En los brazos de la bestia

Capitulo dieciocho

El primer sentimiento que sentí cuando los humanos tenían expresiones de terror en su rostro al notar que somos parecidos a ellos pero que a la vez somos diferentes fue placentero, ellos debian pagar la traición de uno, ojo por ojo, los hijos de las mujeres humanas perecieron bajos las llamas, la venganza fue justa cuando gritos de clamor resonaron alrededor de todo el reino, habíamos vengado las muertes de los nuestros, de nuestros cachorros inocentes que no debieron ser tocados inmundos humanos carentes de sentir más que por si mismo.

Ojo por ojo, una vida por otra.

La deuda estaba saldada.

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Rose★

 —Ya es tarde, tenemos que volver al Harem.—habla lucía percatandose de la hora, Evae deja de revisar los vestidos sobre el baúl y se acerca a pasos apresurados hacia lucía—¿Y María...?

—Ella se queda conmigo.—conteste, acariciando su cabello—Las veré luego.

—Gracias por el vestido, Rose.—Lucia sonrió alegre al ver a Evae con una Saya de color azul—¿No tendrás problemas con los lobos si me otorgas esta prenda?

—Ninguno.—y si lo hubiera hablaría con Gaius, si eso implica enfrentarse a la bestia.

—Adiós, nos avisas cuando María despierta.—pidieron ambas, asentí, las acompañe hasta la puerta, ambas miramos hacia el pasillo plagado de lobos—¿No nos harán daño?

—¿Quieres que la acompañen?—pregunte entendiendo su temor, hasta yo misma temia que le hicieran algo.

—No..creo que es mejor que vayamos solas—habló Lucía insegura—No puedes dejar a María sola.

Cierto, pero tampoco quiero que ellas vayan sola.

—Si, podemos bajar nos sabemos el camino.—balbuceo Evae, escuché a algunos lobos reirse—Entra Rose, ya nos vamos.

—No.—dije firme y con temor, mire hacia la puerta donde está María—Esperen un segundo.

Tenía dos opciones mientras caminaba de un lado a otro, primero estaba Hazel, y luego Callum, el segundo no me convencía mucho y la primera un poco, no sabía cuáles son las intenciones de Callum pero Hazel se ve más como una buena persona.

Los lobos tienen súper oídos.

—¿Qué vas a hacer?—Evae dió un paso adelante.

—Llamare a Hazel.—conteste rezando para que ella me escuche—¡Hazel! 

Nada. 

Un suspiro y volví a llamarla aún más fuerte escuchando los gruñidos de los lobos ante tanto ruido.—¡Hazel!

—Callate estúpida humana.—Gruñó un lobo dispuesto a venir hacia mi dirección, pero otro lo detuvo con la mirada—¿Por qué? ¡Está haciendo ruido!

—Es del alpha.—susurró, retrocedí sabiendo que las chicas a mi lado habían escuchado.—¿Quieres morir acaso? 

—¿Rose..?—Hazel se acercó en el momento que lucía me observaba con una expresión confusa.

—¿Para que me llamabas?—preguntó con su habitual voz molesta y serena.

—Hazel.—me acerque a ella rápidamente, ignorando la mirada de Lucia—Puedes cuidar a María unos momentos, por favor. Acompañare a ellas al harem.

La loba resoplo, y luego asintió con la cabeza refunfuñando el hecho de que no era una niñera y solo una curandera, entro a la habitación cerrando la puerta tras de si, mientras yo le agradecía en silencio.

—Bien vamos.—las tome a las dos de la mano ignorando las miradas lobunas de esos hombres y mujeres que no paran de cuchichear acerca de mi.

—Rose..¿Ese lobo..?

—¿Pasa algo?—pregunte tratando de que no tiemble mi voz.

—Ese lobo dijo algo.—susurró confusa, mi mano tembló, tragué saliva sintiéndo el frío pasar por mi rostro—¿Sabes que dijo? No lo alcanze a escuchar, ¿Te amenazó? Estás temblando.

—Es cierto ¿Que dijo?—preguntó Evae acariciando mi mano, parpadee al notar que ellas estaban preocupadas por mi y no parece que hayan escuchado lo que dijo.

¿Pero entonces..? 

—No es nada, no se preocupen.—sonreí forzada, subo las escaleras sabiendo que hay dos harem uno en el piso de abajo y arriba y por lo que se todas deben subir al harem de arriba ya que pronto será mediodía.

—Es hermoso.—susurró una de las chicas mirando la arquitectura del palacio en un tono marrón claro es la estructura de las paredes de los pasillos y las columnas de un color diferente. las ventanas a lado derecho mostrando un día soleado con buen clima.

—Es extraño que no haya ningún emperador viviendo aquí y que esto se mantenga en buen estado.—manifesto Evae.-

—Recuerda lo que dijeron las bestias—Lucía levanto la mano—Uno de ellos es el emperador de este castillo y de toda Slora.

—Es cierto.—Evae, aplaudio levantando la mirada—Pero..¿Y la emperatriz? ¿Quién será el emperador? 

—¿No es obvio? Es el hombre bestia que intimida bastante.—habló de Gaius—¡Estoy segura que es el! Tiene el porte de un soberano.

Evae se echó a reír—¿Cómo sabes que es el? 

—Todos le tienen respeto, solo con ver cómo la mujer loba quedo callada cuando el le alzó la voz lo confirma.

—Puede ser cierto—respondí yo.

—Y si es el..¿La emperatriz sería?—Evae cerro los ojos—¿No sería la loba de cabello oscuro que agredió a Claire?

—¿Que?—pregunte al unisonó con Lucía, Evae nos miro a ambas con la ceja levantada.

—¿No es ella? Se ve dura y en algunas ocasiones lo eh visto pegado al lobo Alpha.

¿Ah sí?

—Pero eso no quiere decir que ella lo sea.—refutó Lucía negando con la cabeza—Si ella es, estamos perdidas.

—Es malvada.—susurre con los ojos cristalizados.

—Cruel—siguió Lucía con voz quebrada.

—Sanguinaria.—terminó Evae estremeciendose.

—Ella no es.—respondimos las tres.

—Y si..?—las tres nos miramos asustadas, moví mi cabeza de un lado a otro—¡Por supuesto que no!

Volvimos a responder.

Gaius no estaría con una mujer como ella, aunque parecen verse bien juntos pero es imposible.

¿Que..por qué siento esto? 

—¡Podemos hacer algo!—Lucía alzó la voz—Intentemos averiguar quién será la emperatriz de Slora.



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En el texto hay: drama, amor, dolor decepcion

Editado: 28.10.2023

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