En manos de la bestia

incontrolable.

 

Al escuchar las declaraciones de Irina, Arnes abrió los ojos de golpe, odiaba las mentiras, el engaño y la traición, sabía desde el principio que aquella entrega voluntaria no podía traer nada bueno, pero se encontraba muy distraído por su enlace imprevisto con la heredera de la flor de aconito.

—No hagas esa cara, fuiste tu quien le robó su libertad a mi hermana, hicimos lo que teníamos que hacer para traerla sana y salva a su verdadera casa, Daven no es ningún traidor, hizo lo que cualquier prometido haría por su… —de pronto Linéa la interrumpió abruptamente.

—¡Irina ya basta!

Linéa tenía miedo de que Arnes pudiera arremeter en contra de su familia, sabía que era un salvaje sin escrúpulos.

—¿Él fue quién te liberó? —le preguntó Arnes apretando los dientes y los puños lleno de rabia.

—¿Qué? No, yo…

—¡Tu no pudiste haberte brincado sola! ¡Él fue quien te liberó!

—No le alce la voz, ella lo escucha perfectamente. —le dijo Noren poniéndosele en frente.

—¡Usted no se meta! Esto es entre mi luna y yo…. —le dejó en claro lanzándole una mirada fiera.

—Yo soy su padre y por si no se ha dado cuenta, se encuentra en mi propiedad, no permitiré que la trate de ese modo.

—Le falta una mano ¿Qué ree que puede hacer para detenerme?

—Para eso estamos nosotros lobo.

Karsen, Stephan, Herleif y Bladimir se pusieron en posición de ataque he Irina tensó su arco apuntándole en la cabeza.

—Aquí nadie se somete a tu tiranía demonio. —le dijo Irina disparando su flecha.

Los ojos de Linéa no podían creer lo que estaba viendo y de pronto, una ira se desató dentro de ella, la flecha estaba dirigida a la cabeza de su enemigo, pero a una velocidad que Linéa no podía explicar, se colocó en medio y detuvo la flecha con su mano y con los ojos llenos de fuego dijo:

—No se atrevan hacerle daño a mi alfa….

Linéa estaba furiosa, la devoción por su pareja destinada le estaba brotando por la piel, una luz purpura la iluminaba, no podía controlar ni sus palabras ni sus acciones, el maridaje estaba a flor de piel, aunque se resistiera, aunque se negara, nunca iba a poder vencer el instinto de protección que llevaba dentro.

—Pero Linéa… —Irina no comprendía por que lo defendía tanto, nunca la había visto así por nadie, ni siquiera por ella, su hermana estaba dispuesta a regresarles los golpes que le propiciaran a su lobo.

—¡Si le hacen un solo rasguño jamás se los perdonaré! —declaró Linéa casi gruñendo.

—Hija…

Arnes no podía creer lo que estaba escuchando, no pudo evitar que su corazón se emocionara y le latiera con agrado y excitación.

—Estoy enlazada a él…mi alma es su alma, su vida es mi vida, no puedo evitarlo, pierdo el control cuando se trata de él ¿Qué no lo ven? Este maldito lobo me tiene a sus pies, el maridaje me lleva hacer cosas como esta en contra de mi voluntad, él no va a lastimarme, por que le pasa lo mismo que a mí.

Ya no me reconozco, hago lo que no quiero, enfurezco con cada acción suya y me derrito cuando menos lo pienso y por cualquier estupidez, ¿Quién demonios me entiende? Hace unas horas estaba huyendo de él y ahora me encuentro en contra de mi familia protegiendo a este salvaje mastodonte, mi cuerpo se mueve solo, mis labios hablan sin consultar a mí cabeza, en este momento el corazón tiene todo el control, maldita sea, estoy apunto de hacer algo irracional….

Linéa se dio la vuelta hacia Arnes y lo agarró con fuerza de la cara poniéndose de puntillas y atrayéndolo hacia ella lo besó.

Arnes estaba estupefacto, al igual que todos en el lugar, Irina estaba horrorizada ante tal muestra de afecto inesperado, pero Linéa no podía contenerse.

—Yo fui quien decidió escapar, Daven no tiene nada que ver, llévame contigo, aunque quiera no puedo estar lejos de ti, mira como mi cuerpo está temblando, soy adicta a ti y te necesito.

Arnes estaba extasiado, las mejillas las tenía ruborizadas y se le notaba la confusión y la satisfacción en la cara.

Así que, en un acto de completa seducción, agarró a Linéa y la cargó en sus brazos con una sonrisa triunfante en la cara.

—¡Espera Linéa! —Irina fue detenida por Stephan.

—Déjala ir ¿Qué no vez que no se trata de un secuestro?

—Pero es mi hermana y él nuestro enemigo…

—Si ha enlazado de ella entonces hay una especie de alianza entre nuestros clanes.

—¿Qué?

—Es mejor que dejemos las cosas así, jamás vi a tu hermana así, literalmente se…estaba derritiendo por él…. —expresó Noren carraspeando la garganta.

—¿Cómo pueden quedarse de brazos cruzados? ¡Linéa! ¡Linéa regresa!

Gritaba Irina, pero en un gran espectáculo visual, Arnes se transformó en lobo ante sus ojos y se llevó a Linéa en su espalda, la luna llena era solo para ellos, completamente unidos en un maridaje pasional y desenfrenado.

—¡Linéa!

—¿Qué está pasando? —se preguntaban los líderes de las diferentes casas que atónitos habían presenciado ese festival de fuegos artificiales y hormonas.

—Mi hija se ha emparejado de un lobo, no, del líder del clan de los colmillos de obsidiana, tráiganme una botella de vino, no quiero que nadie me moleste.

—Pero señor…

—¿Qué no me oyeron? Mi hija se enamoró de un delincuente, un mafioso… mi enemigo…

—Ni se te ocurra hacer una tontería. —le dijo Stephan a su prometida y esta tenía la mirada en el suelo, estaba pisando la sangre de Arnes que había quedado regada.

 —¿Viste como lo miraba? Parecía que él era todo su mundo…se olvido de todo a su alrededor, ese ladrón se robó a mi hermana.

No importa lo que digan, iré a recuperarte, asesinaré a esa bestia y te liberaré de su maldito embrujo.

Irina levantó la mirada al cielo decidida, apretó su arco y se decidió a vencer al alfa y traer de vuelta a su hermana.




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