ni aunque estés agonizando, jamás confíes en ellos.

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★Rose★

 

De pie en medio en un hermoso jardín, cerca del árbol de manzano, observo con desconfianza a Callum, su rostro muestra una expresión divertida, tiene una sonrisa ladina y espera mi respuesta.

—¿Por qué quieres saber de María?—pregunte con temor—¿Que pretendes?

—No pretendo hacerle daño, cervatillo.—contestó divertido—Puedo oler tu miedo, deberías dejar de temer no te haré daño.

—No te tengo miedo.—mentí—Temo que le hagas daño a María, desconozco tus intenciones, Callum.

No retrocedí cuando dió dos pasos hacia al frente, mis ojos están clavado en cada movimiento de su cuerpo, el aire mueve su cabello castaño dándole un toque enigmático, estoy segura que si el no fuera un hombre bestia, sería la atracción de muchas.

—No le haré daño a tu amiga, quiero conocerla.—dijo con una sonrisa de boca cerrada.—¿Ella tiene novio?

—¿Y que pretendes hacer si no te doy una respuesta?—me cruzo de brazos, tratando de parecer todo lo intimidamente posible, cosa que no pareció funcionar por la carcajada de Callum.

—Ay cervatillo, aunque no quieras ya me diste la respuesta.—me guiñó un ojo, quedé perdida durante unos instantes—Sigueme.

—¿Eh? ¿Qué? No te he dado nada.

—Acabas de confirmar que no lo tiene.—respondió divertido, no me moví del lugar, el se giró caminando hacia la puerta por dónde yo sali—Vamos es hora de que vayas al Harem.

—Ella tiene novio.—mentí, sin tener otra opción que seguirle los pasos hacia dentro del castillo.

—¿Sabes que nosotros sabemos cuándo mientes?—me preguntó divertido. abrió la pesada puerta permitiendome entrar primero, con desconfianza y mirando de reojo hacia atrás, comencé a subir las escaleras uno por uno.

—No lo sabía.—murmure apenada.

—Ahora lo sabes.—manifesto detrás de mi, luego de unos segundos en lo que no respondí, Callum siguiéndome desde atrás comenzó a silvar suavemente, el eco de su silbido ser perdió entre las paredes.

Mi respiración se agitaba un poco, ya que había muchos escalones en ese momento no había pensado que subirlos sería completamente difícil, por suerte subir todo esto valia la pena. tenía la manzana en mi mano.

—¿Puedes dejar de silvar?—pregunte algo molesta.

—No. Hasta que me digas las cosas favoritas de tu amiga María.

—Silva todo lo que quieras.—respondí, provocando otra carcajada de su parte.—¿De que te ríes?

—No, nada cervatillo.—habló con diversión—¿Cuando te vas a comer esa manzana?

—Más tarde.—la verdad es que trataría de compartirlo con María, a María le encantan las manzanas, son sus favoritas.

—¿Gaius te dejo salir afuera?—preguntó y mi corazón se detuvo por unos instantes—Vaya, así que no. ¿Con que desobedeciendo cervatillo?

—¿Le vas a decir?—pregunte jugando con mis manos.

—No.—un suspiro salió de mis labios—Si me dices que le gusta a tu amiga.

Para ese entonces me daban ganas de lanzarle la manzana en la cabeza, pero eso me costaría mi propia vida.

—Entonces dile a Gaius.—murmure afrontando mi posible muerte.

—¿Prefieres que Gaius te devore viva, a decirme que le gusta a tu amiga?—trague saliva cuando dijo «devorar», asentí con la cabeza.—¿Por qué?

—Justamente porque es mi amiga, le soy leal a ella, prefiero morir primero que decir algo de ella.—balbucee temerosa—Si quieres saber algo de ella, debes preguntarle.

Llegamos al piso correspondiente que da hacia el Harem, me arregle un poco el cabello que había sido desordenado por el viento, Callum estaba a mi lado sin caminar hacia otra parte, cuando avance el avanzo, lo mire de reojo notando que me seguía al lugar donde iba.

—¿Qué haces?

—Voy a ver a tu amiga.—responde como si nada.—¿Te molesta?

No respondí, solo seguí caminando. cargaba la manzana en mi mano, era grande y cuando lo levantaba para verlo, su color rojizo me hipnotizaba. 

Al llegar a un pasillo grande que ya conocía, me encontré a Gaius recostado sobre una columna con los ojos cerrados, mientras a su lado había una chica rubia bajita de rostro tierno que ya conocía.

Ella me había molestado, mis latidos se dispararon y más al verlos juntos, ella le hablaba animadamente y el parecía no prestarle atención o eso creia, pues lo veía hablar con ella como si nada.

—¿Este es el Harém?—preguntó Callum obteniendo la atención de esos dos.

Gaius abrió los ojos y su mirada inmediatamente se clavo en la mía, oculte la manzana detrás de mi espalda. la chica llamada Henna me observo con una expresión de asco. 

—Callum. ¿Qué haces con esa humana?—preguntó ella con su voz dulce.

Mi mirada no se despegó de Gaius por ningún segundo, sentía que podía estar estudiandome, además del hecho de sentirme extraña por todo lo sucedido entre nosotros.

—La seguia porque ella iba al Harém ¿No es cierto, Cervatillo?—cuestionó Callum.

—¿Por qué ir con ella?, cuando puedes preguntarle a Itzá acerca del Harém.—indago la rubia bajita con una expresión fulminante.—¿No es cierto Alpha? Ella no tiene que estar con esa estúpida humana.



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En el texto hay: drama, amor, dolor decepcion

Editado: 28.10.2023

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