Capítulo IX No es justo

Norman llegó a la casa de sus padres. La ama de llaves le dijo que salieron a dar un paseo vespertino así que podía esperarlos. Cuando ella se retiró fue de inmediato a buscar algo que sirviera para hacerse una prueba de ADN. Cuando encontró cabello en el cepillo de su madre después busco cabello de su padre en el peine y salió de habitación rápido.

Subió de nuevo al auto y condujo al laboratorio nuevamente. Eran hermanos entonces cabía la posibilidad que le estuvieran ocultando algo. El ama de llaves pensó que quizás solo olvidó algo importante del trabajo.

Norman pidió el análisis de compatibilidad y salió a respirar un poco. No quería creer que no eran familia, se negaba a creerlo. Paso una larga noche pensando si entrar o no por el resultado hasta que se decidió y fue por el. Ahora el problema era abrirlo. Rápidamente abrió el sobre y el resultado de ambos genes era compatible. Ellos eran sus padres.

Ahora estaba furioso.

Regreso a la casa al amanecer solo para darse cuenta que no había nadie. André ni Stephen estaban desayunando como siempre. Fue a cambiar y se puso a investigar ese raro bar que solo jugaba con el. El lugar era legal y tenía buenas recomendaciones. No se sorprendió tampoco descarto que también la información fuera falsa. Esa noche debía ir y golpear al dueño si era necesario para que le dijera la razón detrás de todo.
...

Por la mañana Damián insistió en llevarla al médico. Lilith quería quitarle importancia pero él no la dejaría. Fueron al hospital donde le dijeron que solo tenía una infección estomacal y le recetaron algunos medicamentos.

Él la invitó a desayunar algo ligero y no se moverían hasta que ella terminara todo lo que le sirvieran. Después de su noche de sueño, pensó en continuar con la farsa hasta que pudiera decir adiós. Era la primera vez que experimentaba esos sentimientos y posiblemente la última. Si bien sus razones para ir a esa casa no fueron honestas lo mínimo que esperaba era disfrutar de una felicidad efímera.

— Te lo ruego, hoy no trabajes y descansa. Debo ir a la empresa pero te visitaré en la noche. — dijo Damián

— Entendido — sonrió para tranquilizarlo.

La llevo a su casa y después fue a la empresa. Entro directo a su oficina y escucho decir a la secretaria que el señor Crovetto de recursos humanos se reporto enfermo. En todos sus años trabajando allí jamás había hecho eso. Damian creyó que algo estaba mal y quiso hablar con André pero este se negó a escucharlo. Estaba molesto porque tomaba todo a la ligera. Su maravillosos hermano mayor ahora lo decepcionaba.
...

El bar esta limpiándose.

Roberto y Andrea estaban sacando papeleo para el contador cuando encontraron un viejo sobre vacío que tenía una hermosa letra escrita en el. Ambos se miraron y recordaron la noche en que llegó Lilith a ese lugar.

Hace casi 10 años.

Una persona que usaba ropa holgada y vieja entro a ese bar antes de que abriera. Andrea estaba haciendo sus cuentas cuando su padre le pidio que sacará al extraño. Se levantó y lo agarro del suéter para sacarlo a la fuerza. Roberto la detuvo pues la persona en cuestión parecía no haber comido nada y estaba lloviendo afuera. Se tentó el corazón solo por ver esa pobre alma que no sabía dónde caer muerta.

Andrea le sirvió hígado que usualmente le sirven a los gatos y la persona comió plácidamente. Roberto lo encontraba interesante, ¿porque vestía así, de dónde venía y a dónde iba? Quería preguntarle pero no sabía si hablaba o no.

— Gracias, muchas gracias... ¿cuánto te debo por la comida?

— No es nada — al reconocer la voz de una chica. — ¿cómo llegaste aquí?

— Mi tío me echó de la casa — contesto sinceramente — dijo que ya no me necesitaba

— Ya veo — contesto Roberto — está es mi hermana Andrea y yo me llamo Roberto, ¿que edad tienes?

— 14 años — respondió. — cumpliré 15 en tres meses.

— Ahhh, ¿vas a la secundaria? ¿Crees que puedas trabajar aquí?

— No se. No tengo a dónde ir de todos modos. — contesto. No era tonta, sabía que el adulto de la barra estaba escuchando cada palabra que ella decía. — si trabajo aquí, ¿que tengo que hacer?

— Limpiar. Solo eso. Andrea volverá a la universidad pronto y vive en un dormitorio y Roberto va a la preparatoria. — contesto el señor — hay un cuarto atrás que podemos rentarte pero tu tío debe firmar un permiso. No quiero niños fugados aquí — explicó

— Lo conseguiré pero ¿cuánto ganaré?

— Son $$ la hora y la renta $$ incluye comidas.

— Hmmm... lo quiero.

Días más tarde regreso con un permiso de su tío firmado para poder rentar y trabajar en ese lugar. Abría a las 5am hasta las 10:30am para vender desayunos y por la noche abría desde las 7pm hasta las 3am como bar. Roberto atendía en la mañana y su padre en la noche. Andrea no vivía con ellos en ese momento así que la contabilidad la llevaba otra empleada.

Cuando Lilith cumplió 15 años, el señor dueño le dijo que si quería intentar un trabajo que solo requería recopilar información. Ella pregunto en qué consistía.

Él explicó:
1.- Si investigas lo que el cliente quiere se pone un precio de una lista que se modifica todos los días, te quedas con el 75% del total.
2.- Si haces una investigación a medias no te toca pago. Pues se distinguían por un excelente servicio al cliente.
3.- Si te descubren e intentas delatarnos pasarás algunos años en prisión, nadie te salvará más que tus propios medios.
4.- Si te encuentras con otro "investigador" te toca el 30% del monto además la fecha para entregar información se pone por nuestra cuenta en base a la experiencia.
5.- Si no cumples ese plazo tu pagas el monto más el doble.
6.- Si eres descubierta, eliges si continuas trabajando o pagas un monto equivalente a todos los trabajos realizados para conseguir libertad.
7.- Lo más importante es no dar servicios especiales ni involucrarse en sus asuntos del tipo que sean además de no conocer a ningún de sus compañeros de trabajo