MARTIN (2021)
Hacía meses que no veía a Amanda, desde la noche de su último cumpleaños en el cual la había sorprendido y fuimos a cenar, después dormí en un hotel y me marché al otro día. Luego vino la interminable pandemia lo que se hizo imposible vernos, sí nos manteníamos en contacto con videollamadas y mensajes, ahora le contestaba más seguido.
Cuando mi madre me abandonó en ese trágico accidente mi vida cambió al cien por cien, me separé de todo lo que conocía, encerrándome en mi mismo a tal punto de no contestar ni siquiera los mensajes. Pude seguir estudiando, aunque me costaba horrores concentrarme lo hice por ella, es lo que mi madre hubiese querido, verme recibido. A la única que le contestaba en ese momento oscuro de mi vida era a Amanda, al principio pasaban días antes de hacerlo, luego horas y poco a poco volví a ser “casi” el mismo, recuperando mi vida social y a volver a salir. Y a contestarle más seguido a Amanda, ella fue la única que siempre ha sido parte de mi vida en cada situación, buena o mala. Debo admitir que me interesaba cada vez que me contaba que tenía un nuevo novio, ninguno parecía estar a la altura de Amanda. Ella era…especial, esas personas que lo darían todo de sí mismas una vez que se enamore de verdad.
Era todo lo contrario a mí, en su vida diaria ella se tomaba las cosas demasiado a la ligera, pero la conocía, no era así en las relaciones, ni siquiera con las amistades que las evaluaba como si llegaran a ser amigos para toda la vida y no siempre es de esa manera. Ambos somos un caso especial para que a esta altura de nuestras vidas sigamos siendo amigos y creo que ya no nos pelearemos; Sin embargo, me he dado cuenta que en cuestión de relaciones amorosas Amanda era demasiado confiada, creía que las personas serían leal como lo es ella. Yo también lo era y es por ello que siempre dejaba claro mis intenciones, pero en este momento no me imaginaba teniendo una relación duradera con alguien, esa fue la razón por la cual no hablé sobre el beso que nos dimos en el árbol hacia años atrás, ella tampoco lo hizo y ambos fingimos demencia, así continuamos y así está perfecto porque no quería perderla, no quería perder nuestra amistad de tantos años.
Ahora aquí después de meses estaba a punto de volver a verla con su actual novio y yo con mi nueva chica, no novia, creo que no estaba preparado para dar ese paso todavía. El típico “nos estamos conociendo y vemos qué pasa” pero sí me gustaba Catherine, parecía tener todo lo que me convenia. Para traerla aquí y presentársela a Amanda, es porque en el fondo estaba pensando en algo más serio con ella. Al entrar al cine los visualizamos enseguida en el patio de comidas y fuimos hacia ellos.
—Buenas tardes —Saludé con mi voz más fuerte que de costumbre. Amanda me estaba mirando prácticamente con la boca abierta —. ¿Amanda estas bien?
—Ho-hola sí. Te presento a Scott —dijo nerviosa.
—Hola amigo ¿Cómo estás? — Me saludó con una sonrisa. Le hice un escrutinio sin disimulo. Parecía Thor, pero en su faceta desalineada, con su ropa desgastada y esas rastas de chico rudo y a la vez despreocupado. ¿Es enserio Amanda? Un tipo hippie y además confianzudo —. No soy tu amigo —Le contesté despectivamente, seguía observándolo con desagrado, me molestaba su sola presencia.
Amanda estaba diferente, traía un vestido que marcaba todo su delgado cuerpo. Creo que era la primera que no la veía con algo grande. Era sencillo, como toda ella, pero a la vez sexi. Su vestido era color negro y suelto hasta las rodillas, pero bastante ajustado arriba, y al caminar lse le marcaba en todo su cuerpo. No podía dejar de observarla…
¿Qué rayos te sucede Martin? ¡Es Amanda!
Al terminar la película noté que Amanda estaba molesta, yo lo estaba. Ambos concordamos que fue un error haber invitado a Cat y a esa cosa grandota con rastas.
Al salir nos dirigimos al patio de comidas, dispuestos a cenar algo y solo esperaba que después de ello esta salida terminara al fin.
—¿Pedimos pizzas? —dijo rastas.
—Amanda prefiere hamburguesas —Sugerí aún con mi voz molesta.
—¡Ay sí! Unas ricas hamburguesas —dijo Amanda feliz y sonriente. Cuánto había extrañado su sonrisa espontánea.
—Luego pedimos un rico flan —acotó Cat
—Martin prefiere el helado —Le contestó Amanda. Ella frunció el ceño como si esa respuesta le hubiera molestado.
Nos dirigimos hacia una mesa y enseguida llegó el pedido. Había un silencio incómodo que rastas rompió.
—¿Es tu libro favorito? —Le pregunta a Cat, cuando ve su fondo de pantalla.
—Sí…¿También lo has leído?
—Lo terminé la semana pasada —dijo rastas mientras ríe —, lloré en el capítulo doce.
—¡Yo también! —contesta Cat —, es que nadie me cree cuando digo que es emocionante. Le he dicho a Martin que lo lea, pero odia las novelas románticas.
—Es que lo es. ¿No te ha encantado el personaje de Lena? —le pregunta rastas
—Sí, me pareció el más real. Aunque confieso que me cayó mal al principio…
Ambos hacen una pausa y se miran sonriendo, ¿Qué carajos? Resulta que Rastas lee romance, no lo puedo creer.
—¿Te gustaría que vayamos a comprar flan? Es mi favorito —le pregunta Cat
—Por supuesto —Le contestó rastas y ambos se van mientras siguen conversando como si se conocieran de toda la vida.
Editado: 30.10.2025