— señorita marina, ¿Que hace aquí? Debería estar descansando.
El padre de Emmett se sorprendió al verme parada en su puerta, estaba agitada, mi pecho subía y bajaba con desespero.
—¿Dónde está? Dígame ¿en donde está Emmett?
— señorita...
—no, no más, cinco años sin saber de él, nadie me daba respuestas, ni usted cada vez que llamaba, y lo hice por cinco años, llorando y rogandole respuestas, usted me escucho, usted sabía que yo estaba sufriendo, ahora dígame...¿Dónde está?
— pase por favor, hablemos adentro con más calma.
Acepte y nos sentamos en el jardín trasero de su casa en una pequeña mesa de madera.
— esas flores las sembró emmett— dijo señalando unas hermosas rosas al fondo—.Hermosas ¿no?
Recordé las rosas que había sembrado en mi patio, cuando me besó y me subió cargada a mi habitación, sentía sus manos acariciarme y me hizo entrar más en desespero.
— Emmett también sem...bueno, es complicado lo que voy a decirle pero, necesito que usted también lo sepa— hice una pausa y le dije todo lo que soñé.
Espere una reacción parecida a la de mi madre, perplejidad o confusión, pero en el solo se reflejó tristeza y dolor, ¿Por qué? Pues por su esposa, clareth, le dolió escuchar su nombre y todo lo que pasaron en mi cumpleaños juntos, cada vez que decía el nombre de su esposa sus ojos brillaban de esperanza, ella después de todo dejo un mensaje claro, seguía amando a Gerard, se fue sin agradecerle lo mucho que hizo por ella, le dije que ella fue la que me salvó, ella fue mi ángel.
— mi amada clareth era así, siempre ayudando, siempre compasiva y melosa, ella era la mujer de mi vida— estaba a punto de llorar—. Gracias señorita, gracias por decirme que después de todo ella esta en un lugar mejor y que me sigue amando tanto como yo a ella.
— si lo hace, no me dio tiempo de agradecerle a ella lo que hizo por mi, pero estoy segura de que ya lo sabe, donde quiera que esté.
— ahora señorita, quiero que hablemos de Emmett, pero primero, déjeme buscar algo importante y ya vuelvo.
Se fue y yo me levanté para acercarme a las rosas, eran iguales a las que sembró en mi casa y use como ramo para nuestra boda, al menos podría usar estas para nuestra boda real, pensé con una sonrisa en mis labios.
— aquí la tengo.
Volvimos a sentarnos en los bancos de madera frente a la mesita.
— primero que nada, déjeme explicarle algunas cosas— empezó—. Emmett si volvió, estuvo aquí un año después de que se fuera, pasamos navidades juntos y nos contó muchas cosas que vivió en el cuartel. Emmett, estuvo buscando la manera de encontrarla señorita, el quería viajar a Canadá, pero tenía que volver a la base militar con urgencia por un problema que se presentó, había desaparecido un lote de chicos de su equipo y tenía que volver para encontrarlos, ese era su trabajo, rescatar personas y más si se trataba de su equipo, entonces tuvo que irse de nuevo, pero me encargo averiguar tu hubicacion exacta para cuando volviera, retomar su viaje hasta donde usted se encontraba, tuve que ir a la casa de su madre en varias ocasiones para buscar la respuesta, cosa que me costó un poco porque ella viaja mucho, pero a la final la encontré y no dudo en darme tu dirección, la guarde hasta que Emmett llegará, pero...todavía estoy esperando ese día.
Apreté mis manos en mi regazo y sentí un apretón de pecho.
— ¿Como que no volvió?— dije con la voz entrecortada.
— tres año después de que se volviera a ir, tocaron a mi puerta, dos jóvenes, dijeron que eran compañeros de combate de Emmett, vinieron a dejar esto...
Estiró una carta en mi dirección.
Inconscientemente ya estaban lágrimas rodando por mis mejillas, no quería seguir escuchando sus palabras, no quería escuchar lo que tanto temía.
— mi hijo, perdió la vida al pisar una bomba explosiva enterrada, no logro verla y...
—¡NO! Eso es falso, Emmett no está... Emmett va a volver, el me va a encontrar, ¡Lo prometió! Es un error señor Gerard créame que es un error.
Abrí rápidamente la carta y la ley en silencio.
¿Alguna vez se han sentido diminutos? ¿Como si se les encogiera el cuerpo entero? Tanto que sientes la presión en tu pecho robándote el aire de los pulmones y la garganta duele de tan grande nudo que se forma en ella, tus manos tiemblan, tu voz tiembla, tus piernas, tus ojos duelen, se nublan, te ciegan, tu corazón se rompe en millones, quieres arrancarte el cabello con tus propias manos, quieres gritar, gritar mucho, llorar aún más, tanto que te vuelves un ovillo en el suelo, quieres morir, quieres desaparecer, ruegas por tener el poder de devolver el tiempo, ruegas por volver a ver esa personas, besarlo, abrazarlo y fundirse en su pecho, ¿Alguna vez tuvieron ese tipo de dolor? Pues...yo lo conocí en el instante que termine de leer la carta a duras penas, perdí todas las esperanzas, ya no tenía futuro, me arrepentí de despertar de mi sueño feliz, donde Emmett y yo nos casamos y vivíamos juntos, nos amabamos e íbamos a tener hijos, odie despertarme, odie volver, yo tenía que morir, yo tenía que estar junto a él, yo tenía...
Me odie a mi misma.