En los ojos de la reina

Capítulo 29. ¿Quieres besarme?

El crujido de las brisagas de la puerta del interrogatorio abriéndose surgió tan pronto como los nervios en mi estómago surcaron. La tenue luz del atardecer atravesó la pequeña ventanilla con barrotes en lo alto de ma habitación. Esperé encontrar un rostro conocido, aunque por fortuna no le reconocí. Se trataba de un chico poco menos de la edad de Damián o tal vez de la de Rolan. Sus ojos no se atrevieron a mirar los míos una vez que me adentré y la puerta se cerró, puesto que aquellos se direccionaron a primera instancia a contemplar mi guardia seguidor.

—Creí que enviarían a uno de esos ojos rojos para hacerme hablar, pero a cambio soy recibido por mi propia gente, un par de débiles, traidores de su gente —la voz vaga y sin interés del presunto rebelde no se hizo esperar.

—Más respeto para tu reina —gruñó Rolan, provocando que el joven
prestara finalmente atención a mi atuendo y porte, el cual no era exactamente lo que esperaría de una regente, considerando que dejé muy atrás mis vestidos habituales para intercambiarlos por una sencilla camisa y pantalones.

—Así que es cierto. Una seguidora nos gobierna —intenté ignorar lo dicho por su boca, pues una parte de mí no le gustaba ser llamada de esa forma incluso si lo he escuchado a lo largo de mi vida, sin embargo, tampoco me sentía como una fuerte. Era un sentimiento un tanto inexplicable.

—Solo te haré dos preguntas, pero antes déjame saber tu nombre.

Se mostró renuente a un inicio, pero no poseía muchas opciones.

—Vitoreto Yan —algo en mi pecho se profundizo, pues ese nombre ya había pasado por mis oídos antes un par de días atrás.

Pudiera que no existiera razón alguna para recordarlo, pero me mente lo hacía. Quise girar para vislumbrar a Rolan, pero me contuve, siendo que ese era el niño que él dijo con quién jugaba en su infancia. Era lógico, de hecho. Estábamos a un poblado del sitio donde nació Ron y ese chico no se separó de su lugar natal.

Intenté recomponer mi postura.

—¿Te hicieron daño en tu arresto?

—Bueno, cuando uno se opone a él es lógico que lo hagan, mi reina —su respuesta con el tono de voz no era el que esperaba.

No se encontraba bajo ningún tipo de hipnotización o encanto. Me enojé conmigo misma hasta que recordé que tal habilidad no me pertenecía. Había pasado por tantos interrogatorios la última semana que me convencí de que era la reina controladora de mentes, sin embargo, tras recapacitar ofrecí una vuelta a la habitación para tener de frente a Ron aposado en una esquina y recordarle lo que debía hacer. Él pareció regresar en sí para cuando la siguiente pregunta surgió.

—¿Alguna vez has participado en un acto rebelde?

—Sí —confesó, su mirada fija a la mía me hizo saber que esa era nada más que la verdad. Permanecí en silencio por un breve tiempo. Ninguno de los presuntos rebeldes habían confesado tal cosa y claro, el primero tenía que ser un ciudadano conocido por Rolan.

¿Qué seguía ahora?

—Y dime, qué fue lo que hiciste para ellos.

—Transporté sus embarques de contrabando de Juko a Los Olivos —eso no sonaba tan malo, aunque de igual modo no debió hacerlo, así que hice una pregunta personal.

—¿Lo hiciste para Ichigo?

Para mi pesar dijo que no, pues obtuve como respuesta el apodo de su intermediario: Sombra. Nunca había escuchado nada de él, sin embargo, su voz se estremeció al pronunciarlo, por lo que debí asumir que era peligroso.

Al salir del interrogatorio el coronel Irruso me abordó.

—¿Es un rebelde?

—Sí, transportó el embarque de contrabando con el que lo atraparon y el que reportó en su estación hace semanas también, coronel. No creo que haya sido su voluntad hacerlo de todo, ya que jamás supo el contenido de los embarques, pero de igual ayudó.

—Tal vez no, Majestad, pero sí dejamos pasar por alto algo de esa naturaleza será más frecuente que utilicen a más seguidores para actos como éste o peores —en eso tuvo razón.

—Pues él me aseguró estar dispuesto a brindar toda la información que pueda con tal de salvarse.

—Es mucho más de lo que su compañero me quiso brindar.

Probablemente sin los encantos de Rolan, aquel interrogatorio requirió de un par de puños. Los mismos que permití.

—Por lo pronto, esperemos por la mañana para ver si cambia de opinión cuando el traslado ceda, coronel Irruso. Ya ha anochecido y quizá una noche en este sitio les ayude a reflexionar —él solo asentó, mientras enviaba un mensaje a Ron de encargara de la voluntad de eso otro rebelde con una mirada que comprendió.

—Por lo pronto en breve arribara el Comandante Mayor Giguen, encargado de la guardia negra, junto con el Teniente Superior Marven —describió mientras subíamos las escaleras.

¿Un Marven? considerando que el padre de Damián era comandante, supuse que de quien hablaba era Iriden. Me alegré porque Damián pudiera verlo en su festejo, pese que no conseguí comprender del porqué su arribo de no ser que el coronel me explicó que Alexia los llamó.

El jet se encontraba en las líneas de aterrizaje cuando salí de la edificación. Damián, Alexia y otros guardias yacían a las afueras de su espera cuando casi al paro de sus motores, una explosión proveniente del jet de dónde arribé se hizo escuchar, produciendo un sonido ensordecedor para todos. De manera continúa, otra provino hacia los neumáticos de la aeronave que todavía se movía, causando que la pista chillará sobre el concreto.

De pronto, la noche se transformó en día, pues el pequeño hangar ardió en llamas tan altas que me hizo estremecer, puesto que el jet donde sobrevolamos se incendió de manera casi instantánea e impresionante.

Permanecíamos quizá a doscientos metros de la escena, pero el instinto de protegerme llamó de inmediato a mi alrededor e increíblemente para mi total asombro, la primera persona que se colocó enfrente mío fue nada más ni nada menos que Alexia Borja, quien le pidió a Damián que me llevara al sótano subterráneo para mi resguardo, mientras el resto de guardias la seguían para controlar el ataque, ya que una serie de bombas incendiarias caseras cedieron en la instalación muy cerca de los dormitorios de los reales.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.