En los ojos de la reina

Capítulo 11: El baile de los fuertes

El 775 aniversario del nacimiento del reinado fuerte había llegado y por tanto, todo el palacio se cubría en una locura absoluta. Desde los sirvientes y cocineros, hasta la guardia azul y negra. En lo que respectaba a mí, me encontraba segura de lo que haría (o intentaría) aquel día al tiempo que me colocaba la tiara de rubíes entre mi complicado y recogido moño dejando un par de mis risos largos cayendo sobre mi espalda ya que, durante la celebración, tenía planeado entrar a la mente de quien pudiera dejarse envuelta en un vestido elegante y corona resplandeciente.

No fuera que estuviera precisamente preparada para eso ni que mi habilidad yaciera al 100 por cierto. Ni siquiera se encontraba a un 50, pero de lo que si estaba segura era de mi objetivo y el cual era encontrar cualquier indicio que pudiera llevarme al ataque que llevó a la muerte a mi familia.

—Segura que no me veo ridícula —le pregunté a Ana mirándome al espejo.

El vestido que portaba en esa ocasión era de un tono rojo carmín en detalles dorados con mangas largas y acampanadas de tela transparente que dejaba al descubierto mis hombros ciñendo mi cintura. Era estorboso al paso y con múltiples pliegues como hacía un tiempo no los usaba.

—Claro que no, princesa. Luce preciosa —aseguró con voz nerviosa ya que ella no hablaba a menos que yo preguntara algo que le obligara a hacerlo, aunque nuestra cercanía había crecido exponencialmente.

—Cuántos ciclos tienes, Ana ¿18?

—Si —dijo con rapidez, aunque pronto dudó—. Bueno, 19 —reí un tanto.

—¿Es acaso que has olvidado tu día de festejo?

—No, Su Alteza. Es solo que en muy poco los cumpliré —su mirada seguía abajo, ocultando aquel par de ojos castaños muy bellos que combinaban con su lacio cabello, aunque siempre lo llevara sujeto por los protocolos que los trabajadores seguidores debían llevar.

—¿Muy poco? Es mañana acaso —dije con sarcasmo solo para notar que ella se había sonrojado clavando un poco sus ojos a los míos—. Oh Ana ¿es mañana? pero que descortés he sido contigo creí...

—No, no princesa usted no debía porque saberlo.

—Claro que debería saberlo —me recriminé por ni siquiera dignarme a averiguar cosas sobre ella en estos 4 ciclos de servicio. En ese momento me di cuenta de cómo pretendía conocer a mi pueblo cuando las personas más cercanas como Francio o Ana no les dedicaban el suficiente tiempo para saber cosas tan simples como esas.

—Deberías pasar el día con tu familia.

—No puedo.

—Por supuesto que sí. Yo estaré perfecta sin ti.

—No, en realidad no puedo. Solo se me permite un día de descanso al ciclo y ese ya pasó. Además, no tengo remplazo.

—¿Y tus hermanos?

—Que hay con ellos, princesa.

—¿Cómo son sus vidas? me gustaría saber que sucede fuera de estas paredes. Ayúdame a cambiar las cosas ¿puedes? —ella asentó.

—Pues no hay nada particular en mi familia princesa. Yo soy la tercera de cinco hermanos. La mayor huyó de casa, así que yo la suplí en este trabajo. Miguel el que le sigue, trabaja en los sembradíos entre Pixon y Los Balcones de Lorde con papá al igual que Rita y Mateo supongo, aunque el más pequeño es muy brillante, Su Alteza. Él escribe las cartas que leo cada mes pesé que tenga 13. Quizás él pueda, no lo sé, ser aprendiz de algún fuerte y sea algo más que el resto de nosotros.

Pude ser testigo de cómo sus ojos se iluminaron en cuanto habló de ellos recordándome tanto a mí cuando solía hablar de Dante o Benjamín.

"Esto no debería ser así" me aferré internamente a ello.

—Te prometo que verás a tu familia Ana, pero por lo pronto, déjame darte un obsequio —me dirigí hacia mi buró donde saqué un pequeño prendedor en forma de flores multicolores. Ella lo rechazó tantas veces como lo ofrecí hasta que hice presente mi poder de realeza—. ¿Le dirás que no a tu princesa?

Ana cedió ante mi mando lanzándome una pequeña sonrisa. Para cuando volví a mirarme al espejo satisfecha de haber hecho un bien, escuché la voz de Damián tras el toque de la puerta. Le miré observarme de pies a cabeza haciéndome dudar con respecto a los elogios que Ana no dejó de hacerme de no ser que comenzó a tartamudear y entonces, yo sonreí.

—S-su Majestad le espera en las escaleras principales. En cuanto a los guardias de ambos, permanecerán cerca, pero no lo suficiente para ser una molestia. Estarán aposados en cada puerta de la esquina del palacio para su comodidad y resguardo —se aceleró a decir olvidando el suceso como guardia entrenado que era, enfocando su mirada a algo que no fuera yo.

—Entiendo y ya estoy lista, señor Damián.

—Excelente, sus reales no están muy lejos por si es que necesitara ayuda para salir de su habitación —se mofó apuntando a mi vestido. No espera una respuesta de mi parte, pues tras su comentario solo ofreció media vuelta y se alejó de mi alcoba. Pude imaginar una sonrisa en su rostro burlándose de mí.

Para ser sincera, yo también dudé en salir de la puerta sin ayuda, pero tras llegar con mi padre y abuela, mis preocupaciones aumentaron una vez que somos anunciados y este me proclama como la heredera al trono. La gente en el salón enmudeció contemplándonos, ya que ese fue nuestro primer evento público desde aquel fatídico día con los latidos de mi corazón latiendo deprisa asimilando que el teatro comenzaría.

Nos colocamos en la zona de tronos para que mi padre ofreciera algunas palabras inspiradoras antes de dar inicio al festejo. Dentro de su discurso me pregunté qué sucedía con el resto que no era un fuerte ¿Acaso ellos lo festejan o lo maldecían? Probablemente lo segundo, me respondí, considerando que se suponía que nosotros estábamos ahí para protegerlos y con el paso del tiempo los habíamos olvidado.

Las reverencias y halagos no pudieron faltar durante la celebración, mientras mi mirada se movía para todos lados hasta que logré encontrar a Ron aposado en su posición de guardia azul. Él sabía muy bien el plan de aquella noche, pues tal como lo prometió, me ayudó a descifrar lo que fuera que me sucediera siendo él, mi querido hombre de prueba canalizando todo aquel sentimiento que me había llevado a actuar y usar aquel control.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.