En manos de la bestia

Mi lobo de plata.

 

¿Por qué tenía que pasarme esto a mí? ¿Por qué la luna se ha ensañado conmigo? He perdido mi única oportunidad para ser amada, volveré a las subastas, a los golpes, los insultos, los abusos…me venderán al mejor postor, me ofrecerán como un animal curioso, único, una loba blanca a la que han manchado con sus prejuicios y exigencias, mis sueños de casarme y tener una familia se han esfumado, no volveré a ser madre…no lo merezco, no fui capaz de proteger al bebé que tenía dentro…no merezco vivir…no quiero vivir…

No quiero ser su fenómeno de circo…no quiero pararme desnuda otra vez y ser palpada por mis futuros compradores, no soy un animal en peligro de extinción, no soy su esclava, después de esto…Arnes no volverá a verme a los ojos, perder un hijo es peor que ser infértil ¿Qué culpa tenía ese bebé? ¿Por qué Miserad tubo que pegar tan fuerte? Podía aguantar los golpes en el rostro, en los brazos o las piernas, era capaz de recibir sus insultos y cerrar los ojos cuando se escabullía entre mis piernas, pero….el me hirió de una manera en la que nunca podré recuperarme…como lo odio, ese maldito me ha dejado sola, mató a mi bebé….

Lo siento…. Por favor perdóname…quería ser una buena madre, aunque estaba asustada quería hacerte feliz, nunca sabre si fuiste una niña o si serías un varón, mis ojos jamás contemplaran tu rostro, nunca te conocí y aun así me duele tanto haberte perdido, mi niño…ay mi niño…perdóname…mi peor castigo será amar a un hijo que nunca nació.

Luna mía…madre desnaturalizada y cruel…te has llevado a lo único puro que tenía, me hiciste hermosa, pero débil, incapaz de defenderme, incapaz de hacer que alguien me amara, luna mía ¿acaso mi hijo se perderá con el resto de no nacidos? ¿si muero ahora podré alcanzarlo?

¿El me odiara por haberlo concebido en la oscuridad de un callejón mientras lloraba? Hijito mío… tu mamá esta arrepentida de no haber sido capaz de retenerte en su vientre ¡perdóname! ¡regresa a mí hijito! No me dejes sola…. ¿por qué? ¿Cómo es posible amar tanto a alguien que no conozco? ¿Qué voy hacer con todo este amor? Mi hijo se ha ido, se me ha salido ¿bebé? ¿si me quito la vida podrías ir conmigo al país de los muertos? ¿Crees que haya un paraíso que quiera recibirnos?

No importa, apelaré para que solo tu entres, aun si mi alma cae al infierno, seré la más dichosa y las llamas del abismo no me herirán, por que sabré que mi pequeñito corre libre en la pradera llena de flores en la que yo quise correr alguna vez, a ti nadie te venderá, nadie te pondrá una marca en el cuerpo para indicar que tienes un dueño, tu cuerpo será libre de abusos y nadie podrá decir que tiene autoridad sobre ti.

Te prometo que, en la otra vida, seré una madre capaz de protegerte, hasta entonces, espera por mí… ya voy a reunirme contigo.

La tristeza había consumido completamente a Artemis, las lagrimas le caían sin piedad y la hermosa loba albina había escalado hasta la muralla más alta para tirarse de ella.

La luna brillaba en todo su esplendor, como si quisiera regalarle la ultima luz cálida a una de sus hijas que había perdido toda esperanza, pero la muerte de Artemis no tendría lugar hoy, un hombre de cabellos plateados se encontraba caminando con el corazón roto, tratando de callar sus pensamientos y sus angustias.

Parecía que la luna le estaba dando una señal y brilló aún más incandescente y  se dio cuenta de que había rastros de sangre bajo sus pies, parecía que habían arrastrado algo y se puso alerta, buscó por todos lados par ver si encontraba algo y una vez que sus ojos vieron la figura de aquella blanca mujer que parecía un espectro se dio cuenta de que se trataba de la loba de mala fama, Miserad se había encargado de decir que Artemis era una prostituta que se entregaba a él a voluntad y que incluso lo seducía cada que tenía oportunidad, el no le había prestado atención a esa dama, pues toda su mente había estado concentrada en Linéa y su afán de rescatarla.

Pero al verla parada en la orilla y notar sus intenciones de tirarse, su cuerpo se movió por inercia y se transformó en lobo para poder rescatarla, brincando así cada obstáculo y corriendo con todas sus fuerzas para evitar la tragedia.

—Por fin mi angustia terminará…no volveré a ser un objeto y podré descansar en paz…

Artemis cerró los ojos y se aventó escuchando los gritos de Arnes al fondo.

—¡Artemis no!

—Dios mío… —Linéa se tapó la boca esperando lo peor, pero rápidamente un lobo plateado cruzó la luna rompiendo el viento deteniendo así la caída de Artemis.

—No… ¿Qué haces? ¡déjame morir! ¡no quiero que me salves! Suéltame….

Artemis pataleaba y trataba de librarse de aquel lobo blanco que la había salvado.

—¿Cómo puedes desear morir de esa forma? ¡abre los ojos! ¡no voy a dejarte morir!

Daven se dio cuenta de que Artemis tenía sangre entre las piernas y estaba muy fría y en un arranque de desesperación ella se transformó en loba para liberarse de su salvador.

—¡Déjame morir en paz! ¿Qué no vez que me quiero morir? —exclamó Artemis pegando un aullido desgarrador que estremeció a Arnes, todo su dolor se pudo sentir con aquella expresión.

—Si te dejo morir, viviré arrepentido toda mi vida, quiero que abras los ojos y me mires, tu dolor no puede cegarte, te espera una vida por delante, no seas cobarde.

—No….mi bebé ha muerto….yo ya no quiero vivir….

—Ya fue suficiente…estoy seguro de que tu bebé te quiere viva…

—¿Qué?

Artemis abrió los ojos encontrándose con las pupilas de aquel lobo plateado y algo inesperado pasó, ambos lobos albinos entraron en maridaje, quedando prensados el uno del otro.

Se dice que el enlace entre ellos fue tan fuerte, que todos los lobos de la manada lo sintieron, una onda expansiva llegó hasta los rincones más remotos del castillo y Daven y Artemis quedaron unidos de por vida debajo de aquella hermosa luna.




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