Capítulo 34
Paolo: Esto no tiene sentido, Abril, la situación comienza a desesperarme —dijo irritado, con el ceño fruncido.
Abril: Sé lo que hago, Paolo —murmuró sin mirarlo, clavando la vista en Soo Ho—. ¿Qué te parece, pequeño? Tu mami pronto estará aquí.
Soo Ho: Aún estás a tiempo de detener todo esto. Recuerda que se te dio una oportunidad para olvidar el pasado y empezar de nuevo. Pero si continúas con esto... no podrás descansar en paz.
Abril: Mi paz llegará cuando mate a tu mamá —rió con un brillo oscuro en la mirada.
Soo Ho: Entonces te condenas a morir también en este mundo.
Abril: Ya no me importa nada. Nada —susurró antes de girarse—. Paolo, tráela.
Paolo: Será un placer —respondió con una sonrisa torcida.
Horas después..
El cielo parecía pesado, cubierto por nubes que no dejaban pasar la luz.
T/N: Es aquí... —bajé del coche con el corazón latiendo con fuerza. El pasillo era oscuro, húmedo, y cada paso resonaba como una cuenta regresiva. Había recibido el mensaje de Abril hacía unos minutos, y sabía que este era el final. No quería seguir huyendo, no quería seguir viviendo así. Cualquiera que fuera el resultado... Este sería el fin.
Soo Ho: ¡Mamá! —su voz resonó débil, lejana.
T/N: Ya voy, Soo Ho… —corrí en dirección al sonido, mi corazón martillando en el pecho. De pronto, una sombra se cruzó en el camino. El aire se volvió frío.
Abril: Llegaste —dijo entre risas suaves, emergiendo de la oscuridad como si siempre hubiera estado esperándome.
T/N: Así que eras tú todo este tiempo… Abril.
Abril: Sorpresa —rió—. Tardaste mucho en recordarme, amiga.
T/N: ¿Amiga? —esbocé una sonrisa amarga— Esa palabra es algo que no conoces. ¿Dónde están?
Abril: —inclinó la cabeza, fingiendo pensar— Qué impaciente estás. Apenas llegas y ya quieres respuestas.
T/N: Déjate de juegos, dime qué quieres para dejarnos en paz.
Abril: Todo. —Su voz sonó hueca, sin emoción— Lo quiero todo.
T/N: (la observa en silencio)
Abril: Me quitaste mi vida, mi luz, mi voz. Si soy este monstruo, fue porque tú me enseñaste cómo hacerlo.
T/N: No me culpes de tus pecados. Eres una mujer vacía, resentida… una sombra que no quiso salir del pasado.
Abril: (la golpea) ¡Cállate!
T/N: (respira con dificultad, pero firme) No importa cuánto me odies, Abril. Sigues siendo la misma niña patética de antes…
Abril: (ríe histérica) Oh, no, T/N. Esa niña murió hace mucho. Y tú cavaste su tumba.— saco un arma y la apoyo contra el rostro de T/N
Abril: ¿Sabes lo que se siente ser invisible? Que tu nombre se pudra en la boca de todos. Que nadie te mire, excepto cuando se ríen de ti.
T/N: (con voz débil, pero clara) Lo sé. Y lo siento.
Abril: (la golpea otra vez) ¡No! No lo sientes. Nunca lo hiciste.
T/N cae al suelo, el sabor metálico de la sangre le quema los labios. Por un momento, ve a Abril temblar, con lágrimas contenidas. No todo en ella era odio; había algo roto pidiendo ser entendido.
T/N: (mirándola desde el suelo) Si realmente querías ser libre… solo tenías que perdonarte.
Abril: ¿Perdonarme? —su voz se quebró, pero sus ojos seguían encendidos por la ira—. ¿Crees que era tan fácil, T/N? ¿Crees que bastaba cerrar los ojos y fingir que no dolía?
T/N: Abril…
Abril: ¡Callate! —gritó, apuntándole con el arma—. Ahora vas a escucharme..
El eco de su voz se perdió entre las paredes húmedas. Por un instante, sólo se escuchó el goteo del agua y la respiración temblorosa de ambas.
T/N: ¿Por qué? ¿Por qué me odias tanto? Solo fue una mentira de niños… solo éramos niñas, Abril.
Abril: ¿Niñas? —rió con una risa rota, temblorosa— No, tú seguiste siéndolo. Yo dejé de serlo esa noche.
T/N: (la observa confundida) ¿De qué estás hablando?
Abril: —dio un paso hacia adelante, con los ojos vidriosos, el arma aún firme en sus manos—
No lo recuerdas… ¿verdad? Entonces deja que te lo recuerde yo.— se detuvo frente a ella—. Aquella noche, cuando todos creyeron que yo había empujado a Mila… mi padre me golpeó hasta dejarme sin voz. “Eres una vergüenza”, gritaba. “Una sombra”.Y cuando creí que no podía ser más miserable…. me apostó.
T/N: (su rostro se tensó) ¿Qué… qué dijiste?
Abril: Sí, me apostó. En una partida que perdió por borracho. Me cambió por dinero.—una sonrisa amarga se dibujó en su rostro— Ni siquiera me vendió… me jugó, como si fuera una carta más.
T/N: (sus ojos se llenaron de lágrimas) Abril…
Abril: Fue entonces cuando rogué, cuando grité hasta quedarme sin voz… pero nadie estaba ahí.— su voz tembló, aunque sus ojos se mantenían encendidos por el rencor— Y como si no fuera suficiente, en el colegio todos me señalaban. Todos.— dio un paso hacia ella—¿Y tú? Aun cuando te rogué, cuando te supliqué… no hiciste nada.— río con ironía, una risa hueca— ¿Recuerdas lo que dijiste?
“Tú eres la villana para todos, y yo soy la inocente protagonista. Desempeña bien tu papel.”
(alzó el arma lentamente, con la mirada vidriosa).— ¿Qué tal ahora, T/N? ¿Te gusta mi actuación? ¿Crees que al fin hago un papel digno?
T/N: (con lágrimas en los ojos) Yo no sabía… yo no entendía lo que estaba haciendo. Éramos solo niñas, Abril. Si pudiera retroceder, lo cambiaría todo.
Abril: (ríe entre sollozos) ¿Ahora dices eso? ¿Después de todos estos años?
T/N: No lo digo por miedo. Lo digo porque es verdad.
Abril: ¿Verdad? —murmuró, con la voz quebrada—. La verdad es que tú sobreviviste… y yo aprendí a vivir muerta.— Por un segundo, su mirada perdió foco, y el arma tembló entre sus dedos.—Cerraba los ojos, ¿sabes? Cerraba los ojos e imaginaba que era tú. Imaginaba tener tus amigos, tus risas…—su voz se quebró—…y un padre que no me odiara. Pero cada vez que los abría, solo encontraba oscuridad. Por eso siempre supe que mi paz llegaría cuando te quitara todo lo que alguna vez te dio luz.
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la fuerza del amor, la fuerza del odio, amor o odio quien crees que ganara
Editado: 11.11.2025