MIKAEL.
El maldito frío se impregna en mi cuerpo, siento que en cualquier momento me terminaré congelando como uno de esos lagos que hay en el bosque, camino lo más rápido que puedo al castillo, las malditas trompetas siguen sonando…
He cometido la peor estupidez que cualquier persona puede cometer, besar a una extranjera.
Agradezco que el frío me ayude a disminuir lo que hay entre mis piernas, pues sino; no sabría que decir al respecto. Eso y la maldita marca de la bofetada que me dio.
También, me acomodo el pelo, tratando de que se vea decente.
Al ingresar al salón de baile todos me miran con curiosidad, como si supieran lo que acabo de hacer.
Ni siquiera sé el porque estoy tan molesto, o tal vez sí, pero me niego a aceptarlo.
—Majestad, no sé que le aqueja, sin embargo, esperan los demás porque su firma se estampe en los tratados de paz.
Ronald me trae de vuelta.
—Que vayan a mi oficina…
—Ya lo están esperando.
En ese momento me siento como el imbécil más grande de la historia.
—¿Por qué no esperaste mis órdenes?
—Lo lamento, Majestad…
Levanto la mano para que guarde silencio y me encamino a la dichosa oficina.
—Majestad… —dicen al unísono.
—El tratado y tinta. —ordenó, mientras me siento en la silla.
—Connolly, Duffy y Basset. En ese orden firmen.
—Me temo que la Reina Eloise, no se encuentra presente. —dice el padre de Arthur.
—firma y punto…
Toma la tinta y pone su firma, él otro hace lo mismo.
El silencio toma el lugar.
Sin gritar y sin exaltarme, hablo:
—alguien traiga a Basset…, ¡Ahora!
—espero que tu hijo no la esté entreteniendo, Connolly. —escucho que Andrew le dice.
Pero este ni se inmuta a sus provocaciones, no al menos frente de mí.
esperamos un par de minutos, los cuales se me hacen.
—Olvidé el tratado, aunque ya estoy aquí, —entra y firma el papel.
todos me miran a que diga algo, no lo hago. Tomo la tinta y estampo mi firma.
Nos traen copas y brindamos por la paz de nuestros reinos. Al menos conmigo.
Sin necesidad de que les diga que se vayan, ellos se ponen de pie y se van. Pues desean continuar la fiesta.
Tomo mi copa y me distraigo viendo la nieve caer por la ventana…
—Yo, te quiero pedir algo. —hablan detrás de mí.
No contesto y ni siquiera volteo a verla.
—Mikael…, allá afuera no ocurrió nada, olvida el golpe, que yo olvidaré lo demás… No significó nada, solo fue un impulso por ambas partes.
Me giró sobre mis pies y la miro.
—si no significó nada ¿Qué haces aquí, hablando de eso?
se acomoda su falda y sin decirme más se va.
Siento mil cosas y ninguna de ellas sé descifrarlas.
Me pica la mejilla e inconscientemente me toco el sitio.
Una carcajada brota de mí, una mujer me abofeteo.
ELOISE
Me bebo de un trago el contenido de una copa, quisiera beberme todo el alcohol y olvidarme de la última hora de mi vida.
Me acerco a un guardia y le pido que disimuladamente me suba una de esas botellas a mi habitación.
Sin refutar, accede. Miro a mi alrededor y veo que mi madre conversa con Lilian y demás damas. Por lo que deduzco que cuando la festividad termine irá a su habitación de inmediato.
Siento que estoy ardiendo, incluso podría salir sin una sola prenda puesta y la nieve se derretiría con mi tacto.
Siento que si hablo con las personas, saldrá de mi boca lo que sucedió.
—Majestad, ¿podemos hablar? —escucho esa voz y yo solo asiento por inercia.
—por supuesto Agatha.
Se posa frente de mí y me sonríe antes de hacerme una reverencia. ´
—¿se encuentra bien?
—por supuesto, ¿De qué quieres hablar?
—¿no lo sabe?
Me mira como si realmente supiera que es lo que me dirá.
O tal vez… vio como su pareja y yo pretendíamos volvernos uno solo.
—No, Agatha, no sé.
—Me vengo a despedir, estaré un tiempo fuera de Regan, necesito aprender más, para poder ser… Bueno, usted entiende.
—¿Te vas?
—Sí, es una gran Monarca, la admiró.
—Gracias, ¿Mikael no se opuso? ¿Qué hay de su relación?
#1017 en Fantasía
#4000 en Novela romántica
amor odio romance pasion, historia de reinos, enemistad y romance
Editado: 11.12.2024