En Tu Destino

Capitulo 1: Inglaterra

La ciudad de Inglaterra estaba en casi total silencio a excepción del fuerte viento que soplaba con fuerza el cual ademas era intensamente frió para cualquiera que saliera a las calles y es que con tan solo sentir la brisa del mismo era imposible no sentir como los huesos se enfriaban de manera instantánea incluso quemando un poco la piel aunque en realidad nadie saldría de la comodidad de su hogar para exponerse no solo a el mal clima si no también a ser atacado de alguna manera.

Los relojes marcaban la madrugada desde hacía rato por lo que la mayoría de la gente yacía dormida o algunos que padecían insomnio salían un poco a respirar el aire fresco con la mezcla de olor a tierra mojada causada por la lluvia que aún no cesaba en la ciudad.

Pero esta vez era distinto. 

Sus pisadas rápidas, sudor y despeinados cabellos se movían de un lado, ambos intentaban recuperar el aire a la vez que jadeaban llevando sus manos a las rodillas intentando inútilmente ser silenciosos en aquel estrecho callejón en la que se habían metido para descansar un poco.

Y es que la sangre mezclada con el lodo resbalaba sin detenerse causando dolor en sus nudillos los cuales lucían rojizos a simple vista, sus piernas temblaban sin poder evitarlo, no sería nada fácil a partir de ahora pero el portarse de manera cobarde no estaba en sus planes.

Ambos guardaron silencio intentando contener su respiración cuando escucharon el rechinar de las llantas de aquella patrulla la cual había pasado demasiado cerca de su "escondite" mientras intentabaencontrar su objetivo.

Pandilleros.

Recargándose en la sucia pared dejo que su cuerpo se deslizara a la vez que una débil sonrisa estaba en su rostro sin darle importancia a los charcos de agua sucia ya formados en el deforme asfalto.

—Yo que tu no estaría tan seguro de que no haya nadie más aquí.—menciono una ronca voz a la vez que su silueta se acercaba a el rizado pelinegro quien aun seguía sentado con total tranquilidad ignorando a su rubio amigo quien le miraba cruzando los brazos.

—Se han ido Beck, no regresaran, nos perdieron la pista, son unos idiotas. ¿Aún no olvidas que no saben diferenciar entre uno y otro? Incluso entre nosotros hay clases, no somos iguales a esos asesinos.

—Sera mejor que dejes de decir tonterías y nos vayamos ahora.—gruño el chico cambiando de tema mientras caminaba hacia el fondo del callejón para poder salir ganándose una mirada confusa por parte de Liam quien no le quedo de otra más que seguirlo.

El plan estaba puesto en marcha.

Coloco un pie encima de las manos entrelazadas de Beck para tomar impulso intentando no salir herido por chocar con esa pared de ladrillos desgastados, odiaba ese plan sin saber el porque al igual que intentaba ignorar su corazón que latía con más fuerza.

—No entiendo porque no podemos salir caminando hasta perdernos, es de madrugada Beck no es como si alguien nos fue..—sintió como era impulsado hacía arriba por parte de su amigo que le miraba de manera fastidiada.

—Deberías apurarte si no quieres que me quite de aquí para que te rompas un hueso.—solo con escuchar su voz se erizo, no solo había sonado como una orden si no como una advertencia.

—Si tal vez tuvieras la consideración de estirarte un poco más te lo agradecería, recordándote también que no estoy muy alto maldito idiota.

—Cuida tus palabras Liam no quiero problemas ahora y menos discutir cosas sin sentido.

Y en realidad después de llevarse una pequeña raspadura por no calcular bien como caería del otro lado se encontró con un fuerte olor a cañerías pero lo ignoro por su preocupación al pensar como cruzaría el rubio aquella pared.

—Basta con que cruces y todo estará listo, podremos ir con Sam teniendo un final feliz contando tal vez con un buen recibimiento después de tanto tiempo.— ¿No lo crees? —.pero no recibió respuesta lo cual le extraño. — ¿Beck?.—el silencio le hizo alarmarse.— ¿estás ahí?—.Sera mejor que dejes de jugar si no quieres q...-

—Manos arriba y nadie saldrá herido.—fue esa tercera voz escuchada a tan solo unos pasos de  Beck  la causante de que perdiera el color de piel, sus piernas comenzaran a temblar al igual que su labio inferior.

Mientras que del otro lado como lo suponía Liam estaban ambos policías amenazando a el chico con una sonrisa en sus rostros por haber atrapado a uno de sus sospechosos el cual se estaba delatando por los recientes golpes con aquella mascara que cubría la mitad de su rostro y que para suerte del pelinegro no habían escuchado su voz ni se percataron de su presencia.

—¿En dónde está tu cómplice?.—el oficial más alto iba acercándose a quien solo se dedicaba a mirarlo de manera divertida y mirada desafiante.—Habla maldito o ¿acaso quieres adelantar tu muerte?



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En el texto hay: venganzas, misterio y amor

Editado: 11.02.2020

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