En Otra Vida

Capítulo 30: "Nunca más cometeré el mismo error"

Ya estaba por cumplirse un mes desde que Misa y yo dimos inicio a nuestro noviazgo, para festejar el mismo ambos habíamos acordado ir a un nuevo pub que habían aperturado en el pueblo. Yo me encontraba muy ansioso, tanto que me había cambiado de camisa en más de 3 ocasiones, pues ningunas me parecían la adecuada para esa noche.

 

—Creo que esta queda — dije en voz baja, mientras tomaba una nueva camisa de mi armario.

 

De repente mi celular empezó a sonar, yo deje la camisa sobre mi cama, y tome el mismo.

 

—Valentino — escuche.

—Dime cariño — respondí.

—¿Ya estás viniendo? — escuche.

—Sí, ya voy de salida — dije, mientras me acerqué a la cama, para tomar la camisa y colocármela como pude.

—¡Qué bueno! mis padres no quieren irse a cenar fuera, sin vernos marcharnos de casa — escuche.

—Dile a mis suegritos, que unos minutitos llego — agregué sonriendo, mientras abotonaba los botones de la camisa.

—Bien — escuche.

 

Tras esa breve platica, corte la llamada, tome las llaves de la casa, mi chaqueta y salí de mi habitación.

 

—¿Ya te vas hijo? — pronunció mi padre.

—Sí, iré con Misa al pub, por unas horas — dije.

—Bien, diviértanse — agrego mi padre.

 

Luego de ello continué mi camino. La nueva casa de Misa, desde que sus padres tomaron la decisión de venir a vivir en mi pueblo, estaba en mi misma calle que la casa de mis padres, por lo mismo, el llegar a la misma solo me tomo algunos minutos, en realidad creo que más tiempo me tomo sacar mi auto que llegar a su casa.

 

—Pase joven, la señorita Misa, lo está esperando — pronunció una mujer uniformada, que era la empleada de la casa de mi novia.

—¡Gracias! — respondí, tras de ello caminé tras la empleada.

 

Tras algunos minutos de camino, la empleada detuvo sus pasos en la sala de la casa, y yo lo hice junto a ella, al tiempo que mi mirada se posó en mi novia, quién estaba sentada en uno de los muebles de la sala, leyendo una revista.

 

—Señorita Misa, el joven Valentino está aquí — dijo la empleada.

—Valentino — pronunció Misa, al tiempo que se ponía de pie, dejándome ver su bella figura que se reflejaba en las prendas que había elegido para esa noche, la cual consistía en un vestido corto de cuero y tacones.

—Misa — dije como hipnotizado.

—¿Cómo me veo? — agrego ella, sonriendo mientras se acercaba a saludarme con un beso en la mejilla.

—Bien, muy bien — respondí mientras ella reía.

—Ya estás aquí — pronunció el padre de mi novia, mientras se acercaba a mí, junto a su esposa.

—Señores O’briend, ¡buenas noches! — dije, tratando de sonar calmado.

—¡Buenas noches hijo! — respondieron los padres de mi novia.

—Ya que ya estás aquí, ya podemos irnos tranquilos — decía el señor O’briend.

—Cierto, pero que primero se vayan los muchachos — agrego la señora O’briend.

—Claro cariño — respondió su esposo.

—Hora de irnos — pronunció dulcemente Misa, tomándome de la mano para salir juntos de su casa.

—Sí, ya regresamos — dije.

 

Luego de ello Misa y yo salimos de su casa, ya estando fuera, detuvimos nuestros pasos junto a mi auto.

 

—Estás extraño, ¿acaso lo que me dijiste en casa no fue cierto? — dijo ella.

—¿Qué? — respondí confundido.

—Lo de mi prenda, que me veo bien — añadió ella, con calma.

—Lo que dije es cierto, te ves bien, tanto que con ese vestidito tendrás a muchos tras de ti en el pub — dije sin darme cuenta.

—¿Y eso te molesta? — contesto ella con nostalgia.

—Me molestaría si supiera que tú les harías caso, pero como sé que no será así, no hay problema, además me gustará ser envidiado por todos los jóvenes que estén en el pub, ya que iré con la niña más bella del pueblo y ello de seguro le causara envidia a más de uno — respondí riendo mientras pensaba — «Nunca más cometeré el mismo error, la confianza será la base de este nuevo romance con Misa en esta nueva vida»

—Yo me vestí así para ti, porque quiero que cada vez te enamores más de mí, los demás no me importan y en cuanto a ser la envidia de los demás yo también lo seré, seré envidiada por todas las chicas que asistan al pub ya que yo entrare del brazo del chico más apuesto del pueblo — contesto Misa sonriendo.

—Pues entonces vamos hermosa, el momento de ser envidiados por todos llego —dije, dándole un beso en los labios a mi novia, antes de abordar el auto para ir al pub.



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En el texto hay: fantasia, romance, drama

Editado: 15.02.2023

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