En silencio

Capítulo 48

~Narra Nathan~
Loana se remueve a mi lado giro mi rostro y la veo dormir sonrio ya que apenas es la segunda película, según dijimos mirariamos cinco y tardamos bastante tiempo en escogerlas. Mi sonrisa se borra al recordar el episodio de hace horas, me siento un imbecil ¿cómo no pude controlarme? La deseo demasiado pero no quiero que sienta que solo la busco por sexo, acaricio su mejilla, luego me acerco hasta unir mi frente a la suya cierro los ojos. Los vuelvo a abrir y la encuentro viéndome, no sé mueve,  sostiene la mirada y me encanta que lo haga
-creo que debes irte- dice seria
-aun nos quedan tres por ver- respondo haciendo referencia a las películas 
-no parecen muy interesantes-
-¿quieres que me vaya?- me aterra su respuesta pero quiero ir de a poco y para eso debo respetar sus tiempos y darle espacio, no quiero que se sienta invadida por mi. Niega con la cabeza y siento un gran alivio
-no quiero, pero si te quedas aquí no podremos detenernos- mira mis labios, coincido absolutamente
-descuida, puedo dormir en el piso- me siento en la cama tomando distancia, Loana toma mi mano
-no, quiero que te quedes aquí- susurra, me jala un poco haciendo que me acueste nuevamente. -cuando estas a mi lado me siento segura, es la primera vez que no tengo pesadillas- yo frunzo el entrecejo
-¿nadie lo sabe?- pregunto
-no y no tienen que saberlo. A veces sueño con Kira y ni siquiera la conozco- confiesa
-no se como ayudarte ¿qué puedo hacer?-
-solo quedate a mi lado- responde. Eso es lo que más deseo. -se que suena contradictorio pero no quiero darte falsas esperanzas y a la vez me gusta pasar tiempo contigo- se coloca boca arriba y observa el techo
-ye te lo dije, no me molesta en lo absoluto. No cambiará en nada porque ya estoy enamorado de ti y es mi oportunidad de demostrarte como soy, lo que me gusta y claro también conocerte a ti pero no como amigos- quedamos en silencio unos minutos hasta que oímos pisadas en el pasillo
-acaba de llegar mamá- dice.
-sera mejor que me vaya- me siento en la cama
-a ella le caes bien, no creo que tenga inconveniente- dice timidamente
-no quiero aprovecharme de eso, si quieres que me quede lo haré-
-que esperas, acuestate- dice entre risas. Lo hago, paso mi mano por su cintura, cierra los ojos y la imito intentando conciliar el sueño. Ya que no puedo hacerlo decido buscar en mi celular algún juego, me concentro en una carrera de autos. De vez en cuando la observo unos segundos, ella duerme tranquila y eso me agrada; dejo el aparato a un lado y apoyo su cabeza sobre mi pecho.

~Narra Loana~

Suena un móvil y abro los ojos rápidamente veo a Nathan dormir a mi lado y una tonta sonrisa se expande en mi rostro, es muy lindo. Estiro el brazo hasta alcanzar su celular es una llamada de su mamá, no entiendo como puede seguir durmiendo con ese molesto sonido en su oreja.
-¡Nathan!- lo muevo un poco -¡Nathan!- insisto
-buenos dias- dice
-te están llamando- respondo, se sienta en la cama mientras coge el aparato. Me pongo de pie y camino al baño dispuesta a darle privacidad. Me lavo la cara y los dientes, paso el cepillo en mi cabello y lo recojo en una coleta alta. Ya lista salgo
-¿todo bien?- le preguntó ya que lo noto serio y pensativo
-mas o menos. Mamá quiere que vaya a casa ahora mismo porque invito a una amiga y su familia. Se que planea que entre la hija mayor de Amanda y yo pase algo pero eso no va a ocurrir-
-debes irte entonces- intento sonar tranquila aunque me molesta un poco saber que estará con una chica ¿y si es bonita? Eso no importa Loana, me regaño mentalmente
-se me ocurre que tu puedes acompañarme- dice sonriente
-¿qué? ¡no! Como crees- hablo rápido.
-si, vamos Loa. Mamá no tendrá problema- no deja de sonreír.
-esta bien- suelto poco convencida. ¿Por qué acepte? Me doy un baño mientras él le avisa a mamá, al salir del baño en albornoz me dirijo al clóset, busco el auflit perfecto ¿desde cuándo me preocupa lucir bien? Tomo lo que he decidido vestir y me cambio, me miro en el espejo opté por algo informal pero moderno a la vez, un vaquero ceñido color azul, una blusa con volados color blanca, encima una chaqueta de mezclilla sin abrochar y unas sandalias color piel. Mi cabello lo dejo suelto, me maquillo natural y bajo, Nathan y mamá están sentados en el sofá
-¿nos vamos?- pregunto, voltean a verme
-¡que hermosa estas cielo!- dice ella, como siempre exagerando.
-te ves muy bien- agrega él 
-gracias- les respondo. Se pone de pie y caminamos hacia la puerta. Veo un BMW M3 color blanco estacionado afuera
-siempre queda en casa, poreso lo usamos todos- explica, yo solo asiento. Tras conducir unos minutos llegamos a su mansión, mis nervios aumentan ya que es la primera vez que hablaré con su familia. Nathan aparca el vehículo en su enorme cochera donde caben cinco autos más. Nos dirigimos hacia la sala principal
-espero no te molestes por lo que hare- dice timidamente
-¿que haras?- inquiero confundida
-ya lo veras, solo te pido que actúes normal y no me dejes como un loco- entramos, entrelaza nuestras manos
-¡hijo al fin llegas!- exclama la señora Mercier. Me mira -hola- saluda, vuelve la vista a su hijo -no sabia que venías acompañado-
-siento no avisarte mamá, ella es Loana mi novia- yo intento ocultar mi asombro ante sus palabras las cuales no son ciertas pero es difícil
-¡oh! No crei que hablabas en serio- responde -mucho gusto mi nombre es Rebecca, pero todos me llaman Becca- dice amablemente
-es un placer concerla- estiro la mano, ella se acerca y me da un beso en la mejilla. Se acerca el señor que supongo es su esposo
-papá te presento a Loana- habla Nathan
-vaya mi hijo no exagero al mencionar cuán bonita eres, soy Rafael- se presenta yo sonrio y respondo su saludo.
-Amanda y su familia aún no llegan pero tomemos asiento- dice Becca. Así lo hacemos -asi que tu estudias en la misma universidad que mi hijo- comienza a decir yo asiento-¿y tus papás a que se dedican?- inquiere
-¡mamá!- interfiere Nathan lanzándole una mirada de advertencia
-mi mamá es la directora ejecutiva de una importante empresa- respondo
-que bueno- responde. Suena el timbre, ella se pone de pie y se dirije a la entrada principal. Entra una mujer de cabello negro de unos cuarenta y cinco años, ojos café, alta y muy elegante al igual que la mamá de Nathan. Se saludan con un beso en cada mejilla luego lo hace con su esposo, y sus dos hijas una de ellas es Ruby la pelinegra que estaba en la fiesta, ella se acerca a nosotros toma asiento en el medio de ambos y mira a Nathan mientras le habla de un evento.
-hola- me saluda su hermana, una chica de unos quince años cabello negro lacio que le llega hasta los hombros.
-hola- respondo
-me gusta tu chaqueta- dice concentrada en la prenda
-gracias- no se que decir, volteo hacia donde está Ruby ella sigue hablando.
-¿cómo te llamas?- inquiere la chica, giro mi rostro a ella
-Loana ¿y tu?- cuestiono
-Ruth- quedamos calladas, lo cual no me molesta,no suelo ser una chica sociable. Nathan se pone de pie
-ven conmigo- me extiende la mano y yo dudo en aceptarla pero lo hago, los mayores dialogan a gusto; caminamos por la estancia y nos dirigimos hacia una puerta, la abre y salimos de la casa a un espacio libre, es como un patio cerrado, cubierto por altas paredes blancas. Nos sentamos en un banco blanco
-siento haber inventado que somos novios, de otra forma mamá habría insistido en que Ruby y yo ...
-no te preocupes, no me molesta. Tus papás son muy lindos- digo, me observa sorprendido
-ella suele hacer preguntas, no quiero que te sientas incomoda-
-estoy bien- tomo su mano -no te olvides que soy tu amiga y me gusta pasar tiempo contigo. Además tu quieres que te conozca ¿cierto?- el asiente -bueno esta es una gran oportunida para eso- sonrio al mismo tiempo siento sus labios en los mios y no soy capaz de alejarme. Me gusta y al mismo tiempo me asusta sentir ese cosquilleo cada vez que nuestras pieles rozan.




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