No se puede amar a alguien que no te ama con la misma intensidad que lo haces, no hay que ser ciegos al amor ingenuo aquel que ellos te prometen, amaba tanto a mi lobo que lo creí incapaz de creer en las palabras de aquella loba, pero fui ciega y perecí por su propia mano, mi amado me había matado en cuerpo y alma y no hay nada más doloroso como morir por alguien que alguna vez te dió besos a cada instante, uno que decía que te protegería.
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★ROSE★
El palacio tiene un ambiente amenamente agradable sin embargo para mí, en el fondo de mi corazón siento que falta algo, o alguien. Estoy acostumbrada a la presencia de Gaius por los alrededores que no había notado lo bien y segura que me sentía cuando el se encontraba en este castillo, hasta ahora.
Al avanzar el día me encontré por los pasillos con algunas lobas los cuales no dudaron en burlarse de mí con palabras hirientes que me dejaron en un mal estado, ya sabía que esto pasaría al no estar Gaius sería el objetivo de las mayorías de estos lobos y ahora tenía sentido el saber el porqué de esto.
—Hazel.—entre a la habitación de la loba mayor, las paredes de esta habitación es de un color opaco, visualizo a Hazel sentada en una silla mirando atentamente un libro en sus manos.
—Ustedes los humanos se enferman muy fácilmente.—comenta ella sin siquiera mirarme, me acerque a ella observando mejor como está anotando algo en un papiro aquello que no debería usarse pero debido a que son más antiguos que nosotros deben sentirse cómodos escribiendo en un papiro.—Su cuerpo es demasiado frágil, aunque es sorprendente que pese a tener un débil cuerpo, su resistencia es muy fuerte.
—¿Qué haces?—pregunte sentandome a su lado.
—¿Estás huyendo de las lobas?—indagó con voz demandante—No puedes huir siempre Rose, eres la mujer del Alpha.
—¿Desde cuándo lo sabías Hazel?—tenia bastante curiosidad por saberlo, ella me había explicado sobre los vínculos pero no menciono a Gaius en ningún momento.
—Desde que el Alpha te trajo a mi habitación cuando te habían golpeado.—metió aquella pluma en un vasito con tinta negra y volvió a escribir en latín—La forma en la que te miro, no había duda, tu eres su mujer, ahora sí preguntas el porque no te lo dije, es porque eso no me concierne a mi.
«Eso le convenía al alpha decírtelo, según él jamás te lo diría pero yo sabía que tarde o temprano te enterarías, Rose. su error fue traerte a palacio, su lobo jugaría en contra de él por ti, y tarde o temprano terminaría enamorándose de ti como un lobo lo haría, nadie es tan fuerte de ignorar un vínculo creado por la diosa Selene.
La mire algo sorprendida, tome mi cabello trenzado entre mis manos—¿Es correcto que lo ame Hazel?
Escuché una risa proveniente de ella, pero no era burlona es más agradable, sus ojos azules me observaron con una sonrisa que se le dedica a un niño pequeño—Si lo dices por tu prometido, el era solo un impostor que no debía interferir entre tu y el Alpha, Rose tu le perteneces a alpha desde el día en que naciste, como el te pertenece a ti, solo hay dos en una relación y eso los involucra al Alpha y a su Luna.
«Es correcto que lo ames, porque tarde o temprano lo harías Rose, sin prometido o con prometido tu corazón comenzaría a latir solo por el alpha, la atracción es inevitable para ambos, y el Alpha finalmente se dió cuenta que matarte será arrancarse una parte de su alma. Tienes suerte que su lobo te halla aceptado. Gracias a él, Gaius comenzó a amarte y ahora es incapaz de matarte.
Bajo la mirada apretando mis manos recordando el abrazo de Gaius, como al principio era frío y tenía un rostro de odio hacia mi, su lobo sin embargo me veía con amor, y luego como el poco a poco se acercó tanto a mi que ya era incapaz de negar lo que sentía, amaba a mi prometido pero no como a Gaius, no como para dar mi vida por este.
—¿Por la diosa Selene hizo esto? ¿Quién es ella?
Está dejo la pluma sobre la mesa, se giró a verme antes de levantarse y caminar hacia un bolso de cuero de dónde saco un libro que se veía bastante desgastado sin el aroma de este es agradable.
Se acercó con el libro en sus manos abrió una página en específico y lo coloco en mi regazo señalando un dibujo que me llamo bastante la atención.
Una mujer de largo cabello con una corona en su cabeza en forma de luna, vestida en joyas, detrás de su cabeza había una enorme Luna, su rostro expresa una mirada bastante profunda, bajando la mirada me percate de que su mano izquierda acaricia la cabeza de un enorme lobo blanco que también tiene una media luna en su frente, se ve tan majestuoso que podía compararlo con Gaius.
—Ella es Selene nuestra diosa.—dijo acariciando con cariño el rostro dibujado de esta—Es la creadora de todos nosotros niña, es la que nos otorga a nosotros nuestra mitad al cual debemos amar.
—Selene—susurré embelesada—Es muy hermosa.
—Existen muchas historias de la diosa Selene, pero ninguna tan real como que ella bajo como humana en la tierra específicamente en un bosque donde se encontró con un lobo común como aquellos que no tienen un alma más se dejan guiar por el instinto, mis antepasados contaron que ella se vio atraída por este al encontrarlo herido y cuidarlo, el lobo no vio necesidad de atacarla y simplemente decidio cuidar de ella hasta que llegara el momento de irse.
«Al no querer dejar solo al lobo, hizo lo posible por convertirlo en humano y cuando lo hizo, su amor fue correspondido, en otras historias cuentan que no y por eso existen lazos como castigo, pero aquello es falso, pudo estar con su lobo hasta que esté pereció en una batalla donde los dioses se vieron involucrados en el posible fin de la tierra, al suceder esto la Diosa se sintió desolada, por amor a su lobo le dió parte de su poder para revivirlo y para que esté no volviera a perecer por ella, decidió otorgarle un lazo divino o alma gemela, y es asi como poco a poco comenzó a haber cambia formas o licántropos.