AMANDA (2021)
No pegué el ojo en toda la noche. Martin se aferraba tan fuerte a mí, que no podía soltarme. No me quedó de otra que esperar a que se durmiera profundamente y así poder lentamente ir despegándome de él.
¿Qué carajos había hecho? No puede ser…nuestra amistad de toda la vida arruinada.
¿Qué pasará ahora? ¿Cómo podré verlo a los ojos después de esto?
Salí lentamente para no despertarlo y corrí hacia mi casa, una vez allí me sentí a salvo y suspiré triste. La realidad de lo que había sucedido me había golpeado fuerte dejándome sin aire. Martin, mi mejor amigo de toda la vida ha sido mi primera vez y fue alucinante y espectacular, ese encuentro entre nosotros se había grabado a fuego lento en mi corazón y memoria, pero no podía volver a suceder.
Éramos tan completamente diferentes, él sumamente ordenado y disciplinado en absolutamente todo.
¿Y las chicas con la que sale? Así como la Rapunzel de la escuela o la bella durmiente de Cat, sumamente femeninas y delicadas como una dulce rosa que debes tratar con sumo cuidado, ordenadas y sofisticadas.
¿Por qué rayos Martin ha estado conmigo? No tenía lógica en mi cabeza y no quería oír sus palabras de que esto había sido un error y que nunca tendría que haber sucedido. Peor aún, que no podíamos tener nada porque no dudaríamos ni un segundo.
Tal vez me estaba adelantando demasiado a los hechos, pero no quería quedarme a averiguarlo. Tomé una ducha rápidamente, empaqué mis cosas con prisa, subí a mi auto y arranqué como si hubiera comenzado una carrera de vida o muerte. Debía huir, debía olvidar que esto ha sucedido, no quería experimentar el rechazo, no otra vez.
Lagrimas caían sin cesar mientras manejaba, me sentía frustrada y confundida. Solo esperaba que con el tiempo pudieramos recuperar nuestra amistad y hacer de cuenta que esto nunca pasó.
Cuando ya llevaba más de una hora por la carretera mi celular comenzó a sonar, era él. Seguramente se extrañó por no encontrarme a su lado, por no esperarlo para desayunar como tantas veces lo había hecho.
Fui una tonta, como se me ocurrió meterme así en su cama. Es qué no pensé ni por un momento lo que estaba en juego, nuestra amistad de tantos años.
El teléfono seguía sonando, una llamada tras otra. Hasta que apagué el celular.
“Eres una cobarde Amanda” “Siempre tienes miedo”
Esperaba que Martin también pueda olvidad lo sucedido, y que todo vuelva a ser como antes.
Dos meses después
Mi vida parecía retomar curso, aunque en el fondo todo seguía un poco desordenado. Me refugié en los estudios, en esa rutina agotadora que me mantenía ocupada y me ayudaba a no pensar tanto en Martin. Me falta tan poco para terminar la carrera que todas mis energías estaban ahí, pero cada vez que veía su nombre en el teléfono algo dentro de mi se revolvía.
Se que no fue justo desaparecer así. Guardé silencio por varios días, evitando sus mensajes, como si ignorarlo pudiera borrar lo que pasó entre nosotros. Pero no pude sostenerlo por mucho tiempo, contesté cuando él creía que me había arrepentido de lo sucedido, no era así. No me arrepentía de haber estado con él, solo me dolía saber que nada sería igual y que lo habíamos complicado todo.
Poco a poco comencé a contestar nuevamente sus mensajes, pero él me conocía, no era lo mismo. Le contestaba cortante y de a poco, no con ese entusiasmo de querer hablarle, se sentía raro…
—¿Estás lista? — Le pregunto a Estelita apoyada en la puerta de su habitación.
—Siii ya vámonos —contesta con su exagerada alegría que a diario me contagia y no deja que me ponga triste.
Subimos a mi auto directo a la facultad, estacionar siempre era complicado, todos los días perdiendo minimo diez minutos. Observé mi reloj y llegaríamos bien, a horario, porque subir las interminables escaleras hasta la entrada también te restaban tiempo. Llegamos con la lengua afuera, pero justo cuando comenzó la clase. Luego de terminar la jornada me llegó un mensaje de Martin, hacia cuatro días que no me escribía.
Capitán América: ¿Cómo estás? ¿Vamos al cine a ver Eternals?
Todo bien, la peli no tiene buenas críticas.
Capitán América: ¿Y eso qué? Nunca nos hemos dejado llevar por las críticas.
Tal vez…
Capitán América: Extraño a mi amiga. Podemos volver a empezar
No fui al cine con Martin y me carcomía las ganas de verlo y de decirle que no, que no podía ser todo igual porque no dejaba de pensar en esa noche. Pero como siempre, no lo hice.
El viernes había llegado y necesitaba distraerme, los exámenes finales estaban exprimiéndonos de a poco.
—Creo que necesitamos un respiro — Le digo a Estelita mientras ambas seguíamos estudiando en casa.
—Definitivamente, ¿Dónde vamos?
—¿Qué sugieres? Que no sea Bohemia, hoy no tengo ganas de lidiar con admiradoras.
Ella se ríe y me despeina el cabello:
—Es que eres sexi Viuda Negra —dijo burlándose, como siempre, desde que supo que Martin así me tiene agendada.
Editado: 19.11.2025