En tres palabras o menos

Capítulo VIII Misma cama

Norman acompaño a Damián a casa de sus padres. Era muy extraño que ambos estuvieran en silencio, desconocía porque la urgencia de verlos pero quería entender que era importante y secreto como para no decirle nada a Stephen o Andre.

Llegando a la casa, fueron recibidos por su madre quien se veía algo pálida, ella menciono algo de una gripe estacional nada grave. Damian fue directo al asunto y quiso hablar con su padre en privado. El hombre le pidio que fueran al estudio, la madre se quedó en la sala, tranquila, como si ya supiera lo que pasaría.

— Mamá, sonríes extraño — señaló

— ¿Será? Nunca he visto a Damián tan serio. ¿Será que seré abuela pronto?

— Mamá, él no se quiere casar con esa chica estirada. Él tiene una novia a la que ama mucho — confesó y se dio cuenta que no debía de decirlo.

— Lo sé, tiene esa mirada de hombre enamorado — contesto — y es obvio que no es Anna, simplemente no es su tipo.

— ¿Como lo sabes? ¿Incluso sabías que él viene aquí para hablar de su compromiso y romperlo? — Norman no podía creer lo que escuchaba.

— Conozco a mis hijos mejor de lo que crees. Damian siempre fue demasiado sincero pero después de un incidente cambio todas sus perspectivas. Cuando asumió el mando de la empresa tenía que ser duro pero no tanto como capitán de pelotón. Hasta este momento no ha deseado nada y me alegra que al fin pueda decidir por si mismo.

— ¿Un incidente? ¿Que ocurrió?

— Cerca de una base militar, estaban entrenando perros cuando todos salieron corriendo hacia una misma dirección. Él fue tras ellos y vio a dos niñas. Una arriba del árbol y otra en el suelo que desesperadamente se cubría ante el inminente ataque. Fue a salvarla y trasladarla al hospital sin embargo, esa niña no sobrevivió o eso le dijeron.

Norman se quedó sin palabras. No sabía que algo como eso había ocurrido. Fue a recorrer la casa para estirar las piernas y regreso. Unos minutos después su padre y hermano se unieron a ellos para la comida. No sabía que tipo de conversación tuvieron pero ambos parecían tener un aura distinta y más relajada.

— Hermano, ¿voy a ser tío?

— ¿Eh? Aún no — respondió — no es como si lo decidiera yo solo.

— Hmm entonces ¿cuando seré tío? — pregunto Norman haciendo que todos se sintiera incómodos. — ok, ya no dire nada.

Más tarde se despidieron. Norman había olvidado la misión que le encomendó ese sujeto del bar. Si de verdad logrará localizar a su verdadera madre, ¿algo cambiaría?

— Norman, ¿terminaste con Angélica?

— ¿Eh? — respondió — nunca salimos. Ella está enamorada de ti como todas mis amigas.

— Vaya que mal... ¿entonces aún te gusta?

— ¡Hermano! — dijo molesto — mejor dime, ¿como se llama esa novia tuya?

— Lilith — respondió tranquilamente

— ¿Que? ¿La chica que limpia? ¿Ese es tu tipo? — dijo grosero pero Damián no parecía estar bromeando — bien, olvidaré que lo pregunté.

Condujo durante una hora hasta llegar a la casa y lo obligó a bajar. Norman lo vio irse y no entendía nada. ¿Que tan dispuesta está una persona por luchar por conseguir algo? Entro a la casa y André estaba hablando por teléfono, no parecía ninguna de sus pláticas usuales ya que están más serio que en su trabajo.

— Oye, ¿sucede algo? — pregunto pero André negó con la cabeza.

Camino hasta su habitación. ¿Y si realmente no estaba emparejado con ellos? ¿Y si por eso lo trataban diferente? Salio y se encontró con Stephen quien parecía haber tomado más de lo usual.

— Ahhh mi hermano favorito

— ¿Estás borracho? — pregunto Norman.

— No... por fin terminé con Evelyn... felicitame... felicitame — dijo cayendo de rodillas y derramando algunas lágrimas.

Quizás el agua tenía algo que los ponía a todos sentimentales a más no poder. Lo llevo a su habitación y espero hasta que se durmiera. No quería ver qué todas sus relaciones estaba terminando por sus malas decisiones. Bajo a la sala y allí seguía André, encendió la televisión y se puso a ver la primera película que apareció.

Mientras, en la casa de Lilith, Damian adquiría nuevas habilidades al preparar lasagna. Lilith nunca lo había comida y Damián quería prepararla para ella. Su relación estaba funcionando poco a poco. Él siempre intentaba llamarle o enviarle mensajes sin obsesionarse con al respuesta inmediata o tardía. Quería darle su espacio, escucharla y apoyarla en los pocos planes que ella decía tener.

Lilith se sentía bien. Era diferente a Román y eso le gustaba. Pensó que quizás, él podría ser el indicado.

— Ohhh está esa película — dijo encendiendo la televisión. — veamosla

— Seguro. —

Se acomodaron en el sillón mientras comían lasagna. La película trabajaba de un hombre millonario que se enamoraban de una chica de un pueblo pesquero. Damian veía como Lilith adoptaba las poses de pelea de los personajes. Suspiraba con ellos y esperaba que terminarán juntos aunque había visto esa película cientos de veces.

— Quiero eso — dijo de repente




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