Reese había perdido a su única amiga, la única a quien podía llamar así de esa forma. Su madre la señora Liazng también le había mostrado amabilidad y ahora de nuevo se había quedado solo, la sombra de su gemelo y las miradas de desprecio de todos en la mansión en especial la de sus padres que no cambiaron para nada. Ya se había rendido en intentar llamar la atención de sus padres, a pesar de sentirse solo, y cada vez que se sentía de esa manera sacaba el collar con el símbolo del sol y sonreía al verlo a recordar a su amiga Zhou Yu.
Tomo el collar sujetándolo en su mano –seguro ya habrás llegado Zhou Yu. Me pregunto si… ¿Te acordaras de mí como yo siempre lo hago? Apenas ayer te fuiste, y ya te extraño como si te hubieras ido desde hace varios años. –recordaba esos momentos divertidos que paso junto a ella –sabes cuándo nos volvamos a encontrar te voy a decir lo mucho que te quiero. –llevo el collar a sus labios dejando un pequeño beso sobre este.
Desde la ventana de la planta alta Josué miraba con enojo y rabia a su gemelo, que sonreía como nunca antes lo había hecho. Verlo feliz lo enojaba de sobremanera. El único que podía ser feliz era él, ver a su gemelo ser más feliz que él… mordió su labio.
–Mi niño –escucho la voz de su nana llamarlo –¡Ah…! Ahí estas mi niño –dijo su nana.
–Nana. ¿Qué pasa? –dijo Josué sin dejar de mirar su hermano que seguía sonriendo.
–Sus padres lo buscan, para llevarlo a una reunión en el congreso político –dijo su nana.
Josué estaba perdido no escuchaba a su nana, su vista estaba con Reese que no paraba de sonreír y reírse –deja de sonreír –grito Josué alarmando a su nana.
–¿Qué te pasa mi niño? –dijo su nana asustada, nunca lo había visto de esa manera.
Josué se calmó –lo siento nana. Yo… voy a ver a mis padres –dijo retirándose.
La señora miro confundida a su niño adoraba, no entendía porque se había puesto de esa manera siempre era un niño alegre, pero en este momento no era él mismo. Miro por la ventana encontrando a Reese en el jardín sonriendo de sobremanera, nunca antes lo había visto sonreír de esa forma además noto como su mano en puño estaba cerca de su corazón presionándolo con fuerza. Estaba sorprendida de verlo así, pero eso cambio por enojo algo había hecho él para que su niño adorado se comportara de esa manera.
–¿Qué le has hecho a mi niño? Mocoso insolente –dijo con enojo ella.
Reunidos en la sala los Omar y Lizbeth se encontraban vestidos de gala acomodando el traje de Josué, para la noche.
–Te verás muy galante hijo mío. No sabes lo orgullosa que estoy de ti –dijo su madre.
–Eres nuestro orgullo. Estoy seguro que llegaras muy lejos –dijo su padre.
–Todo esta listo señores –el chofer llego.
–¿Dónde está mi hermano? ¿Dónde está Reese? –pregunto Josué sonriente, pero había malicia en sus ojos.
–Él no puede venir con nosotros cariño –dijo su madre –este evento es importante. Reese no encaja ahí.
–Solo quiero despedirme de él –contestó Josué.
–Está en el jardín. No se ha movido de ahí en un buen rato y está muy alegre por alguna razón –dijo el chofer.
Esto hizo que Josué apretara su puño –puede llamarlo, me quiero despedir de él –dijo Josué.
El chofer salió en su pedido, su nana lo observo notando el malestar de su niño. No lo soporto más y pregunto –Mi niño. Reese le hizo algo –esto llamo la atención de los padres.
–¿Qué te hizo ese anormal? –dijo su padre mirando con atención a su hijo favorito revisándolo por todos lados.
–¿Te lastimo mi niño? –dijo su madre preocupada.
Josué apretó sus puños y con algo de molestia dijo –estaba feliz. Sonreía muy feliz –en eso se dio cuenta de algo. Había leído algunos libros de psicología y encontró la forma de hacerle quedar mal –se estaba riendo como loco solito. Estoy muy preocupado por él. Puede estar pasando por problemas psicológicos –comento.
–¡Ah…! Estas muy preocupado por él. Eres un buen hermano –dijo su padre –no te preocupes. Si le pasa algo lo enviaremos a una clínica mental –soltó como si nada. como si fuera lo más normal del mundo.
Reese estaba mirando el su collar, cuando el chofer se acercó a él con la misma actitud de siempre –tú, los señores de te llaman. Entra a la casa. –dijo el chofer.
Reese solo lo miro de reojo levantándose camino de regreso a dentro de la mansión llegando hasta la sala, donde se encontraban sus padres y su hermano, también su nana todos mirándolo como siempre ya era algo normal ya no se inmutaba por sus miradas con total calma se dirigió a ellos.
–¿Para qué me llaman? –dijo de manera informal.
Su madre lo miro con molestia –no tienes refinamiento, pese a todos nuestros esfuerzos. No aprendes nada.
Reese la miro confundido –¿esfuerzos…? –hablo para hacer una pausa junto una mueca exhalo –solo digan para que me llamaron.
–Eres un…
–Papá –Josué intervino antes de que su padre golpeara a Reese. Dentro de sí deseo dejarlo –solo quería despedirme de ti hermanito –Reese noto la particularidad de como uso ese apelativo –mamá, papá y yo nos vamos a un congreso de política. –se mostró feliz al decirlo al saber que nuevamente le robaría el tiempo de convivencia con sus padres.