En sus manos

Capítulo: 11

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No sé hacia donde nos dirigimos, solo se que quiero que sea a tu lado.

-Anonimo-
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Después de lo sucedido Charlie hizo su camino a casa, la pena era inmensa, se sentía terrible, no sabía que sucedería o qué sucede en este instante con Keith o qué le habría hecho ya el tal Joshua, las preguntas eran interminables pero con ninguna respuesta... Cuando Charlie llegó a casa, simplemente subió las escaleras y entró a su habitación.

[¿Cómo puedo ser suficiente hombre para ella si ni siquiera la puedo defender?]

Charlie estaba mirando el techo de su habitación mientras las lágrimas brotaban de sus ojos, ya estaba cansado. Se levantó de su cama y comenzó a tirar todo lo que había en su habitación.

— ¡¡Charlie!!... ¿Qué te pasa? — gritó mamá, la cual había venido corriendo

— Ya no puedo mamá, ya no más, quiero morir — dije con lágrimas en mis ojos

— Charlie por favor, ya basta

— No, tú me odias, yo me odio — dije exaltado — no soy lo suficientemente bueno para Keith Richards — me senté en la orilla de la cama

— Yo... No te odio Charlie — mamá me sentó a mi lado y me abrazó — Es sólo que necesitaba un poco de espacio

[10 días después]

Había pasado un largo tiempo, la relación de Charlie con su madre se había fortalecido, pues ella se había dado cuenta que no podía lamentarse más y que debía cuidar a lo único que le quedaba en este mundo *Charlie*.

Charlie se encontraba más tranquilo, pero las preguntas no cesaban, ¿Dónde estaba Keith? ¿Que habría pasado con ella?... 
Charlie de encontraba caminando por aquel lugar donde hablo por primera vez con Keith Richards, tocaba las paredes de aquel teatro, sentía y recordaba todo, justo como la primera vez... Y una lágrima brotó de su ojo.

— ¿Charlie? — no podía ser, no se lo podía creer, no puede ser ella.

— ¿Keith? — preguntó Charlie exaltado y moviendo su cabeza para todos lados y también sus manos para poder tocarla.

— Oh Charlie — Keith se acercó y me abrazó, me abrazó como nunca, mientras las lágrimas salían de sus ojos como una lluvia sin fin — Charlie, yo... — puse mis manos en su rostro hasta llegar a su boca, posición mi dedo allí haciendo que se callara, ella no tenía porque darme ninguna explicación.

Tome su rostro con mis manos, mi bastón se había caído, pero en mi corazón, en mi cerebro y lo más profundo de mi ser sentí que ya no lo iba a necesitar, porque había encontrado mi guía, mi luz, mis ojos y mis manos, así que sin pensarlo dos beses junte mis labios con los de ella, era un beso tan profundo e increíble, ella lo correspondió... De repente me separé de ella.

— ¡Discúlpame!... Yo... Yo, no debí — Keith no me dejó terminar de hablar y volvió a juntar sus labios con los míos, fue el momento número uno más feliz de mi vida.



#41472 en Novela romántica

En el texto hay: romance, amor, ciegoamor

Editado: 21.07.2019

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