En mis sueños

Caminos separados

—Pasen —dijo mi padre mientras sostenía la puerta para nosotros.

—Gracias —dijimos ambos al mismo tiempo.

—Me encargué de arreglar sus habitaciones —dijo Yoko.

—¿Cuándo te quitan el yeso? —preguntó Liam, que también estaba allí.

—El médico dijo que, probablemente, dentro de dos semanas —respondió Yori.

—Me alegro —respondió y me dedicó una mirada llena de pesar.

—¿Qué sucede? —dije al ver que todos tenían cierto rictus de preocupación.

—Hablaremos de ello más tarde, por ahora instálense. Han estado demasiado tiempo fuera de casa —dijo Yoko.

—Fleur, ¿podría hablar contigo después? —preguntó Liam.

—Claro.

 

Yoko nos había preparado las habitaciones, pero después de dejar a Yori en la suya, no había salido de allí. No conversamos, simplemente nos acurrucamos en la cama. Sentirlo cerca hacía que todas las anteriores horas de angustia carecieran de importancia, así como los problemas futuros.

 

—Hora de cenar —gritó Reira y ambos nos pusimos de pie.

—Siéntense.

 

Liam había aguardado pacientemente a que estuviéramos más descansados para hablar con nosotros. Reira se puso de pie y se llevó su plato.

 

—Comeré en mi habitación —dijo y subió con su comida en la mano.

—Necesitamos hablar de las acciones que vamos a tomar. Yori, tu discográfica quiere saber cómo vamos a afrontar esto y los socios de la mía también. Ustedes son muy jóvenes para poder entender la inmensidad del conflicto que tenemos en nuestras manos. Queríamos esperar a que estuvieran en condiciones de decidir.

—¿Decidir sobre qué? —pregunté. Conocía la respuesta, pero tenía la esperanza de no tener que escuchar acerca del tema. Jamás imaginé, ni siquiera en mis más horribles pesadillas, que algún día tendría que elegir entre Yori y mi carrera.

 

—El problema no es si tienen o no una relación. Sus padres están casados, eso los convierte en hermanos legales. Y para las personas es inaceptable que ustedes dos, siendo pareja, vivan bajo el mismo techo. Esa idea de moral y buenas costumbres es lo que está afectando sus carreras. Ambos tenían contratos para expandir los horizontes. Yori tenía en puerta muchos proyectos, comerciales, dramas… todos esos contratos se han visto cancelados por este escándalo.

—¿Cómo sugieres que terminemos con los rumores? —pregunté.

—Creemos que lo mejor sería que nosotros nos divorciáramos —dijo Yoko.

—Todo el problema radica en que ustedes son hermanos legales —continuó mi papá.

—Pero…

—Fleur, no hay más opciones. Si sus padres no se divorcian, tendrán que terminar su relación o despedirse de su carrera.

—Debe haber más opciones…

—Tal vez si damos a conocer que ustedes se conocían antes de que sus padres se casaran, su relación dejaría de tener ese toque de incesto y podrían vivir en paz, sin tener que renunciar a nada. Pero es solo una posibilidad.

—Haremos eso. Cita a una rueda de prensa lo más pronto posible —dijo Yori en tono seguro.

—No podremos hacer mucho para ayudarlos durante la entrevista —advirtió Liam. Nos miramos el uno al otro.

—No importa —respondimos al mismo tiempo.

—Hablaré con tu agente y los avisaré cuando tengamos todo arreglado.

 

La eficiencia de Liam en su trabajo no dejaba de sorprenderme. Salió de la casa con el celular y su agenda en mano, hecho todo un magnate de la música. 

 

—Gracias por estar dispuestos a sacrificarse de ese modo por nosotros —dije a nuestros padres.

—Fleur, cuando se hace algo por amor no es un sacrificio —dijo Yoko.

—Solo esperamos ser capaces de protegerlos —finalizó mi papá. Sonreí y comenzamos a comer en silencio.

 

         Estaba recostada en la cama cuando el timbre de mi celular me asustó. Me puse de pie para contestar.




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