En Otro Reino.

CAPÍTULO 15

ELOISE.

No he dicho ni una sola palabra desde que salí del castillo de Regan, estoy envuelta en incertidumbre, ¿Qué dirá la carta? Esa es mi gran pregunta, aunque imagino que es lo que posiblemente esta escrito en ella. No lo quiero admitir, pero intuyo que en ese papel esta mi fin como soberana de Basset.

Mikael, es un rey competitivo y con bastante sed de poder, lo sé porque yo así me siento, para esto nos han diseñado. todos nacimos con un propósito, eso es un hecho y Mikael fue diseñado en todo aspecto para ser el Rey que es, no me lo imagino siendo otra persona, no cabe en el papel de un herrero, de un carpintero o en el caso más raro que se me vienen a la mente es como profesor, siento que se hartaría del olor de los metales o que el aserrín le causaría estornudo y constantes alergias, de profesor se enfadaría porque los niños no aprenden a su ritmo. sonrío al imaginarlo. y suelto una pequeña carcajada cuando mi mente lo imagina como un hombre que vende pescado; todo lleno de escamas y con ese olor que no le agradaría, no porque el trabajo sea malo, sino porque él siempre huele a perfume, huele a pino, huele a romero y lavand, huele a menta y geranio. nunca esta mal vestido, Mikael nació para ser la imagen del Rey que algún día todos recordarán, las pinturas que hay en su castillo son tan parecidas a él, no perdieron ni un solo detalle. el hombre es atractivo, lo admito.  

 

Llegó a mi nación, aquí apenas si ha nevado, pero el frío es igual de intenso.

—Alteza, Bienvenida a casa. —la fila de sirvientes, me esperan.

—Gracias.

Camino en línea recta y me dirijo a mi habitación.

Espero que lo que Regan diga, sea bueno, él tiene tratados con los tres reinos y los que no se arrodillan ante él, los doblega.

Procuraré no preocuparme demás, tal vez en esa carta no haya nada negativo escrito para mí y solo es una carta dónde mi padre elogia a Mikael, pues sé que hubiese deseado tanto tener un hijo como él, quién curiosamente es hijo del que fue el amor de su vida.

Sin embargo, Albert, se cruzó en su camino y terminó conquistando a Lilian.

Tomo tinta y papel, dispuesta a escribirle una carta a mi querido amigo Arthur, pero me siento hipócrita en este momento, la verdad. ¿cómo puedo escribirle a uno cuándo estoy pensando en otro? 

Me desvisto, pues ha sido un viaje largo, un viaje dónde deseé tanto mi cama y mi privacidad, en cuanto las prendas tocan el piso, veo mi reflejo en el espejo, las marcas de los feroces labios de Mikael están grabados en mi piel, sonrío avergonzada por ello, nunca nadie me había hecho eso, nunca imagine que los besos dejarán esas marcas de colores...

No puedo evitar pensar en la reacción de Lilian cuando vio como estaba su hijo, debo admitir que me sorprendió bastante lo que hice. Tal vez la respuesta sea que en público debo comportarme con seriedad, elegancia, autoridad… pero en la cama debo dejar todo eso de lado, se disfruta más siendo salvaje y a él le gusto tanto como a mí. ¿por qué pienso eso? me hago aire con mis manos, siento como el sudor comienza a abañarme, no sé si deba sentir pena, vergüenza, remordimiento, ¡No sé! pues lo único que siento es una gran efusividad y el arrepentimiento, pena y vergüenza se han ido por la borda... 

Sé, que no debería estar disfrutando de lo que me hizo sentir, no debería estar pensando esto… debería estar yendo de camino a la iglesia y confesar mi sucio pecado: A la reina de Basset le gusta que el Rey de Regan la folle como si fuera de su propiedad, le gusta que se derrame sobre ella y que le marque sus delicados pechos, que con la lengua con la que da órdenes a todo el mundo; esa misma lengua, lamio lo más íntimo de la reina de Basset y que ella no dejo de gritar hasta que se vino sobre esa boca tan demandante... O tal vez, que la pequeña y delicada mano de la Reina la cuál en algún momento tomo el cetro que me identificaba como la persona al mando de Basset; tomó el miembro erecto del rey y  le dio placer hasta que no pudo resistirse y decidió introducirse en mí. 

 siento la cara hervirme, el color de mi cabello no me ayuda pues ahora toda mi cara esta del color rojizo, Bueno…creo que mejor será mi secreto más perverso y claramente el que más disfrute.

Eso de tener secretos con alguien de esa magnitud, hace que me estremezca, pero en el fondo sé que Mikael es un intento de caballero y no pondrá eso en mi contra, aunque claramente con eso yo pierdo todo y él lo gana, si es que decide en algún momento usarlo en mi contra, a mí me mandarían al exilio mientras que a él le alaban y justifican sus deseos carnales.

Me apresuro a vestirme, no quiero que alguien vaya a entrar a mi habitación y vea las marcas de la perversión sobre mí.

 

Al día siguiente me dedico a hablar con el parlamento, sobre los contratos que llegué a hablar con Mikael, el que me dijera que iba a pensar lo de la presa es un gran alivio, pese a que aun no hay una respuesta, au también la gente de mi pueblo podrá entrar y salir de Regan cuando lo deseen, siempre y cuando cumplan con unos cuántos requisitos, eso ni mi padre lo llegó a hacer. También hablo de los tratos que llegué a hacer con los Duffy.

Digo algunos cambios que quiero y ellos acceden ante lo que pido, pues las cosas van en perfectas direcciones y no es solo para mi propio beneficio, sino para el de todo el pueblo.




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