La mañana era gris, reflejando el estado de ánimo de todos en la mansión. Liz, aunque recuperándose, aún estaba débil y bajo vigilancia constante. Draco, sin embargo, parecía haberse desvanecido por completo. Harry había pasado la noche inquieto, preocupado por su amigo y atormentado por la pelea que habían tenido. Al levantarse, su primer impulso fue buscar a Draco y asegurarse de que estaba bien.
Harry recorrió la mansión, buscando a Draco en cada rincón conocido. La preocupación aumentaba con cada lugar vacío que encontraba. Finalmente, se dirigió a la cocina donde Ginny y Cho preparaban el desayuno.
Harry: "¿Alguna de ustedes ha visto a Draco?"
Ginny: (mirando a Cho y luego a Harry) "No, Harry. Pensé que estaba en su habitación."
Cho: "Quizás salió a dar un paseo. A veces, necesitamos un poco de aire fresco."
Harry agradeció su ayuda y continuó su búsqueda, cada vez más preocupado. Recorrió la sala de estar, el jardín, incluso los alrededores de la mansión. Pero no había rastro de Draco. Volvió al interior, con la ansiedad creciendo en su pecho.
En el comedor, encontró a Tom, quien no perdió la oportunidad de hacer un comentario mordaz.
Tom: (con una sonrisa cruel) "¿Todavía buscando a tu amigo? Tal vez finalmente hizo lo que todos esperábamos y se lanzó al mar."
Harry: (furioso) "¡Cállate, Tom! No tienes idea de lo que estás diciendo."
La tensión en el aire era palpable, y antes de que la situación pudiera escalar más, Mattheo intervino, poniéndose entre Harry y Tom.
Mattheo: "Tranquilo, Harry. Esto no ayuda a nadie."
Harry: (apartando la mano de Mattheo) "No necesito tu ayuda."
La atmósfera era cada vez más densa. Liz, desde su cama, miraba a todos con ojos cansados, demasiado débil para comprender completamente lo que estaba sucediendo, pero lo suficientemente consciente como para notar el malestar general.
Harry decidió salir al patio trasero, esperando encontrar alguna señal de Draco. El jardín estaba silencioso, solo el susurro del viento entre las hojas rompía la tranquilidad. Caminó hasta el límite del jardín, donde el bosque comenzaba. La idea de que Draco pudiera haberse adentrado en el bosque lo preocupaba profundamente.
Harry: (murmurando para sí mismo) "Draco, ¿dónde estás?"
Mientras tanto, dentro de la mansión, la tensión continuaba aumentando. Tom seguía con sus comentarios mordaces, sin detenerse a considerar el impacto de sus palabras.
Tom: (a Luna, con una sonrisa sarcástica) "Supongo que estás acostumbrada a este tipo de drama, ¿no?"
Luna: (mirándolo fríamente) "Tus comentarios no ayudan, Tom. Si no puedes ser útil, al menos guarda silencio."
La discusión atrajo la atención de los demás. Cho, Ginny, y Luna intentaban calmar la situación, pero el ambiente se había vuelto demasiado cargado.
Cho: "Todos necesitamos calmarnos. Esto no nos llevará a ninguna parte."
Tom: (cruzándose de brazos) "Tal vez, pero alguien tiene que decir la verdad."
Harry regresó al interior, decidido a encontrar a Draco. Sabía que no podría descansar hasta saber que su amigo estaba a salvo. Se dirigió a la habitación de Luna, esperando encontrar alguna pista.
Harry: "Luna, ¿has pensado en algún lugar donde Draco podría haber ido? Algo que se nos haya pasado por alto."
Luna: (pensativa) "Draco siempre fue un alma solitaria. Podría estar en cualquier parte, buscando un poco de paz."
La respuesta no era satisfactoria, pero era todo lo que tenía. Decidió revisar nuevamente el sótano, un lugar que Draco solía evitar. Bajó las escaleras, su corazón latiendo con fuerza. Pero al llegar, solo encontró sombras y silencio. Draco no estaba allí.
Regresó a la planta principal, donde la discusión aún continuaba.
Tom: (con sarcasmo) "Tal vez deberíamos dejar de buscarlo. Si no quiere ser encontrado, no lo será."
Harry: (perdiendo la paciencia) "¡Basta! Esto no es un juego, Tom. Draco es uno de los nuestros. No lo abandonaremos."
La confrontación estaba a punto de estallar cuando Mattheo, intentando mediar, intervino nuevamente.
Mattheo: "Harry, necesitamos un plan. Gritar no ayudará."
Harry: "Lo sé, pero no puedo evitarlo. Draco necesita nuestra ayuda."
La discusión fue interrumpida por un grito proveniente del patio trasero. Todos se volvieron hacia la puerta, con el corazón en la garganta.
Liz: (gritando) "¡Harry! ¡Harry, ven rápido!"
Harry corrió hacia el patio, seguido por los demás. Encontraron a Liz de pie junto a la puerta, señalando hacia el bosque.
Liz: "Vi algo moverse entre los árboles. Creo que era Draco."
Sin pensarlo dos veces, Harry se adentró en el bosque, con los demás siguiéndolo de cerca. El terreno era irregular y los árboles densos dificultaban la visibilidad. Pero la determinación de encontrar a Draco les daba fuerzas.
Finalmente, llegaron a un claro, pero no había rastro de Draco. Harry se sintió frustrado y desesperado, sus ojos recorriendo el área en busca de alguna señal. Regresaron a la mansión, el ambiente tenso y cargado de incertidumbre.
Tom: (con una sonrisa cínica) "Bien, al menos no se lanzó al mar."
Harry: (con furia contenida) "Tom, no es el momento."
Mattheo: "Déjalo, Harry. Lo importante es que encontremos a Draco."
Draco parecía haberse desvanecido sin dejar rastro, y la preocupación de Harry solo aumentaba. No podía quitarse de la cabeza la pelea que habían tenido y las palabras duras que había dicho
La atmósfera estaba cargada de tensión y preocupación. Mientras todos intentaban calmarse, Harry sabía que debía encontrar a Draco, sin importar lo que costara.
Mientras tanto en otro lado con Draco.
Editado: 14.11.2025