En tres palabras o menos

Capítulo XVII André

Como portavoz de la empresa, fue André quien compartía con los medios que entregaron el total de sus acciones a su hermano mayor Damián además habían renunciando a sus respectivos puestos esperando encontrar mejores caminos fuera de la empresa.

La noticia sacudió a todos, una cosa era tener la información internamente y otra hacerla publica. La familia era respetada y contrario a lo que se creía su precio en el mercado de valores se mantuvo. Damián no quería llegar a este punto pero como medio de disculpa ofrecieron todo lo que tenían.

En la casa de los hermanos

— Por fin terminé — dijo André al sellar la última caja.

— ¿De verdad te irás? Que pasará con este lugar? — dijo Norman entrando

— Stephen vive en ese internado clínico, paso tan rápido que nadie lo entendió... ¿no es tiempo que también tome mi camino? — le dijo invitándolos a sentarse. — Damián vive en esa casa que compartirá con su esposa... eventualmente nos marchariamos de aquí

— No me refiero a eso — corrigió — ¿Damián era tan impresionante que no podía cometer errores? ¿Era solo eso? ¿Stephen estaba loco?

— Norman... desde que Damián nació el debía tomar el control del negocio familiar.  Cuando Stephen se dio cuenta de la manera en que trabajaba aprendiendo sin equivocarse lo convirtió en un modelo a seguir. Al ver qué tambien estaba en peligros imminentes... empezó a preveer esos peligros.

— Creo que es ridículo. Damián nunca fue tonto y Stephen solo exagero con su comportamiento.

— Norman... Stephen veía en Damián todo lo que el como persona carecía. Stephen era el peor estudiante de toda la escuela, siempre problemático en cualquier sentido. Damián fue quien propuso la construcción de esta casa para que nos sintieramos libres.

Norman ya no quería escuchar así que se salió sin más.

Por la mañana André estaba bajando las cajas de su equipaje, se mudarian de inmediato a un departamento. Apenas llegó y empezó a desempacar. ¿Hace cuánto tiempo no salía con alguna mujer? ¿Hace cuánto tiempo que no salía a beber? Dejo lo que estaba haciendo, se arregló y salió al bar que solía frecuentar.

Frente a él, ese bar estaba cerrado.

..

— Mírala está allí — dijo Andrea.

Cuando Roberto recibió el mensaje de su hermana diciéndole que encontró a Lilith dejo de hacer su trabajo y salió de inmediato. Quién sabe si Lilith seguiría allí cuando el llegara.

Apenas vio a Andrea y está lo llevo hasta un viejo restaurante donde Lilith estaba de mesera. No había mucho tiempo desde que escapó de su boda, quizás todo estaba planificado.

— Hermano, ¿quieres saludarla?

— Si... pero mírala... se ve tan tranquila. — le dijo — si vamos y saludamos quizás huya de nuevo.

Andrea no contesto y continuo mirando. Distinguia a lo lejos a Damián quien estaba mirándola también desde una distancia segura. Roberto seguía pensando en que hacer así que ella camino hasta donde estaba ese chico sin perderlo de vista.

— ¿Que haces aquí? — preguntaron al unisono

Damián la miraba esperando que ella también volteara a verlo, quería correr y abrazarla pero también había posibilidad de que ella huyera.

— Quiero verla y quiero que me explique porque se fue... ¿es difícil de entender?

—  No pero... ¿al menos sabes porque se acercó a ti?

— Si... no es la primera mujer que se acerca por esa razón pero es la primera que quiero mantener a mi lado. — contesto mientras se daban la vuelta. Fácilmente podía obligarla a volver a su lado aunque eso significará que lo odiara pero él no lo soportaría.

Andrea miro como se iba y cuando miro hacia el lugar de Lilith, ella ya no estaba allí. Roberto se reunió con ella y dijo que no vio hacia donde se fue. Si ese era el caso, entonces, debían dejarla ir.

...

André comenzó a trabajar en una empresa llamada Luca dedicada a la creación de muebles de madera fina. Su objetivo era convertir ese lugar en el número uno o ese objetivo le plantearon.

Estaba conforme con lo que hacía si bien no parecía mucho, confiaba en sus habilidades para hacer crecer ese negocio de manera notable.

Las noches después del trabajo, visitaba ese bar donde conoció a Lilith. Se sentía extraño al ver qué solo iban hombres a pasar el rato, Lilith parecía la excepción pero ella ya no estaba más en ese lugar.

— ¿Que te sirvo? — pregunto Roberto

— Martini

— ¿Que tal tu trabajo?

— Común, ya sabes — dijo al ver la bebida frente a él — ¿hay una forma de contactarla?

— ¿A quien?

— Lilith — contesto

— ¿Eh? ¿Que no era la prometida de tu hermano? — replicó — ¿le querías quitar a su pareja?

— Estrictamente hablando yo la conocí primero. — corrigió — Damián me dijo que sus hombres interrogaron y torturaron a su exnovio pero no dio con el paradero de ella.

— Ahh debió ser Román — dijo pensándolo un poco — era un mal ejemplo de hombre. Hasta me daba vergüenza pertenecer al mismo género que él




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