En los brazos de la bestia

Capitulo treinta y ocho

Generación tras generación odie a los humanos al poder leer los pensamientos perversos y egoistas que habitan en ello, pero como la naturaleza, el curso de las cosas tuvo un cambio y con ello vino esa mujer al cual busque un solo defecto que mostrará su verdadera cara sin saber que su cara me la mostró desde siempre.

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ROSE★

 

—Rose cuando caminas debes hacerlo con elegancia y magnetismo ¿Sabes a lo que me refiero?—niego con la cabeza, la señora karoline sonríe con calma—¿En qué piensas tanto como para distraerte?

—El Alpha—susurre luego negué con la cabeza con una ligera sonrisa—No es nada.

Aunque diga eso por fuera por dentro siento lo contrario, yo sinceramente rememoro las palabras de Johanne y pienso detenidamente en lo que ella me dijo. Gaius es capaz de callar a alguien por mi sin embargo yo no quiero eso, no quiero que Gaius lastime a nadie por mi culpa, se que los aldeanos son muy estrictos en cuanto a las reglas que tiene Slora con las mujeres pero no es motivo para que la muerte reine sobre este imperio.

Dos días después las chicas se habían enterado de muchas cosas, muchas no lo tomaron bien otras permanecieron en calma y aceptaron la realidad de las cosas, ahora hoy finalmente es el día donde la luna llena tocará su punto más alto a la media noche, es ahí donde Gaius me tomara como su esposa según sus palabras, algo que no logro comprender todavía.

Debido a mi preparación como emperatriz no he logrado verlo mucho más que para comer y dormir, Liam me hace compañía todo el tiempo y se aburre cuando las chicas empiezan a hablar acerca de tener un mate, María permanece a mi lado como mi mejor amiga velando por mi y también preparándose en cuanto a ser una eclipse algo que no es necesario aprender dado que es como ser la mano derecha de la Luna, sin embargo ella decidió estudiar para estar a la par y apoyarme. 

El día de ayer María había salido del palacio con Callum y al llegar la noche me enteré que ella por fin pudo ver a sus dos hermanos, Alan y sairus se encuentran bien de salud, mis padres también aunque mi papá tiene enormes ojeras y parece taciturno.

Los extraño.

Pero también tengo miedo, ya que mañana por el amanecer se anunciará quien es la emperatriz y causará un revuelo que aprieta mi corazón, me muero de miedo al poder percibir el rechazo de los Slorianos.

No quiero que padre y madre me odien pero es inevitable que aquello no suceda, porque así ha de pasar y lo sé claramente.

—Levanta un poco el pie y luego lo estiras—me ordenó golpeando ligeramente mis piernas—Desliza tu manos suavemente como si fuera el pétalo de una rosa cayendo al agua cristalina.

Hice lo que me indico, volví a caminar lentamente atraves del pasillo del gran salón, me detuve al tiempo en que subí demasiado mi pie.

—Tu postura Rose, firme y relaja tus hombros, estás tensa y demuestras lo contrario a lo que quieres dar a entender.

—Entiendo.

—¿Por qué siento que ser emperatriz es una tortura?—escuche a María de fondo, suspiré dándole la razón no sabía que caminar como una reina es tan complicado.

—Dado a que ustedes nunca han salido de Slora, jamás han visto la elegancia que poseen las reinas y emperatriz imperial. Una mujer común camina como tú María, como si estuviera oxidada.

Escuché risas al fondo, por un segundo sentí el leve deseo de reír.

—¿No sé supone que debe respetarme por ser la eclipse del beta?

Karoline la miro con una ceja alzada—No tienes que ser arrogante María, esto es por el bien de la futura emperatriz.

Karoline pareció cuestionarla como si estuviera molesta, lo cual no era así. le hablo con cariño y una pizca de gracia, al ver a mi institutriz me di cuenta del corazón que posee gracia a mi don de Luna, una señora bastante mayor que no aparenta lo que es, de cabello recogido canoso y rostro que muestra la cara de una dulce abuelita que puedes abrazar cuando quieras, sin embargo ella es mucho más menor de lo que aparenta, es estricta en cuanto a etiqueta se trata y lo más sorprendente es que es una Omega.

Sus manos cariñosas tocaron mi hombro no es tímida como las otras omegas, ella da la sensación de calidez que uno necesita, a diferencia de Hazel, Hazel es muy buena solo que un poco más tosca. Me volvió a colocar en postura recta y volvió a pegarme en el tobillo con su abanico—Una emperatriz camina recta, con la barbilla en alto con arrogancia y sus piernas y manos se mueven a un ritmo equilibrado y lento que le da ese toque de elegancia que la hace ver poderosa y solo así brilla junto con una corona.

Vuelvo a intentarlo una vez más, camino con los hombros relajados me siento relajada ignoro a las chicas o a María, miro hacia el frente y trato de no sentirme nerviosa, intento expresar seguridad por unos segundos, y se que al escuchar los elogios de karoline por fin pude lograrlo.

—¡Gracias a la diosa Selene!—alabo Karoline con alegría—Finalmente has caminado como deberías haberlo hecho hace dos días.

No me recuerdes eso.

Después de que Johanne me hablara acerca de sus disculpas, entre a la habitación de Gaius y lo encontré parado en el balcón mirando la luna con anhelo en ese momento no entendí porque lo miraba como si quisiera tomarlo y acariciarlo, hasta que supe que yo era la causa.

Tiempo después me presento a Karoline y a otra chica que no recuerdo su nombre, con Karoline aprendo muchas cosas aparte de caminar con elegancia, sin embargo cuando esperaba que lo hiciera con naturaleza al instante note que no podía hacerlo y estuvimos ensayando mi forma de caminar, al final como un últimatun de la Omega, yo no podía ver mucho a Gaius hasta que no aprendiera a hacerlo y se que soy la emperatriz y puedo negarme ante sus amenazas pero para ser sincera quería hacerlo, quiero manejar Slora bien.



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En el texto hay: drama, amor, dolor decepcion

Editado: 28.10.2023

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