Evelyn se miraba en el espejo retocándose el maquillaje, recogió su cabello y lo ato en una cola de caballo alta. Se dio la última mirada al espejo notando sus vaqueros, el top blanco y la chaqueta de cuero que acomodo de un movimiento de arriba abajo, se giró mirando sus glúteos sobresalir.
—Te ves bien mamacita —murmuro dándose con palma de la mano sobre sus glúteos.
Dejo de mirarse y se acercó a tomar su celular reposando en la mesita, notando que ya eran las diez de la noche, en eso recibió un mensaje de WhatsApp de su cita de la noche.
—Nena, te estoy esperando —emojis perversos.
Ella sonrió de igual forma —tranquilo garañón. Estoy bajando —envió con emojis de besos.
Tomo su bolso y salió de su cuarto bajando por las escaleras del tercer piso salió de su edificio donde un muchacho de unos 22 años la esperaba con una moto, tenía el cabello revuelto por el casco aun así se veía bien, tenía facciones fuertes iba vestido como todo motociclista. La miro con perversidad al verla con esa ropa, en especial sus largar y esbeltas piernas, que resaltaban sus firmes glúteos.
—¡Guao! Te ves increíble nena —se separó de la moto, tomándola de las manos haciéndola girar y pegándola a su cuerpo en un abrazo posesivo —pretendes provocarme un ataque de celos cuando lleguemos.
Evelyn sonrió con picardía y coloco sus manos en el pecho del joven —insinúas que soy una provocadora, de hombres —se acercó a su rostro, cerca de sus labios susurro —es eso lo que piensas. —El ritmo cardiaco del joven subió y la pego más a él. Evelyn sintió un bulto ahí abajo. Baja la mirada ahí y volvió a verlo —hombres. Solo piensan en eso.
El tipo la levanto por los glúteos —pues entonces. No deberías provocarme —la beso con pasión.
Se separaron con los labios hinchados —todavía no muchacho —hablo Evelyn bajándose.
—tienes razón —dijo el tipo extendiéndole un casco, encendiendo la moto —espero que no grites demasiado —acelero alzando la moto saliendo disparados.
Condujo hasta llegar a un estacionamiento subiendo hasta el penúltimo piso donde se encontraban un motón de sujetos en círculo bebiendo, fumando mientras gritaban.
—Dale más fuerte…
—noquéalo…
—¡Maldita sea!
Bajaron de la moto, pero el tipo hizo sonar su moto acelerando —¡Vaya! Mira quien tenemos aquí —se acercó un tipo moreno —Jasón —lo abrazo —mi mejor soldado está aquí —centro la mirada en Evelyn —esta hermosura es tu dama de compañía —la miro con picardía. Evelyn lo miro de mala gana —¡Ah…! Me encanta esa mirada gatita —intento tocarla.
Evelyn rechazo su toque —no me toques animal —dijo con enojo alejándose.
—¡Ah…! Mandona. Me gusta eso —dijo el moreno.
—Fausto. Basta. Viene conmigo —soltó Jasón.
—Lo siento viejo. Ya sabes como soy —hablo el moreno Fausto. —dime vas a pelear tengo una fuerte suma para ti.
—Hoy estoy en calidad de espectador. Talvez para la próxima —respondió.
El moreno se colgó de su brazo —viejo, —hablo cerca de su oído —si quieres llevártela a la cama. Una forma es mostrarle tus habilidades de lucha. Te aseguro que estará excitada y quera hacerlo después de verte pelear. No hay nada mejor que un hombre sudado, después de una buena pelea.
—No necesito de eso. Esta noche la cojo —respondió Jasón.
—Bueno… solo era mi humilde opinión —dijo el moreno levantando las manos.
Evelyn se acercó al círculo, mirando a los luchadores con los ojos hinchados, al igual que las mejillas con hematomas y el labio partido por el cual se desprendía un hilo de sangre. Chocaron entre ellos, estaban agotados, parecía más una pelea de sumo en un intento por derribar al otro. Forcejean con cada fibra hasta que el tipo de cabello rizado tomo a su oponente del cuello, con una tranquilla lo derriba al suelo y lo remata de un fuerte derechazo dejándolo inconsciente.
Gritos de victoria por los que apostaron por él. Mientras los demás refunfuñaban.
—Aquí estas nena —Jasón llego con una cerveza entregándola.
—Helada. Como me gusta —dijo Evelyn bebiendo su cerveza.
—Lamento lo de mi amigo —murmuro —es imperativo cuando ve a una chica sexy.
—¿de verdad? —dijo mirándolo seria.
—Escucha, sino quieres estar aquí podemos ir a otro lado —comento Jasón.
—No, me agrada estar aquí —respondió ella.
El tipo que gano la pelea estaba festejando mientras noto la presencia de Jasón y se acercó —¡vaya! Estas aquí —retrocedió provocándolo con la mano —vamos, ingresa te desafío a pelear. ¿Qué esperas? Vamos pelea.
Los espectadores comenzaron animar esta pelea —saben que no lucho con alguien agotado —dijo Jasón.
—Puedo vencerte así. Vamos ingresa. Pelea. Vamos pelea —continúo provocando. Jasón lo miro con serenidad que empezaba a perder —¿Qué pasa? —miro a Evelyn —no me digas que esa perra te lo impide.
Evelyn bebió de su cerveza —rómpele la cara —murmuro. Jasón la miro. —vamos pártele la cara.