En tres palabras o menos

Capítulo VI Compromiso infiel

— ¿Te molesta si me siento aquí?

No respondió y la mujer igualmente se sentó. Llevaba una gabardina y una bolsa que le pareció llena de comida. Hace unos días se había enterado que la novia a la que le profesaba amor lo había engañado con su hermano y no recientemente pues parecía qué llevaban tiempo juntos.

— ¿Quieres un sándwich? — dijo ella. Lo dejo en la bolsa a su lado.

La miro con suspicacia. Se sentía extraño. En todos los días que vivía sufriendo su soledad y desdicha nadie lo había mirado.

— Sabes... esa tienda se fundó cuando entre a la secundaria. Es mi lugar favorito. Aquí tuve mi primera cita, traje a mi primera amiga. — le dio una gran mordida — pero justamente acabo de ver entrar a mi novio y mi mejor amiga.

Él nunca había visto que los labios de una persona temblaran de esa manera.

— La muchacha que me atendió menciono a su compañera que no era la primera vez. Él siempre la llevaba a ese lugar. La otra persona dijo que era obvio pues ya que allí se conocieron. — continuo hablando. — no sabía si reírme o ir a romperles la madre.

El chico le ofreció su pañuelo pues parecía a punto de llorar. Su delicado delineado se borraría si lloraba. Ella tomó el pañuelo.

— Pero no podía hacer eso. Él no me quería. Yo no lo quería. No es la única vez que me ha engañado pero me acusa de serle infiel.

— Creo que si lo golpearas... te sentirías mejor — dijo el hombre.

— Lo pensé también pero supongo que nuestra relación estaba destinada a fracasar. Aún así no me arrepiento.

— ¿Porque? Tú le diste todo pero él no te correspondió. — le dijo

— Es que no era su obligación. A lo mejor mi idea de romance es muy tonta pero creo que cuando hay amor de verdad no necesitas decir "te amo" miles de veces al día. Quién sea tu compañero debe alentarte y acompañarte a descubrir cosas nuevas.

Damian lo pensó pero no hizo mucho caso. Cuando Evelyn le dijo que salía con alguien más y ese alguien era Stephen... están confundido creyendo que fue su culpa por no darle la atención que merece. Lo que decía la chica tenía razón.

— Bueno, me voy — dijo levantándose de repente.

— Chica, ¿no lloraras?

— No, ¿porque lo haría? Mi maquillaje no es nada barato. Ojalá nos vemos de nuevo en este lugar, puedes llorar en mi lugar si tanto te aflige — le dijo — también, no se que te haya pasado pero no dejes que nadie te diga que todo se terminó, tu decides cuándo y como avanzar así como cuando llegas al final. Adiós.

" Claro que quiere terminar contigo, imagínate que la persona que tanto amabas tiene un raro calendario donde hay cada aspecto de su vida. Pareces un estúpido al vivir de esa manera, aburrido y peor aún serio ¡no hay nada bueno en ti! quién sabe porque eres su orgullo"

Adiós.

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— ¿Damián? Hemos llegado. — dijo André.

— Quiero dormir más. — pidió pero termino levantándose. André conducía con una tranquilidad que le parecía extraña. Era relajante y lo incitaba a dormir.

Entraron a la casa, Norman iba en su mundo así que casi no ponía atención a sus alrededores. Su madre Angelina fue quien los recibió contenta y comunico que la prometida de Damián acababa de llegar junto a su prima. El plan era comprometerse en su humilde hogar y después hacer una fiesta enorme.

Damian acepto como si no importará. No dudaba qué la volvería a ver pero tenía que aceptar que sus padres tenían otro plan para el.

— Mamá — empezó a decir André — Stephen llegará en la mañana. Tuvo un problema que resolver.

— Entiendo... — y los condujo a la sala donde su padre charlaba con dos chicas.

Damian se quedó congelado apenas cruzo la puerta. Norman choco con el. Tal vez ellos no lo veían pero la chica que vestía ropa sencilla y sonreía amablemente alguna vez fue quien cocinaba sus comidas.

— Hermano, camina con más cuidado — dijo André.

—Hijos, bienvenidos — saludo su padre. Llegan en un buen momento. Damian, te presento a Anna Laforêt, ella es tu prometida.

André y Norman la saludaron como si nada para darle la bienvenida a la familia. sin embargo Damián no dejaba de ver a la acompañante. Era ella, estaba seguro. La chica que trabajo para ellos y la chica que lo salvo de la soledad.

— ¡Damián! No seas grosero. Saluda a Anna — dijo la madre.

El saludo pero no dejaba de ver a Lilith. Incluso si usaba a un maquillaje discreto sabía que era ella y no hacía ningún intento por esconderse.

— Parece que conoces a mi prima — dijo la muchacha — bueno... prima es decir mucho, en realidad ella es adoptada de nuestra familia. Sus padres murieron en un deslave y por alguna razón ella sobrevivió. Mi madre, tristemente, también murió en ese deslave...

— No, su cara me parecía familiar, es todo — respondió Damián después de recibir un codazo de au madre.

— ¿De verdad? No lo creo, es la primera vez que usa maquillaje. Ella se siente fea hasta se hizo varias cirugías estéticas.




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