En sus manos

Capítulo: 2

Los días pasaron y Charlie no podía olvidar aquella hermosa voz con la que tuvo el placer de charlar, su corazón daba muchos latidos cuando pensaba en ella, sentía gusanos en el estómago, pensaba que estaba enfermo, pero tú y yo sabemos que era algo más...

Ese día fue al médico para estar más seguros de su situación.

— ¿Qué te trae por aquí hoy Charlie? — preguntó el Doctor Sanderson

— Ay doctor — suspira para luego hablar —  Quisiera decir que me siento genial, pero... no es así, el dolor de estómago me está matando, no sé que tengo, no puedo dejar de preocuparme, llevó días sin dormir, no puedo dejar de pensar en lo peor, mi corazón está latiendo más de lo normal, no sé que hacer, tal vez... ya me llegó la hora — continuó

— No pienses eso Charlie, sólo tienes 25 años, estas jóven aún.

— La muerte no tiene edad doctor, a todos les llega al final... Ya sea ahora o luego.

— Si, pero tú estás bien sano, te haremos unos análisis para ver qué tienes... Y luego veremos qué hacer.

Pasaron minutos... Horas... Charlie estaba desesperado por saber que tenía, pero en realidad no pensaba en eso, estaba pensando en Keith Richards, aquella chica que lo motivo a seguir viviendo.

— Oh Charlie, Charlie, no tienes nada, no se por qué tú dolor de estómago.

— Todo comenzó después que la conocí, ahora no la puedo olvidar, mi alma lucha conmigo para poder imaginarla pero, ¡No puedo!... Eso me duele todos los días, el hecho de saber que jamás tendré oportunidad con ella y peor aún, ¡Jamás veré su rostro!... Sus facciones, su sonrisa, sus ojos, quisiera mirarla a los ojos, ver si hay sufrimiento y decirle que la sanaré, prometerle que jamás la abandonaré, que siempre estaré para ella.
Decirle ¡Te amo!...

— ¡Estas enamorado!... Por eso el dolor de estómago, no es nada, sólo toma las cosas con delicadeza y no lo pienses tanto, tal vez ella es diferente y te acepté con todos y cada uno de tus defectos, no todas las personas son malas, recuerda eso... Pero mientras tanto te recomendaré ir al psicólogo por si quieres hablar con alguien sobre el tema.

El doctor le dió la tarjeta del psicólogo a Charlie, tal vez su madre lo llevaría, ¡Si! Hola... ya lo sé, ¡Charlie vive con su madre!, ¿Y que más querían?... El pobre chico está ciego.
 


 



#37746 en Novela romántica

En el texto hay: romance, amor, ciegoamor

Editado: 21.07.2019

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