Maven completamente encolerizado, llegó hasta su departamento, lugar en el que muchas de las cosas quedaron completamente destruidas. En su interior, la sensación de un fuego que, en vez de menguar, crecía sin control estaba tomando el mando de sus emociones.
Verónica no podía ser de nadie más, ella solamente podía ser suya. Ella era la única persona que se había quedado a su lado cuando prácticamente lo perdió todo. Ella fue quien le prometió estar a su lado siempre y jamás soltar su mano.
Los padres de Maven habían fallecido hace tres años, había sido un accidente desastroso, uno del que ninguno logró salir con vida. Ese fue el momento en que el mundo de tan aclamado actor se fue a la basura, no podía hacer nada por sí mismo.
El único motor que le quedaba era la promesa hecha a su madre de que sería un reconocido actor, y ahí, fue cuando el apoyo de Verónica le hizo retomar las ganas de vivir que había perdido con anterioridad.
«Yo estaré a tu lado, para siempre«
Esas fueron las palabras que dijo Verónica en esa ocasión, palabras que quedaron grabadas en el corazón de Maven, de manera que pudieran borrarse jamás.
• • •
La mañana llegó con lentitud, los corazones de Liam, Verónica y Maven se encontraban atravesando sensaciones completamente diferentes a lo usual. Liam sentía que tal vez tendría una oportunidad con Verónica, pero, esta ligera sensación era borrada rápidamente por esa otra que le decía a gritos que él no tenía nada que hacer ahí.
Que Liam debería conformarse con pasar de ser un simple y desconocido fanático a un amigo de la mujer que él más admiraba. No muchos podían llegar a disfrutar de esa suerte que le había tocado llevar al joven, pero, entre más tiempo pasaba con Verónica, más se convencía de que Maven no la merecía.
Se aseguró de eso el día siguiente a la discusión que esa pareja tuvo, ella, con toda confianza, le relataba un poco de lo sucedido y que, Maven se sentía inseguro de que ella entablara una relación de amistad con otra persona que no fuera él.
«Amigos» pensó el joven con una ligera señal de decepción. «Solamente amigos».
Su mente le jugaba en contra, porque deseaba ser más que amigos, pero al mismo tiempo sentía que estaba siendo demasiado ambicioso y que semejante felicidad estaría lejos de su alcance.
Podría ser que Verónica y Maven hubiesen nacido para estar juntos, entonces, no tendría sentido que Liam luchara por llamar la atención de la joven actriz.
—Verónica, mi vida —dijo Maven acercándose al lugar en que los chicos estaban conversando.
Entre sus manos sostenía un ramo de unas calas blancas, las cuales llamaron la atención del joven Liam. Su corazón se estremeció al recordar su posición, un mísero espectador que soportaba que el amor de su vida tuviera otro amor.
¿Qué sería capaz de hacer por ella? Lo sabría dentro de poco.
—Realmente lo siento, no debí haberme comportado de esa manera tan… tan… ruin y despreciable —afirmó Maven con una expresión de tristeza en sus ojos, su cabeza estaba ligeramente inclinada hacia abajo y su tono de voz demostraba lo apenado que se encontraba.
Liam sentía que no debía estar ahí, no deseaba ser el mal tercio de la relación y lo mejor era que regresara a su trabajo. El problema estaba en lo que escuchó sin querer: «Iremos al sitio en el que vivirás para siempre, siendo la mujer que más amé»
¿Vivirás?, ¿no sonaba aquella palabra un tanto extraña al considerar que ambos vivirían ahí después de su matrimonio?
El joven estuvo un par de segundos más escuchando «sin querer» el resto de la conversación, eso hasta que Verónica, una vez más, decidió perdonarlo. Ella rodeó a Maven con sus brazos alrededor de su cuello mientras repartía numerosos besos en su rostro, él, por su parte, se dedicaba a llevarla lo más cerca posible hacia él, de manera de acortar toda la distancia que había entre ambos.
Era una escena que Liam jamás podría soportar.
Su corazón se sentía apuñalado cientos de veces sí, su corazón había sido apuñalado, luego convertido en trozos y todos estos trozos habían sido pulverizados, su corazón estaba completamente destrozado.
Amaba a una mujer que jamás le pertenecería y, era hora de que lo comprendiera.
• • •
En la noche, Verónica y Maven llegaron a la casa que adquirieron para establecer su matrimonio, era de un tamaño promedio, acogedora, estaba adornada por alfombras y cortinas que iban desde el techo hasta el suelo. Los colores eran una mezcla entre el gusto de ambos, para sentirse un hogar, solo debían vivir los dos juntos.
Verónica paseaba por cada una de las instalaciones haciéndose la idea de cómo sería su vida al lado del hombre que amaba. Maven, por su parte, la observaba de cerca, admiraba cada uno de los detalles que caracterizaban a su pareja.
Desde su manera de caminar, su postura, la forma en la que jugaba con sus manos y cabello cuando se encontraba nerviosa por algo. Ella era perfecta a los ojos de Maven, ella debía ser toda para él mismo, eso hasta que notó un brazalete que no había llegado a ver antes.
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Editado: 03.07.2023