La ignorancia humana los lleva a su propia perdición, el temor que llevan en su corazón los condena al infierno, la traicion lo retuerce en el Averno.
••••••••••••••★•••••••••••••••★••••••••••••••••★••••••••••••••
★Rose★
—¡por los dioses! ¡Por qué eres tan imprudente Rose!—Maria me regaño apenas entró a la habitación—¿Enfrentarte con un lobo? ¿Estás bien? ¿Tomaste algo para alucinar?
Sus manos comenzaron a escrutar mi rostro buscando algún indicio de que no me encuentro bien.
—Tienes que dejar de involucrarte con ellos, terminarás muerta en algún momento.—me advirtió con voz molesta—Ahora más que nunca estoy convencida de que debemos escapar.
—Solo defendí a Maison.—conteste en voz baja, levanté la mirada—Solo defendí a mi prometido como el lo hizo conmigo.
—¿Queriendo terminar muerta?—reprochó—¡No! Maison no murió por gusto Rose, no tientes tu suerte, no dejes que el esfuerzo de Maison sea en vano.
—No quiero morir. Pero Henna hablo de fornicar con Maison, ¿Entiendes eso?—pregunto con lágrimas en los ojos—Su mirada no decía que le preguntaría, estoy segura que abusaría de su cuerpo, hasta ultrajarlo buscando placer. Solo reaccione, María. Y lo siento.
Su boca se cerró abruptamente procesando las palabras que había dicho, me levanté de la cama dejando la charola sobre la mesa redonda, limpio mis lágrimas y mi rostro hinchado, el dolor no se fue a pesar de que las heridas se curaron gracias a Gaius, es la hora completa (La noche) y yo aún me encuentro despierta sin poder dormir, Maria había llegado a mi habitación acompañado de Callum y por lo que veo la castaña no piensa apartarse de mi.
—Esto todo esto es un infierno.—dijo, camino hacia el balcón de mi habitación—Lo he repetido muchas veces, Rose. Estamos aquí encerradas en una jaula de oro, alejada del mundo del cual una vez pertenecimos.
—Donde crecimos entre miseria y felicidad, dónde mi hermano es por lo único que trabaje a tan temprana edad, dónde aleje el amor solo por enfocarme y adorados hermanos, para que de un momento a otro este aquí alejada de ellos, ya no recuerda el aroma de mi hermanito, sus sonrisas se están difuminando de mi mente, el dolor y el miedo de no verlo me consume cada noche. ¿Sabes por qué te digo todo esto?
Niego con la cabeza, una sonrisa sale de sus labios débilmente—Porque no quiero que mueras Rose, todos los lobos se aprovechan de nuestro miedo para burlarse pero contigo es diferente es como si te odiarán y no entiendo el porqué, La loba que te lastimo busco matarte y ella solo la primera de muchas ¿No es cierto? Aveces pienso que es porque eres diferente a mi y a las demás chicas.
—¿Diferentes? Soy iguales a ustedes solo..defendí a mi prometido es normal que reaccione así.
—Esto es más que tu prometido—cortó—Es por ese lobo que te beso, no tiene caso mentirme.
Apreté las sabanas.
—Eres diferente Rose, delicada, Frágil y a la vez valiente, eres apasionada y muy sensible.—rió—Aun puedo recordar el día que lloraste porque mate una oruga por accidente. Dioses, Rose ¡Eres única! Por eso Maison se fijó en ti, por eso ese estúpido lobo también lo hizo, por eso ellas te odian, tu..tu eres luz entre tanta oscuridad, eres buena y se aprovechan de eso.
—No quiero que mueras Rose, entiendo que estés sufriendo, que te sientas a morir porque Maison no está vivo y la culpa te carcome, sin embargo debes mantenerte tranquila y pasible como siempre lo has sido, se que no haces nada pero si solo respiras todos querrán matarte y tú no puedes morir.
—Vamos a escapar de aquí.—me miró con decisión en sus ojos—En algún momento, saldremos de este palacio, crearemos un ingenioso plan, tomaremos a nuestras familias y huiremos lejos de Slora, ha otro horizonte, por favor no te des por vencida. Maison murio por ti, tu vive por el.
Sus últimas palabras calaron hondo en mi corazón, se acercó a mi, tomo mi mano junto a la suya, la calidez de María me brinda protección.
—Quiero ser fuerte como tú.—confese sonriendo y mosqueando por la nariz.
Una risa salió de sus labios—Prefiero que seas tú misma, ya eres fuerte Rose. lo has demostrado desde que pusiste un pie aquí.
—Pero tu eres diferente, tienes carácter te enfrentas a la situación sin miedo y yo huyo a la primera oportunidad.—habló—Somos dos gotas de agua diferente, una margarita junto a un fuerte árbol de cerezo. Tu te mantienes de pie y yo al primer dolor que siento rompo a llorar.
Había una diferencia abismal entre ambas, María es como un árbol de roble que enfrenta tempestades y tormentas, mientras que yo me comparo a una ramita que se lo lleva el viento, admiro la fuerza de María, que pese a su miedo muestra decisión, un carácter tan diferente al mio.
Es tan decisiva que como ella había dicho desde temprana edad se puso a trabajar para sus hermanitos, mientras que yo vivia en una cuna de oro siendo amada por mis padres, ella durmiendo a la interperie mientras que yo dormía en una suave cama digna de una mujer de clase alta.
Me preguntó si yo estuviera en su situación ¿Lograría ser igual de fuerte que ella?
—Ah, eso duele.—me queje cuando tomo mis mejillas y la estiró.
—Eres fuerte a tu manera—Volvió a repetir—Puede que yo sea un fuerte arbol de cerezo pero si la margarita que se veía tan diminuto en medio de un césped no podría haber sobrevivido. Eres diferente a mi, tienes razón, pero Rose. Me has ayudado incontables veces que si tu no hubieras sostenido mi mano cuando más lo necesite, no estaría con vida.
—Ambas somos diferentes y asi te quiero Rose, naciste para ser protegida, aquí estoy para ti.—Su brazos envolvieron mi cuerpo, acepte su abrazo.—No te menosprecies Rose y reconoce la pequeña grandeza en tus acciones.
Acaricio mi espalda su voz se había quebrado al decirme te quiero, acaricie su espalda siguiendo sus movimientos, me refugie en su aroma a canela, ella es la que me sostenía a mi, en mis momentos de angustia, es ella quien viene a mi, no tengo nada que temer cuando se que María es mi ancla para permanecer cuerda entre un futuro incierto.