En silencio

Capitulo 11

Clara se despertó una mañana sintiendo la energía más ligera que de costumbre. Había decidido implementar pequeños cambios en su vida diaria, comenzando por su espacio. Había adornado su departamento con luces cálidas y algunas plantas, llenando el aire de frescura y vida. Aunque los días seguían siendo difíciles, había algo en ese pequeño cambio que le brindaba un poco de esperanza.

Esa mañana, se sentó en su sillón favorito, una taza de té humeante entre las manos. Mirando por la ventana, vio cómo los rayos del sol atravesaban las nubes, iluminando las hojas verdes de los árboles en la calle. Esa luz parecía ofrecerle una promesa de mejoría, un recordatorio de que incluso en medio de la oscuridad, la luz podía filtrarse.

Clara tomó una decisión. “Hoy voy a escribir,” se dijo a sí misma. La escritura había sido su refugio, una forma de plasmar sus pensamientos y emociones en papel. Fue un escape de su mente, un lugar donde podía desahogar todo lo que llevaba dentro. Así que, armada con su cuaderno y un bolígrafo, se sentó frente a su escritorio.

Al principio, las palabras no fluyeron. Se quedó mirando la página en blanco, pero no se desanimó. Con un profundo suspiro, comenzó a escribir sobre la conversación con la mujer en el parque, cómo sus palabras la habían impactado y cómo había comenzado a apreciar incluso los días más grises.

“La vida es una mezcla de luz y sombra,” escribió. “A veces, la luz parece tan distante, pero siempre hay algo que nos recuerda su presencia.”

Mientras escribía, se sintió más ligera. Era como si cada palabra la ayudara a deshacerse de un poco del peso que había estado cargando. Se dio cuenta de que no estaba sola en su lucha; había otros que también estaban lidiando con sus propias tormentas. Esa conexión, aunque fuera a través de la escritura, le daba un sentido de pertenencia y comprensión.

Más tarde ese día, Clara decidió salir a caminar. La lluvia de la mañana había dejado un aire fresco, y los colores del mundo parecían más vivos. Mientras paseaba, notó a un grupo de personas en un parque cercano, participando en una clase de yoga al aire libre. Sin pensarlo dos veces, se unió a ellos.

La práctica de yoga la hizo sentir más presente, más conectada con su cuerpo y su entorno. Cada respiración profunda la llenaba de una calma que había estado buscando. En esos momentos de silencio, sintió que la oscuridad que la había acompañado empezaba a disiparse. Las sombras no habían desaparecido por completo, pero ahora, sabía que era posible encontrar momentos de luz, incluso en medio de la lucha.

Al finalizar la clase, se acercó a una de las instructoras y le habló sobre su experiencia. La mujer sonrió y le dijo: “La vida es un viaje. Algunas veces avanzamos con fuerza y otras simplemente seguimos adelante. No te sientas mal por tener días oscuros; son parte del proceso.”

Clara asintió, sintiéndose aliviada. La instructoras le compartió que muchos de sus alumnos también lidiaban con la ansiedad y la depresión, y que era normal tener altibajos. Al escuchar eso, Clara sintió que había un camino hacia la sanación, uno en el que no estaba sola.

Cuando regresó a casa, Clara se sentó nuevamente en su sillón, esta vez con una sensación renovada. Quería escribir sobre lo que había aprendido ese día, sobre cómo la luz podría infiltrarse incluso en los días más oscuros.

“A veces, la luz puede llegar en formas inesperadas,” escribió. “Y aunque la lucha sea dura, cada pequeño paso cuenta. La luz puede ser una palabra amable, una sonrisa de un extraño, o incluso el acto de cuidar de uno mismo.”

Clara sonrió mientras escribía, sintiendo que había tomado un paso importante en su viaje hacia la recuperación. Comprendió que su vida no sería perfecta y que aún enfrentaría momentos difíciles, pero había encontrado la fuerza para buscar la luz en medio de la oscuridad. Sabía que el camino sería largo, pero por primera vez en mucho tiempo, tenía la esperanza de que sería un camino lleno de descubrimientos y crecimiento.

Al cerrar su cuaderno, sintió un nuevo resplandor en su interior. No importaba cuán oscura se volviera la tormenta, sabía que siempre habría espacio para la luz.



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En el texto hay: depresin, depresion y soledad

Editado: 19.10.2024

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