En Nombre Del Amor

UN CORAZÓN ROTO

Liam llevó sus manos a su retro con la intención de cubrir su boca. Si bien las palabras de su hermana seguían presentes en su mente, él deseaba con todas sus fuerzas que lo que estaba ocurriendo frente a sus ojos fuese una cruel alucinación. 

Hasta dónde había escuchado, esa no era hora para que los jóvenes regresaran a los camerinos, la grabación se había extendido un poco más y estaban lejos de la hora del almuerzo. 

Liam intentaba con todas sus fuerzas no hacer ninguna clase de ruido, por lo menos, debía pasar desapercibido para no perder su trabajo en el primer día de contratado. Él aún no había tenido el tiempo de presentarse con la joven, no habían intercambiado miradas ni mucho menos números telefónicos.

Él no podía aceptar que el amor de su vida estaba en una relación con una persona ajena a él, es más, no era consciente de que no tenía por qué pensar de esa manera, pero su corazón le dictaba a gritos algo completamente diferente.

Su atención se había centrado en la pareja que lograba ver a través de las hendiduras de la puerta del armario, él ignoraba completamente que la ropa que estaba en su interior emanaba el suave y agradable aroma de la joven. 

En ese preciso instante, él estaba olvidando los consejos de su amada madre que le decían claramente que nunca debería entrometerse en alguna situación que nada tuviera que ver con él. De todas maneras, ¿el ver al amor de su vida con otra persona, era realmente ajeno a él? 

Por más que Liam veía lo que sucedía entre ambos, por más que esa situación le doliera profundamente, no podría despegar su mirada de ellos, esa como si la famosa pareja fuera un imán y el pobre Liam, un metal. 

Verónica estaba acariciando el rostro de Maven, sus ojos estaban brillando de tal manera que él parecía ser un jugoso trozo de carne frente a la joven actriz. Los labios de ambos estaban esbozando unas grandes y radiantes sonrisas, sus rostros estaban cada vez más cerca de unirse. 

El corazón de Liam se estremecía en medio de él, pero, por alguna razón, no podía apartar su mirada de sobre la pareja. Lo que veía lo hería, le dañaba profundamente, él rogaba para que todo eso fuera una mentira, una actuación, que estuvieran ensayando para cuando se pararan en frente de las cámaras, pero, lo que escuchó a continuación lo destruyó por completo. 

—Una semana más y podemos vivir juntos en nuestro nuevo hogar —susurró Maven rodeando la cintura de Verónica con sus fuertes brazos. 

Esta pareja se mudaría lejos de la ciudad, para poder disfrutar de un poco más de privacidad. Bueno, eso hasta que los paparazzis se enteraran de su ubicación y, una vez más, terminaran acechándolos como siempre. Ellos deseaban un poco de paz, un poco de tranquilidad para poder llevar una vida bastante agradable. 

Lo que sus corazones anhelaban era poder gozar de una relación sana y estable, entonces por fin, Maven tendría la familia que tanto había llegado a añorar desde que era un adolescente abandonado. 

La historia de Maven era bastante amarga, la única persona que la conocía a la perfección era Verónica, y, a pesar de tener conocimiento de todo eso, ella decidió permanecer al lado de él. Ella no era el tipo de persona que juzgaba a todos por los errores que sus padres habían cometido, porque creía que Maven era diferente.

Él le había demostrado ser diferente. 

Maven quería tener un lugar a donde llegar, un sitio al que pudiera llamar “hogar”; que al abrir los ojos lo primero que estos vieran fuera a su amada pareja a su lado. Era un pensamiento cursi, tal como lo era. Pero a los ojos de Maven era todo lo que necesitaba para estar bien, al final de cuentas a lo largo de sus años de carrera había recolectado una gran cantidad de dinero. 

Lo único que le hacía falta para sentirse pleno, era que Verónica aceptara ser su esposa. 

Para eso, estaba esperando el momento justo para que sucediera, para poder hacer la propuesta soñada, una que ni su amada, ni el resto de los que llegaran a escuchar de ello, lograran olvidar. 

Los brazos de Verónica rodearon a Maven, mientras una sonrisa gigantesca aparecía en los labios de esta. Ella, al igual que Maven, se había enamorado perdidamente de su compañero, frente a sus ojos no existía nadie más que su pareja. 

—¡Esa es una gran noticia! —Exclamó besando numerosas veces el rostro de su compañero. 

Luego de unos escasos segundos, sus labios fueron a parar sobre los de Maven, el cual, no dudó en corresponder a aquel ansiado beso. Con sus manos acercó la cadera a Verónica, de manera que su beso se viera profundizado.

Las manos de Liam, una vez más, cubrieron sus labios, de una manera inexplicable y en contra de lo que él realmente deseaba hacer, comenzó a derramar lágrimas, sus sollozos debían ser silenciosos, debía mantenerse en secreto a pesar de sentirse traicionado.

¿Por qué se sentía de esa manera cuando estaba más que claro que entre él y Verónica no existía ninguna clase de relación?

Ni siquiera se habían llegado a ver como para ser un conocido de ella, y por supuesto, ella no debía darle ninguna clase de explicación de su vida privada a nadie. Conociendo todo eso, Liam se veía impedido de hacer que sus ojos detuvieran esas cataratas de llanto que comenzaron a desbordarse. Su corazón sentía que había sido apuñalado, sentía que este dejaría de palpitar en cualquier momento y el aire había comenzado a fallarle.



#13758 en Novela romántica
#2613 en Chick lit
#8024 en Otros
#2435 en Relatos cortos

En el texto hay: triangulo amoroso, amor y obsesión

Editado: 03.07.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.