Lilith no dejaba de mirar su mano. Había un anillo con un diamante incrustado. Se acaba de comprometer, de verdad se acababa de comprometer y no, no podía creerlo. Damián estaba a su lado dormitando, las pequeñas botellas estaba en la sala pero aún lo encontraba irreal.
Se levantó a preparar la comida. Sintió el brazo de Damián alrededor de su cintura que no la dejaba ir.
— No te vayas
— Tengo que cocinar o moriré por comerme antes el postre
— No vayas, yo cocinare para ti — dijo levantándose.
Emocionada por la tarde se sorprendió a si misma sugiriendo algunas ideas para la boda. No quería sonar impaciente pero quería estar un involucrada en todo. Damián la escuchaba hablar muy emocionada. Sobre como quería su vestido, cuántos invitados y quiénes, la casa donde vivirían así como donde sería su luna de miel. La comida, el lugar... ¡todo! No quería dejar nada al azar.
— Me gusta pero ¿no deberían reunirse nuestros padres para conocerse? Pronto se convertirán en familiares.
— (●__●)
— ¿Porque esa cara? ¿Que pensaste?
— Tus padres... ¿me aceptarán? No tuve la mejor educación porque me echaron de la casa, soy fea para los demás y trabajo en una lavandería donde solo van los pobres...¿me aceptarán?
— ¿Y porque te preocupa eso? Te casas conmigo, no con ellos. Solo es una formalidad, lo que digan no me impedirá convertirte en mi esposa.
Lilith respiro más tranquila pero no dejaba de estar nerviosa.
— ¿Primero puedo hablar con mi tío? Eras el prometido de su hija así que de repente será algo extraño.
— Adelante. Yo les diré a mis padres de una cena en casa. —solo por si hacen alguna escena
...
En casa de Henry Laforêt, unos días más tarde.
— Ahhh Lilith — saludo Anna — que hermosos anillo
— Gracias, ¿está Henry?
— En su despacho, ¿hablaras con el? yo también quiero escucharlo.
Camino hasta el fondo de la casa. Nunca entendió porque tenía dos despachos en esa enorme mansión hasta que cayó en cuenta que uno era para trabajar y otro para recibir personas. Tocó y entro sin esperar respuesta. Henry miraba una foto familiar con suma atención.
— Oh viniste Lilith, ¿sucede algo?
— Me voy a casar — dijo sin rodeos.
Henry y Anna quedaron boquiabiertos.
—Vaya... ¿y quién es el afortunado? — lo decía burlándose pero no había malicia en la pregunta.
— Damián Crovetto — dijo tranquila, Anna sonrió.
— Felicidades prima. — y la abrazo — no se porque lo ocultaste pero me alegro que al final luches por algo que quieres. — añadió en voz baja
— Anna déjanos solos — pidió Henry. Anna salió. — Siéntate Lilith
Se sentó en el sofá, Henry preparo café y galletas que llevo a la mesa de centro junto a una foto familiar.
— Me alegro que por fin hayas encontrado a alguien que pueda acompañarte.
— ¿Que? — dijo sorprendida
— Se que nunca nos llevamos bien, se que mis hijas te maltrataron sin embargo no te odiaba. Eres la hija de la única mujer que he amado.
— Tío... — no sabía que decir.
— Mi hermano mayor... Hugh... trabajaba en una empresa de construcción. Él estaba enamorado de Diana, mi esposa, pero lo ignore. Después de que nació Anna, ella me pidió el divorcio. Sentía culpa por engañarme con mi hermano así que quería separarse de mi. No se cómo o en qué momento se enamoraron pero no quise ver lo obvio. — empezó a decir — poco tiempo después me enteré que naciste tu en un día nevado.
Lilith no sabía que cara poner.
— Naciste rodeada de nieve pura pero eso no fue suficiente. Que Hugh haya destruido el matrimonio de su hermano y deshonrado a la familia lo hizo vivir escondido. Una noche, recibí una llamada. Ellos habían tenido un accidente. Fui rápido por ellos pero no había nada que hacer pero tú sobreviviste... realmente no sabía que hacer contigo así que te lleve al orfanato Luna Blanca.
— Ahhh ya veo — no sabía cómo reaccionar.
— No he terminado — contesto — te deje en ese orfanato. Te deje crecer sola sin conocer nada de nada sobre tus origenes dejando pasar años hasta que llegue a ti como tu tío. Tenías la actitud de Diana al no respetar las reglas y hacer lo que quisieras cuando quisieras. Sin embargo hasta que Anna provocó que esa jauría te atacará en el jardín de atrás me di cuenta que estaba siendo injusto contigo por algo que no cometiste. Me echaste en cara que podías sobrevivir sola cuando te fuiste pero yo no hice nada para remediar la situación... te abandone y quiero disculparme.
— Tío... yo...
— Hay muchas maneras de abandonar a alguien y no es solo cuando una persona se va también cuando está allí y te hace sentir sola. Lamento haberte ignorado durante tanto tiempo, no espero que me perdones ni nada similar. Quiero que seas feliz por fin al lado de quién tú elijas.
— Tío... ¿porque comprometiste a Anna con Damián?
Editado: 20.09.2022