La mansión parecía más silenciosa que nunca. Cada rincón de la casa estaba cargado de una tristeza palpable que hacía difícil respirar. Los eventos recientes habían dejado cicatrices profundas en todos, especialmente en Draco y Harry. Liz, aún convaleciente, se encontraba en una de las habitaciones, vigilada de cerca por Luna y Cho.
Tom no había dejado de hostigar a Draco desde el incidente. Sin embargo, su amargura y desprecio se dirigieron hacia Harry, intentando erosionar la ya frágil estabilidad emocional del grupo.
Tom: (mirando a Harry con frialdad) "Siempre pensé que eras el héroe, Potter. Pero parece aun confias en el Malfoy para que los cuide."
Harry: (con los puños apretados) "No es momento para tus juegos, Tom."
Tom: "¿Juegos? Esto es una guerra. Y en una guerra, los débiles no sobreviven."
La tensión entre Harry y Tom crecía con cada día que pasaba. Tom no perdía oportunidad para menospreciar a Harry, buscando cualquier debilidad para explotar.
Tom: "Tal vez si hubieras sido más atento y no confiar en Malfoy, Liz no estaría en esa cama luchando por su vida."
Harry se mantenía firme, pero cada palabra de Tom era como un dardo envenenado, calando hondo en su conciencia. Finalmente, el agotamiento emocional y la acumulación de tensión hicieron que Harry se retirara, buscando un lugar donde pudiera estar solo.
Draco, por su parte, había encontrado refugio en el baño. Sentado en el suelo frío, con la espalda apoyada contra la pared, las lágrimas corrían silenciosas por su rostro. La culpa y la desesperación lo abrumaban, pero sabía que no podía permitirse el lujo de desmoronarse completamente.
De repente, la puerta del baño se abrió de golpe. Harry entró con el rostro rojo de ira, cerrando la puerta detrás de él con un estruendo.
Harry: (con voz temblorosa) "¡Tú...! ¿Qué haces aquí escondido?"
Draco: (sorprendido, secándose las lágrimas rápidamente) "Yo..."
Harry: (interrumpiéndolo) "¿Tienes idea de lo que estás haciendo? ¡Liz está ahí, luchando por su vida, y tú estás aquí llorando como un niño!"
Draco: (intentando mantener la calma) "Lo siento... yo..."
Harry: (gritando) "¡Lo siento no es suficiente! ¡No cambia nada! ¡Liz está herida por tu culpa!"
Las palabras de Harry eran como cuchillos afilados, cortando a través de la fachada de Draco. Cada acusación, cada grito, se clavaba en su corazón, aumentando su dolor y culpa.
Harry: (con lágrimas en los ojos) "Pensé que habías cambiado, Draco. Pensé que realmente te importaban los demás. Pero parece que siempre te concentraste fue en ti."
Draco: (con voz quebrada) "Lo siento... Yo...hice todo lo que pude..."
Harry: (despreciando) "¿Todo lo que pudiste? ¡Eso no es suficiente! ¡Liz está pagando el precio por tus errores!"
Draco intentó defenderse, pero las palabras se le atoraron en la garganta. Sabía que Harry tenía razón, y eso lo destrozaba por dentro. No había excusas, no había justificaciones. Solo dolor y culpa.
Harry: (con la voz disminuyendo) "No puedo seguir así, Draco. No puedo seguir pretendiendo que todo va a estar bien."
Draco: (susurrando) "Por favor..Calmate un poco..."
Harry: (mirándolo con frialdad) "No sé si puedo."
Con esas palabras, Harry salió del baño, dejando a Draco solo con su dolor. La conversación había dejado a Draco más destrozado que nunca, con el peso de la culpa aplastándolo. Sabía que debía ser fuerte, pero en ese momento, se sentía más débil y perdido que nunca.
La mansión, que alguna vez fue un refugio, ahora se sentía como una prisión. Cada rincón de la casa estaba impregnado de recuerdos dolorosos y promesas rotas. Draco se levantó lentamente, limpiando sus lágrimas y tratando de recomponerse. Sabía que tenía que seguir adelante, por Liz, por Harry, por todos. Pero el camino hacia la redención y el perdón parecía más largo y difícil que nunca.
Harry se dirigió a su habitación con pasos pesados, el eco de su propia furia resonando en sus oídos. El baño, con sus frías paredes y su silencio aplastante, no ofrecía consuelo, y necesitaba encontrar algún tipo de refugio, aunque fuera solo para aclarar sus pensamientos. La puerta de su habitación se cerró tras él con un clic casi imperceptible, y se dejó caer contra ella con un suspiro agotado.
Las palabras que le había dirigido a Draco aún reverberaban en su mente, y el peso de la culpa empezaba a hacerse sentir. Había sido brutal, sin duda. La manera en que había atacado a Draco, la ferocidad de su rabia, parecía estar en contraste con la preocupación que realmente sentía por Liz. Harry se acercó a la ventana, abriendo las cortinas y dejando que la luz del atardecer bañara la habitación con un resplandor dorado que contrastaba con su estado interno.
Se sentó en la cama, mirando el suelo mientras las imágenes de la confrontación con Draco pasaban por su mente como una película en blanco y negro. Cada palabra hiriente que había lanzado parecía ahora como una daga afilada, y se preguntaba si realmente había hecho lo correcto. ¿Era necesario herir a Draco de esa manera?
Harry: (hablándose a sí mismo en voz baja) "¿Qué estás haciendo, Harry? ¿Realmente crees que gritarle a Draco va a resolver algo? Él también está sufriendo... tal vez incluso más que tú."
Se puso en pie y comenzó a caminar de un lado a otro. La rabia inicial había dado paso a una profunda reflexión. Sabía que la situación era desesperada y que la culpa que sentía por lo ocurrido con Liz era inmensa. Pero también sabía que su trato hacia Draco había sido desproporcionado.
Harry: (con voz temblorosa) "No es justo... no es justo... Draco también está intentando hacer lo mejor que puede en esta situación."
Editado: 14.11.2025