En tres palabras o menos

Capítulo X Stephen y Evelyn

Stephen estaban afuera de la habitación.

Antes de ir a trabajar, recibió una llamada del hospital quien el avisaba que la señorita Evelyn R. fue enviada allí tras un incidente en su casa. La noticia lo hizo salir de inmediato a verla. Cuando llegó ella estaba cubriéndose con las sábanas sin dejar que nadie la tocará ni hablara.

Según la persona que la envío al hospital, había escuchado ruidos extraños  en la casa de ella así que cuando se acercó la vio en el suelo retorciéndose de dolor. Según la policía había entrado un ladrón que posiblemente entro en pánico y la aventó contra la pared. Evelyn seguía asustada pero no podían obligarla a nada sin alterarla. No tenía heridas de gravedad pero había otro asunto que tratar.

— Si, estoy un poco enfermo por lo que no iré. Mi fiebre subió durante la noche... si... si...— colgó. Llamo a su subordinado para avisarle. No creyó que su comportamiento fuera a ser considerado extraño.

Cuando iba de regreso, vio a Damián y Lilith saliendo de un consultorio, él instintivamente se escondió. Reaccionó más rápido de lo que pudo pensar y cuando por fin cayó en cuenta de su comportamiento errado, continuo su camino. Su mirada buscaba a su hermano pero parecía no estar allí. Empezó a preguntarse para que fue a ese lugar.

Regreso con Evelyn quien parecía haberse quedado dormida debajo de las sábanas. Detrás de él apareció el médico.

— ¿Sucede algo?

— No pero debemos llamar a su médico obstetra.

— ¿Que?

— Revisaba su historial cuando vi que tiene 13 semanas de gestación. Queremos ver qué todo esté bien y la enfermera vendrá en un momento. Aunque solo tiene algunos golpes lo mejor sería un examen completo.

Stephen quedó en shock. Él no sabía nada. Evelyn fue despertada y llevada a revisión. Él se quedó atrás intentando pensar que hacer. No podía dejar nada fuera de su lugar y menos verse a si mismo como un irresponsable. Su teléfono sonaba pero lo ignoro, seguramente era su hermano, no sé callaba... era fastidioso.

Evelyn regreso y podía irse más tarde. Ella se acostó de nuevo.

— ¿Porque no me dijiste nada?

— ¿Que? ¿De que hubiera servido?

— Evelyn... no puedes cargar con eso sola. También es mío.

— No lo es. Este bebé es mío y de un extraño que conocí en un bar — respondió sin pizca de vacilación — perdón por engañarte pero estaba furiosa. No quieres casarte conmigo así que lo mejor será terminar.

— ¿Hablas en serio? ¿Hace unos días me pedías casarnos y ahora cambias de opinión?

— Si, lamento quitarte el tiempo pero ya terminamos así que puedes irte.

Evelyn le dio la espalda y Stephen salio. Esperaba que ella llorará o lo detuviera y cosas similares pero no hizo nada. Salió del lugar y se subió a su auto. Después de un rato vio salir a Evelyn. Nadie la recogió y tomo un taxi, supuso que iría a su casa pero tomo una dirección distinta. ¿Que diablos estaba haciendo si la maltrataba así? Ahora se había vuelto acosador.

La vio bajar en una zona céntrica y caminar un poco hacia un bar que estaba cerrado, tocó y alguien la dejo entrar. Él la siguió y tocó la puerta de la misma manera en que ella lo hizo.

— ¿Si? — dijo Andrea abriendo

— ¿Quien eres? ¿Dónde está la chica que acaba de entrar?

— ¿De que hablas? No ha entrado nadie. El bar abre hasta la noche. — contesto y lo obligó a salir.

Stephen subió a su auto y fue a la casa de Evelyn, entro; empezo a limpiar, estaba seguro que ella regresaría en algún momento del día. Ella le dio una copia de la llave solo porque si, ella había planeado una vida juntos pero él la ignoro. No podía ser feliz sin antes hacer que su hermano e ídolo de admiración también fuera feliz.

Mientras tanto en el bar, Evelyn le entrego un sobre y un cheque a Andrea.

— ¿Que es esto?

— Fue poco tiempo pero gracias por todo. — contesto — se me ha hecho muy difícil todo esto y casi estoy enloqueciendo. Hace mucho que reuní este dinero para poder ser libre de este trabajo tan horrendo. No se porque lo acepte. Quizás solo porque quería ser reconocida.

— ¿Estás segura? — pregunto Andrea — yo creo que aún puedes trabajar un poco más. No podemos hacer que cambies de opinión, ¿verdad?

— No. Fue entretenido pero quiero continuar con mi trabajo en la joyería. Anoche que amenazaron mi vida me di cuenta que no la he disfrutado como debía. Me enamoré de una de los objetivos para después romperle el corazón y salir con otra persona que me prometió una vida mejor. Ridículo, ¿no?

— ¿Dejaras ese trabajo? Te costó mucho tiempo y esfuerzo llegar alli — señaló.

— Lo se pero originalmente solo era una diseñadora de joyas y me enfocaré en eso. Me retiro.

Evelyn sabía que Stephen la seguía y entro solo para esconderse. Al escucharlo irse decidió que era momento de dejar de aferrarse a algo que no iba a suceder. Desde que llegó allí fue una mentirosa, se acercó a él solo para lastimarlo y al final ella también salió herida. Entendió que nunca es demasiado tarde para comenzar.

Stephen no salió de esa casa en varios días hasta que fastidiado por las insistentes llamadas de Damián por fin le contesto muy molesto. Damián quería verlo y saber si podía ayudar en algo pues Stephen no es de lo que dejan su trabajo solo porque si y él había faltado varios días. No lo dejo terminar de hablar y colgó.




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