En Tu Mirada

CAPÍTULO 6

 

 

Era impresionante cómo mi día podía arruinarse por completo cuando siquiera el día había terminado y todo porque me tocaba ir a esa jodida universidad, que solo con entrar me producía ganas de suicidarme. Un fastidio total que lentamente estaba acabando con mi vida, pero que a mi padre le parecía perfecto.

Debido a todo el inconveniente que esto me generaba, terminé yendo a mi lugar favorito, gozando de escuchar las olas, buena música y acompañado de la risa de mis amigos por cualquier estupidez que se nos fuera ocurriendo.

Gina se inclinó a mi lado, agradándome la forma en que ella podía congeniar bien con mis amigos, a diferencia de Dani, que solo lograba cruzar algunas palabras con ellos. El miedo de Dani a hacer amigos era bastante comprensible; era una persona que se acostumbró a amar su soledad, por lo que era entendible lo difícil que se le hacía relacionarse con otros. 

Sin embargo, ahora que estaba intentando acercarse a la gente, solo logró obtener un grupo de amigos que solo eran unos idiotas, al igual que su novio.

¡No, de nuevo estaba pensando en ella!

Y si la situación para mí no fuera lo suficientemente difícil, a mi lado estaba una chica que me dejó bastante en claro su interés por algo más que una sencilla amistad.

Observé en silencio la hermosa sonrisa de Gina, y es que no podía negar que era preciosa, pero simplemente no era Dani. No importaba cuantos defectos ella tuviera o cualquier locura que pudiera hacer, la amaba y algo me decía que aquello no cambiaría tan fácilmente.

Necesitaba salvar mi amistad con Dani para de esa manera poder seguir a su lado y lo mejor que se me ocurrió fue tomar distancia. Protegía mi corazón de sufrir al verla con otro y también evitaba su incomodidad de tener que rechazarme y perder un amigo.

Estaba en un punto en el que prefería su amistad a no tener nada.

—Vaya, Gina, eres muy agradable —dijo Henrik, que sabía por dónde venía cuando escuché su tono insinuante—. Mucho más que la gótica de Dani.

—¡Deja de decirle así!

Desde que supo lo mucho que me irritaba que llamara a Dani por apodos, no hubo manera que dejara de hacerlo.

—¿Qué tiene de malo ser gótica? Se supone que en estos días lo dark está de moda, ¿no es así? —preguntó en dirección a Cole, que al igual que el resto lo ignoró.

—No tiene nada de malo, pero sí cuando lo dices con el fin de ofender. Por cierto, es bastante estúpido; es como burlarse de ti por esas camisas de flores espantosas que siempre usas.

—Eso fue un golpe bajo, amigo —jaló con fuerza la camisa de Cole, haciéndolo gruñir—. Vamos, Cole, dile que mi estilo es elegante y sofisticado.

El incómodo momento desapareció siendo reemplazado por burlas y risas entre Cole y Henrik. Siempre teníamos estos pequeños roces que terminaban en bromas para luego ser olvidados, pero aquello no aplicaba para Gina que me miraba como si tuviera miles de preguntas que hacerme.

—¿Quieres preguntarme algo?

—Quiero hacer muchas preguntas, pero no sé si me gustarán las respuestas.

El buen momento que se había recuperado luego del mal chiste de Henrik volvió luego de que todos hubieran escuchado a Gina, quien lució bastante avergonzada al notar que todos escucharon.

—Ok, eso fue incómodo —lancé una mirada asesina en dirección a Jake, para luego dar las gracias a Bri cuando lo regañó por empeorar la situación para Gina.

—Bueno, nosotros vamos por algunas bebidas, ¿cierto?

Bri pareció ser la única en darse cuenta de que necesitaba un momento a solas con Gina, porque Henrik y Cole no tenían pensado mover sus traseros, esperando a ver cómo terminaba la conversación. De no ser por ella y Jake que prácticamente los llevaron arrastrados, ellos se hubieran quedado ahí a la espera de mi conversación con Gina.

—Dios, qué vergüenza —murmuró, cubriendo su rostro—. Hice sentir a todos tan incómodos.

Sonreí forzadamente y esperé sonar bastante convincente.

—Claro que no.

—Sabes que me gustas, ¿cierto?

Me puse muy nervioso cuando habló tan directamente, sin mostrar aquella vergüenza de hace un momento. Al asimilar su confesión, sonreí sinceramente porque deseaba tener la valentía y la facilidad de expresar mis sentimientos tal cual ella lo había hecho. De ser así, no tendría tantos sentimientos guardados y un corazón a punto de romperse.

—Tú… también me agradas.

—¿Te agrado? —me miró con cierta diversión—. ¿Esta es tu forma de rechazarme?

Usar a alguien que tiene sentimientos por mí solo para olvidar a Dani, me parecía incorrecto. No era justo abrazarla y besarla cuando otra chica estaba ocupando mi mente. Además, Gina era una chica genial y merecía algo mejor que eso.

—Sabes, eres una chica grandiosa que…

—Por favor, no lo digas —me interrumpió, empezando a reír de repente—. No comiences porque ya sé cómo terminará. Soy una chica estupenda, casi perfecta, pero no te gusto.




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