Relajarme, no era lo que requería en este momento. Lo que quería era dormir, camino hasta su cama recostándose sobre. En eso escuchó la voz de Zhou Yu, en su cabeza.
—Hola —saludo.
—Hola. ¿Cómo estás?
—Pues… me saque una cita para el psicólogo, para el lunes.
—¿Qué? Pero el lunes llego américa.
—Bueno, no creo que importe mucho o sí. Además, me dijiste que alguien muy especial iría a verte. Y no quiero ser un mal tercio.
—Quería que se conocieran. Comparten el mismo nombre.
—Talvez el nombre. Pero creo ser mejor que él —dijo divertido Reese.
—Hump…tu no lo conoces
—¡oh…! Todavía lo defiendes. Dime acaso estás, enamorada de él.
—Tonto.
Reese rió —¡lo siento! Quisiera estar ahí, pero hay algo importante que debo hacer.
—¿Qué puede ser?
—Sabes que perdí la memoria. No puedo recordar nada de mi pasado, ni siquiera mi nombre recordaba. En fin. Una amiga me consiguió una cita con un psicólogo, experto en la hipnosis. Talvez me puede ayudar a recordar mi pasado.
—¿hipnosis? Estas seguro. Eh escuchado, que la hipnosis puede ser peligrosa. Podías quedar atrapado, en tu personalidad más joven.
—Parece un riesgo, pero si puedo recordar algo importante, que se encuentra ahí en mis recuerdos. Correré el riesgo.
—Si estás seguro.
—Lo estoy.
—Bien, podemos encontrarnos en cualquier otro momento.
—Siempre que seamos solo nosotros dos. No quiero tener problemas, si ese tipo que te trae loca, es obsesivo o peor. Un celoso.
—No descuida él es un gran chico. Estoy segura que se llevaran bien.
—Si tú lo dices.
—Hablando del rey de Roma… me tengo que ir —Zhou Yu miro el mensaje del impostor.
—Salúdalo de mi parte.
—Tonto.
Reese rió.
Zhou Yu corto la conexión entre ella y Reese mirando el mensaje del falso Reese.
—Hola Reese. Todo bien.
—No tienes idea… —respondió. Espero unos momentos y volvió a escribir —bueno la verdad. Este día empezó bien…muy bien, y luego mal.
—¿Cómo así?
—Bueno mi hermano es toda una joya —escribía con ironía. En el fondo quería escribir todo lo que en verdad pensaba y sentía —el muy sinvergüenza se acostó con una chica 4 años mayor que él. Nunca pensé que hiciera eso.
Zhou Yu mí el mensaje deteniéndose unos momentos, en cierto modo lo vio mal que Josué hiciera eso y por otro lado que él escribiera eso con naturalidad, como si no le afectara.
—No debería importar lo que él haga con su vida privada. No tenemos derecho de involucrarnos —respondió Zhou Yu.
El importar comprendió que había hecho mal en escribir eso —tienes razón —escribió en respuesta, pero quería hundirlo más —solo me decepciona que de lo brillante que era, cayera de esa forma.
—Dejemos de hablar con él. Ya está todo listo para mi viaje. Estoy viajando mañana por la noche. Así que llegare cerca del de las dos de la tarde.
—Incluso si llegas a la dos de la mañana estaré ahí para recibirte —escribió.
—Gracias, un conocido también ira a recogerme. Marcus el amigo de mi mamá. Lo recuerdas.
Josué no sabía nada él por lo que respondió —discúlpame. Ya no lo he vuelto a ver, desde que te fuiste. ¿Él te recogerá? ¿Te quedaras con él?
—No… él me consiguió un lugar donde quedarme, hasta que mi mamá termine el contrato laboral que tiene.
—Bueno…pero todavía sigue en pie mi oferta de quedarte en mi casa —respondió entusiasmado.
—Ya te die que no. Te lo agradezco, pero no —escribió.
—Está bien. Supongo que el lugar donde te quedaras es seguro.
—Sí, es uno de los lugares que me mostraste. La renta es accesible y viene amueblado.
—Bien, recuerda que puedes contar conmigo para lo que sea.
—Claro que si… te veré muy pronto. Me voy a descansar.
—Descansa linda.
Terminaron su chat.
Josué estaba furioso, había cosas que desconocía de la relación de Reese y Zhou Yu. Pero el temor de que todas sus mentiras salieran a la luz, lo preocupaba. Estaba deseando que ella no lo reconociera, debía actuar lo más posible como Reese para engañarla. Miro el perfil de ella observando las fotos que tenía junto a Reese se los miraba contentos. Y eso lo irritaba. Cada día luchaba contra el impulso de borrar las fotos que Reese tenía en su perfil junto a ella, conteniéndose de hacerlo, para evitar sospechas.
A la mañana siguiente Zhou Yu se encontraba en el aeropuerto con su maleta de viaje sentada junto a su mamá en la sala de espera. Eran alrededor de las tres de la tarde. Su mamá soltó un bostezo, cubriéndose la boca.