- Buenos días señor Kirgyakos, si no me equivoco. Encantada de conocerle, soy Leyre Serbasky, siéntese por favor - Le pido.
- Me presento, soy Artemis Kirgyakos.
Para ser sincero, estoy haciendo una excepción, debido a que solo dejo que me trate mi psiquiatra, pero como vive en Naxos y voy a estar un largo tiempo en este país, he tenido que buscar aquí a un psicólogo experimentado o, en este caso, psicóloga. - Dice con esa voz tan varonil y grave, terminando con una sonrisa.
Es entonces cuando empiezo a babear con semejante hombre delante... Cuando pone esa sonrisa de lado tan seductora... bueno pero mejor nos centramos.
- Pues mientras dure su estancia aquí yo estaré a su cargo, Señor Kyrgyakos. -
¿Es normal que me guste tanto como suena su apellido?
- Necesitaré coger un poco de confianza con usted Leyre, no me gusta contarle mis cosas a cualquier persona... - Dice, mientras descaradamente, me mira de arriba abajo con una sonrisa pícara.
- Pues lo siento señor, pero yo soy psicóloga, no una cualquiera de la calle. Es más, para eso me ha buscado para que yo le pueda ayudar.- Le replico con tono molesto.
- No se altere, solo estaba de broma. Básicamente estoy aquí porque mi mejor amigo no deja de darme la vara para que venga e intente superar mis problemas con la ira. - Me contesta él, con su ya característica sonrisa.
- Pues dígame ¿desde cuándo tiene usted problemas de ira? - Le pregunto, mientras voy escribiendo en mi blog de notas los datos importantes.
- No me gusta hablar de ese tema, es bastante delicado. Prefiero saber que edad tiene. Es usted muy joven y guapa... -
Y de nuevo me vuelve a repasar con la mirada, que poco a poco se va poniendo cada vez más oscura...
Sin poder evitarlo, me pongo más colorada que un tomate.
- Pues tengo 29 años sigo siendo joven... pero bueno eso a usted no le interesa, volvamos al tema anterior. -
- Tienes razón Leyre, no es de buena educación preguntarle a una mujer por su edad. - Confiesa con tono burlón, se esta riendo de mí el muy capullo.
- No le he dado permiso para que me tutee señor Kyrgyakos - Respondo, pero me interrumpe el sonido del teléfono, es mi secretaría.
- Leyre dentro de 10 minutos tienes cita con tu próximo paciente, se que este es un yogurín, pero mándale ya a paseo.- Y tras esto cuelga.
Yo que no puedo evitar reírme por las ocurrencias de esta señora, se me olvida completamente que tengo delante de mi al señor "me creo el dios del universo" hasta que me vuelve a chasquear los dedos de nuevo.
- Perdone, se me ha pasado el tiempo y su consulta acabó hace 20 minutos...- Le informo.
Mientras mira su reloj dice...
- Pues tienes razón, que rápido ha pasado el tiempo. - Contesta riéndose y burlón.
Claro normal que se le haya pasado
rápido se ha llevado toda la consulta riéndose de mí... aunque por las vistas tampoco me puedo quejar.
El señor todopoderoso se levanta, da la vuelta al escritorio y se acerca a mí mientras yo lo miro embobada. Se atreve a cogerme la mano acariciándola suavemente...
- Ha sido un placer hablar contigo Leyre, espero con ansias la próxima consulta... - me informa con su ya característica sonrisa de lado.
Y mientras yo me recompongo, él ya está abriendo la puerta y desapareciendo tras ella.