En los brazos de la bestia

Capitulo veintidós

La ingenuidad de la especie humana es considerada inútil para los lobos, aveces provechoso, pues confían fácilmente en alguien, eso es ventajoso, sin embargo que suceden con esa especie humana cuando fingen cuando saben controlar el latir de su corazón, cuando han aprendido a engañar, ya no es provechoso, resulta peligroso, ahora quien no puede confiar son los lobos, siempre alertas, un solo error y ellos volverían a sufrir.

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★Rose★

 

—Esta todo listo.—resonó una voz femenina en medio del salón recorro con la mirada  el salón principal decorado justo como todas lo imaginamos.

El salón principal es enorme, tiene unas cortinas de color rojo bordado en un color semejante al oro;en cada columna hay candelabros de oros, en una mesa se encuentran las coronas decoradas para cada una de nosotras, las mesas están en su lugar y en medio de ella esta un espacio vacío y en ese mismo lugar es donde bailaremos mientras algunas cantarán juntos a Sarah.

Hay velas por todas partes sin llegar acercarse a las espesas cortinas, las chicas hablan entre si y el ambiente festivo se siente en el aire. descubro a tiempo que María viene caminando hacia mi dirección con una sonrisa impregnada en su rostro y por lo relajada que la veo estoy segura que cierta persona sufrió las consecuencias de querer preguntarle a ella sobre Callum.

—Rose ¿Donde estabas? Te estuve buscando en tu habitación y no te encontré.—cuestionó—¿Estás bien? Tienes los ojos rojos.

—Estoy bien.—sonreí forzadamente, sus ojos me escuadriñaron—Estaba con Hazel ayudándola en algunas cosas.

Mentí.

Desvíe la mirada hacia algún punto de la pared—Rose, no sabes mentir.

Abrí la boca para refutar pero mejor decidí no hacerlo, el silencio en ocasiones valía mejor que las palabras, no quería recordar a Gaius, aún la sorpresa está en mi pese a que no lo demuestro por mi bien, recordar cada cosa que me contó Hazel y recordar a Itzá gritarme que le pertenezco a Gaius es simplemente sorprendente, encima sentir demasiado calma con Gaius es..

—¡Rose!—María me zarandeo por los hombros, regrese a la realidad, sus ojos marrones me observan con curiosidad—¿Enserio estás bien? Estabas en algún otro lugar.

—No, te estaba escuchando—susurre no muy segura, levanto una ceja y se cruzó de brazos.

—Ah si...¿Qué dije?—me miro inquisitivamente.

—Hablabas sobre el vestido que usarás mañana en la noche.—hable nerviosa al notar que había fallado.

—Me dirás en este instante que te sucede, y no quiero mentiras—me señaló, iba a contradecirla pero una sola mirada de ella me hizo sospesar la idea de no hacerlo.

Fui arrastrada por María en medio de la multitud de chicas que hay dentro del salón dándole los últimos retoques, salgo por la puerta con la mano de María en mi brazo.

—Espera.—le pedí al notar que no iríamos hacia mi habitación, si no al harem del primer piso—María.

Apenas puse un pie dentro del harem recordé algunas cosas, como cuando ví a María acurrucada en una esquina asustada, y las chicas temerosas temiendo por sus vidas, María me soltó por unos segundos.

Hace tiempo que no estaba en este lugar, normalmente las chicas permanecen en el tercer piso del palacio y aveces en el segundo.

Las cosas habían cambiado bastante de esa vez, cuando puse un pie aquí buscando a María, en ese tiempo el sentimiento era miedo no había nada más que algún otro sentimiento que no fuera miedo.

Dejo de mirar el harem que parece algo descuidado y me enfoco en María al notarla mirar un punto fijo se que también está recordando.

—Ha pasado mucho tiempo.—habló nostálgica, la mire caminando lentamente hacia ella—Estaba asustada, aterrada. Y preocupada, no sabía que iba a pasar con mis hermanitos, quien cuidaría de ellos, no sabía si viviría o moriría, no sabía nada acerca de mi futuro.

—Creí que estaría sola, hasta que te vi—sonrió,la vi limpiarse una lágrima, coloque mi mano en su hombro—¿Crees que está bien festejar una fiesta cuando no se nada de Alan y sairus?

Conozco el amor que María tiene por esos dos pequeños niños, el amor de una hermana, entendía porque lloraba. esto nos trajo recuerdo del pasado, recuerdo que deben permanecer en nuestro corazón.

—Se que mis padres están cuidando de ellos.—susurre con voz suave—Conoces muy bien a mi madre y el amor que le tiene a tus hermanitos, ellos están bien y estoy segura que ellos estarán encantado de que disfrutes.

—Los extraño Rose.—se quebró, mordí mi labio tratando de no llorar—Mi corazón duele al no tenerlo conmigo, estoy empezando a olvidar a qué olían ellos dos.

—Siempre huelen a dulces.—le informe provocando una risa en medio de su llanto—tal vez olvidemos el aroma de nuestro seres queridos, pero no el amor que le tenemos, y en tal caso que lo olvides siempre te lo recordaré.

—Gracias.—sorbió su nariz, limpió sus lágrimas y luego miro hacia arriba—No es tiempo de ponerse triste, ellos saben que no importa donde yo esté, los quiero mucho.

Como yo quiero a mis padres y mi hermano.

Te entiendo perfectamente, María.

—Vinimos aquí porque quiero saber que te sucede—habló girandose a mi—Te conozco Rose, conozco cada una de tus facetas y no puedes mentirme no a mí  ¿Qué sucede? ¿Que aflige tu corazón?

Apreté mis manos, mirándola preocupada sabía que sus ojos marrones me observan de la misma forma, no se si pueda contarle a ella de lo que me enteré, es mi mejor amiga ¿No? Pero tengo miedo, tengo miedo de que ella no comprenda la situación, me aterra mucho y ahora que lo pienso.

El comportamiento de Callum hacia ella, la sorpresa recorre mi sistema entero. 

—¿Qué pasa Rose? Me estás asustando.

Su ceño se encuentra ligeramente levantado, la miro sin parpadear cayendo en cuenta de algo al que antes no le había prestado atencion,  si Gaius es mi vínculo, si el me odio por eso.



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En el texto hay: drama, amor, dolor decepcion

Editado: 28.10.2023

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