ELOISE.
El mensajero de Regan me dijo por lo que se habían presentado, lo cual me hizo liberar el aire que no sabía que estaba conteniendo en los pulmones, fue un gran alivio. Por un momento pensé que se había arrepentido de su petición de anoche, pero fui estúpida al dudar de él.
Ya se han ido y yo sigo esperando que me dijera cuando nos volveríamos a ver, es tan tonto pensar en eso, pues no es que seamos una pareja formal que libera espacios en sus días para verse con el otro.
En verdad esperaba que se volviera y él hablara conmigo y si pudiese, me diera un beso sabor a él. Las mujeres en cuestiones de hombres somos tan ingenuas…
El orgullo que siento de que Basset sea el primer reino que él pisa por primera vez me llena el ego y sobre todo me da más credibilidad como buena monarca. sé que elrumor correrá en menos de nada y que los demás pueblos desearán su presencia, pero Basset habrá sido el primer Reino que piso.
“Entre Egos nos entendemos”. Eso fue lo último que me dijo.
Escucho mi puerta abrirse y veo a mi madre entrar.
—Dime que no vino por lo que estoy pensando.
—No sé lo que estés pensando madre.
—¿Quiere Basset? Tu padre murió ansiando una visita de él y jamás la tuvo, es un conquistador, pero siempre hubo un respeto hacía tu padre, pero este ya no está...
—No madre, siéntate que te explico.
No me gusta esconderle mucho a mi madre, solo lo que considero que es mío, ella juega el papel de mi consejera, ¿Quién mejor que ella? Estuvo durante veinte años junto a mi padre.
Le cuento todo y no duda en llorar, lo cual me sorprende, mi madre no suele demostrar sus sentimientos a nadie, como la reina que fue se le prohibía.
—Soy muy dura, contigo, eso lo entiendo no me lo tienes que decir y precisamente fui así contigo porque sabía que esto iba a llegar a suceder, que tu padre te casará o bien, cediera el poder.
Miro como se limpia las lagrimas que le brotan como cascadas, como si estuviera sacando todo lo que le come adentro.
—Tu padre te amaba, te amaba porque eras su hija y todo padre debe amar a sus hijos, pero en el fondo él deseaba un Varón, un hombre que tomará el poder cuando él se fuera. Nunca te vio como una monarca, solo te vio como una niña que se le podían permitir todo lo que desearás.
—Ahora lo entiendo, pero alégrate, tú siempre fuiste una reina increíble y por ello es que me guío de ti. —le levanto el ánimo y en ciertos aspectos es verdad.
—Di todo de mí, pero eso a Rufus no le importó.
—¿Por qué lo dices?
—A la única mujer que tu padre amo y respeto por decisión propia… por la única mujer que tu padre se llegó a sentir orgulloso y por la cuál hubiese dado todo con tal de tenerla, fue por Lilian Regan.
Mi padre nunca negó que su gran amor fue la Reina madre de Regan.
—Lilian, siempre estuvo destinada a ser reina, sus modales, su inteligencia, su elegancia, todo en ella gritaba y grita, mírame y enamórate. Una mujer que podía luchar con cuánto se le pusiera enfrente, no solo seducía con su Belleza, su inteligencia es de otro nivel. Y por ello es que el Monarca más amado cayó a sus pies, Albert Regan, lo enamoró, lo cautivo y ella lo eligió a él por sobre todo, tu padre por poco pierde el reino y desde entonces es donde entro yo... tu padre se volvió un alcohólico por un tiempo, yo daba las órdenes a nombre de él y a escondidas de todo el mundo, pues solo era su amiga. tuve que hacer que un poco se levantara esto, mientras cuidaba a tu padre para que no cayera de vuelta a beber, lo apoye en todo cuanto pude y solo recibí un beso, que nos llevó a matrimonio porque nos vio una persona del concejo y ese hombre decidió nuestro futuro.
—Lo siento.
—No lo sientas, haz que todo el sacrifico de las mujeres que luchamos por ser reconocidas en las labores que creen que no podemos manejar, valga la pena, haz que todas las mujeres vean su valor y que no son inferiores a nadie.
—Ese es el plan.
—Aprende todo lo que puedas, no te dejes intimidar.
—¿Qué hay de Lilian? —pregunto, porque Lilian es una gran mujer, con la cuál me llevo muy bien y no quiero hacer sentir mal a mi madre por tener una amistad con ella.
—Lilian y yo somos buenas amigas, ella no tiene la culpa de que mi esposo no la haya superado.
—Bien. Debo ir con Arthur.
—Te enviaré a una chaperona, debo ir a descansar. —antes de salir se detiene, —Estoy muy orgullosa de que hayas sido mujer y que ahora seas mi Reina, pero más orgullosa porque eres mi hija, eres fuerte y una gran negociante, sé que Lilian en su gran infinita Femeneidad le enseñó buenas cosas a ese muchacho que le encanta jugar a adquirir tierras y disponer de las vidas de su pueblo... nunca te enamores de un Rey, enamórate del príncipe. —se marcha.
si supiera que ese Rey pierde los modales en la cama y que ese rey fue el que negoció todo, que no estoy enamorada, sin embargo hemos hecho cosas de las cuales si alguien nos viera nos obligarán a estar juntos... no quiero seguir pensando.
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Editado: 11.12.2024