-Di...disculpen- dice timidamente una voz femenina, nos alejemos rápidamente y siento tanta pena. Es la mujer de servicio -joven su madre me envió a buscarlo. Ya esta el almuerzo-
-gracias Elina, en seguida vamos- responde Nathan. Voltea a verme -tranquila no pasa nada. Siento no poder controlarme, estar tan cerca de ti ...
-tambien quería hacerlo- lo interrumpo. Él sonrie. Se levanta y lo imito caminamos hacia el inmenso comedor. Los demás están sentados, yo siento vergüenza por llegar tarde, quizás llevan esperandonos unos minutos.
Agradezco que Nathan se sienta a mi lado, levanto la vista y veo a Ruby mirándome fijo, intimida bastante. ¿A caso no pestañea?- vuelvo la vista al plato, luego de servirnos la chica se retira. Me siento muy nerviosa, no quiero mirar a nadie, excepto a la pelinegra porque siento sus ojos sobre mi todo el tiempo.
Los padres de Nathan conversan a gusto sobre temas económicos, Ruth, Nathan, Ruby y yo solo permanecemos callados. Siento esa tan común electricidad en mi mano, y sonrio. Nathan la presiona abajo de la mesa dándome seguridad. Intento relajarme y disfrutar de la deliciosa comida.
No terminó tan mal como lo esperaba, al retirarnos de la mesa nos dirigimos al gigante patio trasero y ya no vi más a las chicas solo pasé parte de la tarde conversando con el castaño.
-gracias por traerme- digo, él voltea hacia mi
-gracias a ti por no decir que no eres mi novia. Fue mejor de lo que esperaba-
-si lo fue, tus padres son muy buenas personas. Lo pase muy bien a pesar de los nervios- confieso. Nathan sonríe, me acerco y dejo un beso en su mejilla.
-si quieres podemos cenar juntos esta noche- propone
-claro- respondo antes de bajar.
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^Dos Meses después^
Confieso que me agrada estar con Nathan, es un gran amigo. Se la pasa pendiente a mi, compartimos mucho tiempo juntos estas últimas semanas.
Desde restaurantes, bares, el cine o la playa incluso quedarnos solos en casa en su compañía es divertido. En todo momento me trata bien, me demuestra atención y dice que le encanta verme sonreír genuinamente y la verdad a mi gusta poder hacerlo sin siquiera planearlo.
Esta noche organizamos salir todos juntos a un boliche muy popular llamado "Opium". Gise dice que es muy prestigioso además de top, decidimos cambiarnos para ir.
Brigitte viste un top y un short ambos en color blanco, Sele un vestido ajustado de tirantes plateado, Sam un mono corto sin mangas rosa, Gise un short de cintura fruncida con cinturón y un top ambos en color mostaza y yo una falda larga negra y un crop top blanco. Todas dejamos el cabello suelto; se ven realmente bellas, luego de tomarnos fotografías nos dirigimos a casa de Fredd.
Sele conduce, Brigitte presiona mi mano y la miro sorprendida
-¡estás hermosa amiga! - exclama
-tu lo estás, me encanta que te animes a lucir tus curvas- le guiño un ojo. A pesar de ser muy tímida se muestra más extrovertida delante de los chicos, es bueno que se muestre tal y como es. Miro a las demás y me siento dichosa por tenerlas en mi vida; más que amigas son mis hermanas del alma, las adoro. El coche se detiene y bajamos rápidamente, sale el pelinegro a recibirnos. Después de saludarlo entramos, aún no es novio de Brigitte pero no creo que falte demasiado para que lo sean, sus miradas lo dicen todo ¡se gustan!
Entramos a su casa, sus padres están en una cena con amigos por eso decidimos venir aquí. Saludamos a los demas y nos sentamos en los sofás, la música suena fuerte y retumba en la sala. Oliver nos entrega un vaso de destornillador a cada una, empezamos a beber, mientras hablamos de cualquier tema que surja. La idea es reirnos de cualquier tontería y pasar una bonita noche.
-¿recuerdan cuando Oliver intentó patear el balón y lo piso?- todos rien -esa caída fue épica- dice Fredd.
-lo bueno es que solo lo vimos nosotros- habla divertida Sam. -fue en la playa- nos aclara a Brigitte, Gise y a mi.
-la primera vez que Sam se embriago- empieza a contar Sele
-¡otra vez no!- gruñe ella
-es divertido recordarla- responde divertida-bien, esa noche salimos a un boliche de moda en ese momento y mi amiga jamás había tomado una gota de alcohol. Pero admito que ha sido mi culpa desde entonces soy su perdición- todos reimos -probo gin tonic y termino vomitando los pies del tipo de seguridad. Sam quería pelear y la intentaron llevar afuera entonces entre forcejeo y forcejeo largo todo lo ingerido, que no fue poco- todos reimos mientras ella cubre su rostro -ya no sientas pena- Sele se acerca y la abraza.
-muy gracioso pero debemos ir- dice Oliver, nos levantamos de nuestros lugares y nos dividimos en dos coches, nosotras en uno y ellos en otro. Al llegar estacionan los vehículos al lado y bajamos, no tenemos que hacer una fila y es lo grandioso de llegar un poco más tarde.
El lugar está repleto de personas, después de comprar unos tragos en la barra salimos a la terraza. Empezamos a movernos al ritmo de la música. Gise me toma de las manos para bailar
-¿Brigitte y Fredd ya son novios?- inquiere
-no, por el momento. Pero pronto lo haran- respondo. Ella asiente
-¿y tu ?-
-¿yo que?-
-¿cuando intentaras rehacer tu vida?- pregunta
-poco a poco lo estoy haciendo. Que no tenga novio no quiere decir que no este recuperando mi felicidad- me encojo de hombros. Es cierto las terapias, mamá, y mis amigos me ayudan en este lento proceso.
-no es necesario lo se, estas volviendo a ser tu. No sabes cuánto me alegra verte asi- sonríe. Nos damos un fuerte abrazo.
-te la robo- habla Nathan
-toda suya- dice mi amiga mientras voltea y se dirige a bailar con su novio. El castaño pasa sus manos en mi cintura y comienza a moverse, lentamente lo sigo. Paso la vista por los demás Fredd y Brigitte también lo hacen muy cerca, Sam y Sele encontraron pareja de baile; lucen alegres. Miro a Nathan y él me observa fijamente
-no me gusta que me evites- dice
-no lo hago- respondo nerviosa. En realidad solo un poco porque las chicas luego bromean al respecto.
-ni siquiera me miras- sonrie débil
-justo ahora lo estoy haciendo. Por cierto te ves bien- digo.
-gracias, tu luces preciosa- lleva una de sus manos hasta mi rostro deja una suave caricia en mi mejilla y luego coloca un mechón de cabello atrás de mi oreja. Su tacto es tan delicado y se siente bien. Sonrio intranquila, deseo besarlo pero no lo haré delante de los chicos
-ya vuelvo- me alejo de él, primero debo sanar mis heridas. No quiero jugar con sus sentimientos; no sé lo que quiero es decir lo quiero cerca de mi todo el tiempo pero se que eso no es bueno; no volveré a ser dependiente a una persona además temo lastimarlo y eso no me lo perdonaría jamás. Camino hacia la barra en busca de algún trago fuerte, veo a Adrien a unos pocos metros, se escabulle entre las personas. Giro rápidamente ¡es mi mente! Tiene que ser eso, me esta jugando una mala broma. Doy un paso más y él aparece delante de mi, me detengo en seco mis piernas tiemblan como gelatina, hace un gesto con su mano para que lo siga y así lo hago. Él camina a unos metros, voltea y sonríe ¿qué demonios haces Loana? El rostro de mamá me golpea fuertemente y vuelvo de detenerme, esta vez retrocedo. Giro y camino en dirección contraria, choco con alguien y ni siquiera me atrevo a levantar la vista
-¡lo siento!- digo
-¿ a dónde vas?- inquiere divertido Nathan -¡estás ebria!- afirma sonriente. Yo asiento imitando su gesto
-¡yo creo que si!- respondo simulando estar alegre, me toma de la mano y regresamos junto a los demás. Me acerco a su oído -no me dejes sola, por favor- susurro. Me observa preocupado
-claro que no ¿estas bien?- cuestiona serio
-si, es solo que necesito sentirte cerca de mi. Tal vez sea por los tragos o porque me haces sentir especial- él sonrie
-eres especial- deja un beso en mi frente. Para mi mala suerte los demás ven y nos gritan pero en estos momentos no me apena.
Después de bailar, reír y beber decidimos regresar a casa. Nathan y yo nos dirigimos en taxi
-no era necesario- digo al llegar
-si lo es- le paga al conductor y bajamos, frunzo el entrecejo
-¿dormirás conmigo?- pregunto
-quisiera pero no- responde.
-no pensarás ir caminando hasta tu casa- niega divertido
-me quedaré en la de Fredd y es solo a un par de calles de aqui- explica
-puedes quedarte aquí. Tenemos varias habitaciones- no quiero que se vaya
-no quiero abusarme de ustedes. Pero pienso venir por ti mañana, sino tienes planes- dice sonriente
-gracias por no dejarme sola, ha sido una gran noche- digo seria
-para mi es un placer-
-lo vi- farfullo. Me mira preocupado -me llamó y yo lo seguí hasta que no lo se, quizás reaccione y en ese momento apareciste tu y no lo se- las palabras se mezclan en mi mente y no se exactamente que decir, me siento avergonzada. Siento los brazos del castaño rodearme y cierro los ojos con fuerza.
-entremos, si la invitación continúa me quedaré contigo- levanto la cabeza y lo miro
-gracias.
-debes dejar de disculparte y agradecer por todo. No es necesario que lo hagas en cada frase- me da un beso en la coronilla y luego ingresamos a mi hogar.
Editado: 03.01.2020